AMBICIÓN DE IGUALDAD
BIOGRAFIA DE MARÍA ELENA ALVAREZ DE VICENCIO
María Elena Álvarez es la evolución de una ama de casa en Legisladora,
de una mujer religiosa en objetiva, de Maestra
Normalista en Doctora en Ciencias Políticas. Comenzó como militante, organizando rifas
y haciendo proselitismo, y llegó a ser Diputada en cuatro legislaturas, y también Senadora. Su profunda transformación femenina a través de cincuenta años de
servicio al PAN está plasmada en este
texto que puede ayudar a las parlamentarias, actuales y venideras,
a discernir, ante las encrucijadas que se les presentarán en su quehacer
político, si siguen su ejemplo o se contaminan en el ego que conlleva el servicio público.
Esta
es una biografía dedicada a las Legisladoras actuales que cubren las
cuotas transitorias del 50/50, con
ello Elenita espera que asimilen que el
poder es para servir, no para servirse, y que tomen a México en sus
brazos, que como niño necesitado pide que
lo ayuden, y lo salven de la indigencia.
AMBICION DE
IGUALDAD
Biografía
de María Elena Álvarez Bernal
Silvia González Delgado
Mensaje de Cecilia Romero Castillo
Pregúntenle
a María Elena, era la respuesta clásica ante las dudas que se presentaban en
relación con el tema de la mujer. Todos
sabíamos, en la LVI Legislatura, que ella escucharía con cuidado el planteamiento
que se le hiciera y estaría preparada
para conducir la búsqueda de una solución sensata a la, cada vez más, problemática
lucha por la equidad entre hombres y mujeres.
Conocí
a María Elena al inicio de los ochentas, cuando, junto con Florentina
Villalobos, impartió un curso de introducción al PAN para un grupo de mujeres
que recién llegábamos al Partido. Era la
esposa del entonces jefe nacional, don Abel Vicencio Tovar. De entonces para acá –casi treinta años–, la
he visto siempre presente, activa y dispuesta.
Hay rasgos en María Elena que marcan su personalidad y que han dejado huella. En
esta semblanza se presentan muchos de ellos; anoto algunos de los que
personalmente admiro:
Presente: no recuerdo una reunión de Comité
Nacional, Consejo, Convención o
Asamblea, en la que ella no participe.
Puntual, disciplinada, colaboradora, con aportaciones atinadas y prudentes.
Militante:
María Elena asiste a todas las reuniones a las que se le invite. Puede ser la Delegacional de Tlalpan, un
grupo de militantes de Zapopan o el Comité Ejecutivo Nacional. También acude a los estados y municipios a
dar pláticas, a capacitar y convencer.
Participa en campañas, ofrece alternativas, canaliza descontentos y discurre
formas de conciliación.
Estudiosa:
cuando salió de la L Legislatura como diputada en 1976 – 1979, siendo maestra
normalista, decidió volver a la escuela para prepararse mejor en política. Terminó la licenciatura, luego la maestría, y
hoy, después de obtener el doctorado en Ciencia Políticas, regresó a la UNAM a
estudiar un posgrado en Derecho Constitucional.
Feminista
(¿?): el signo de interrogación no es
porque dude de que lo sea, es por la connotación errónea que normalmente se le
da al término. María Elena siempre ha
luchado por la equidad entre hombres y mujeres, por combatir la discriminación
y por la promoción de la mujer en todos los campos, especialmente en la
política. Predica a tiempo y a destiempo,
y lo hace muy bien.
Tal
vez esta última característica de María Elena es la que más ha resaltado
en estos años, y por la que muchos, en
el PAN y en México, la distinguimos. Las
reuniones en su casa, con sus impecables detalles femeninos, sus intervenciones
en tribuna presentando propuestas a contracorriente, sus escritos sobre el
avance de la mujer, los consejos prácticos para acceder a posiciones decisivas,
sus logros desde Inmujeres, harán que
sigamos respondiendo, ante las dudas que surjan sobre el tema: pregúntenle a María Elena.
¡Gracias María Elena, por ser respuesta
eterna!
Prólogo
Una
mujer total es María Elena Álvarez
Bernal. En literatura, una novela total nos muestra el aspecto biológico, el
espiritual y el político que forman a un
ser humano. Ejemplo de este tipo de novela es Cien Años de Soledad. María Elena,
a través de su larga vida, desarrolla estos aspectos convirtiéndose en un ser
total.
Desde
la perspectiva biológica, ella, se observó en desventaja por ser mujer, vio los
prejuicios sexistas con los que nacemos y morimos, y trabajó, arduamente, para
modificarlos.
En el
aspecto espiritual, hizo de la
religión católica el eje de su vida, cumplió con ella y educó una familia de
cinco hijos en la ley de Dios; y aunque sufrió quebrantos a sus dogmas cristianos,
lo consideró evolución del alma y conservó su fe sin cinismo.
Y
en su quehacer político, a diferencia de la mayoría de sus congéneres y desde 1957, se envolvió en los cambios sociales que
necesitaba México; con pasión pura se dedicó a sembrar conciencia cívica en la mujer;
algunas jóvenes de hoy ignoran cuántas kermeses y bazares se organizaron y cuántos boletos de rifas se vendieron
para que ellas voten, hoy, sin
fraude.
María
Elena, en Acción Nacional fue militante, diputada, senadora, conferencista,
presidenta de los grupos femeninos, y consejera. Su ardor partidista merece respeto; hizo todo y de todo; y cuando vio cumplido su
sueño de democracia en México, giró sus huestes hacia la igualdad entre hombres y mujeres.
La
vida de Elenita, como la llaman sus compañeros
de trabajo, ha sido un
crecimiento constante del corazón y la mente, de aprendizaje y apertura. Mientras algunas de
nosotras pasamos el tiempo quejándonos porque el mundo no es justo, ella hace
de su vida una aventura: estudia, se
prepara, y legisla a favor de la mujer; por eso en el aspecto político, su
nombre queda unido a las palabras equidad y género.
Son muchas y muy variadas sus experiencias
legislativas, imposible apuntarlas en este texto, pero las que aquí aparecen
debieran servir para inspirar a las
nuevas legisladoras a honrar la casta de su feminidad, a ser la diferencia entre aquel Congreso con mayoría masculina y
este nuevo que se logró a punta de insistencia.
A
mí, simple escritora de biografías, me iluminan vidas tan intensas como la de
María Elena, que desde pequeña ayudó a sus hermanos y de adulta discernió que México
trataba a su lado femenino como a un ser de segunda, con el permiso y la
aprobación de nosotras mismas,
y se afanó para cambiarlo.
Hoy,
escritos estos retazos de su vida donde se muestra su evolución, a mí me parece
un ser humano consumado, su existencia
cumple con el aspecto biológico, el espiritual y el político, tal como si fuera la protagonista de una
gruesa novela, sin otro autor que ella misma, y que
la convierte, a sus ochenta y cinco años,
en una mujer total, plena y completa.
Silvia González Delgado
INDICE
I. ¡Qué alegría, una
niña!............................................................................................
II. Tuércele el cuello al
cisne……………………………………………………………
III. Miradas que se cruzan………………………………………………………………..
IV. Soñar lo imposible,
soñar……………………………………………………………
V.
Ciencias Políticas…………………………………………………………………………
VI. Alternativa Democrática……………………………………………………………..
VII. El nido
vacío……………………………………………………………………………….
VIII.La rueda de la
vida………………………………………………………………………
IX. Diputada 1994-1997 ………………………………………………………………
X. Senadora a favor de la
mujer……………………………………………………….
XI.
Palabras nuevas: alternancia política…………………………………………..
XII. Iniciativa Inmujeres……………………………………………………………………
XIII. Sexo y género……….……………………………………………………………………
XIV. Fiel guardiana de la tribuna……………………………………………………….
XV.
Una vida plena, una mujer total………………………………………………….
Comentarios de la Autora.
A
las nuevas legisladoras de las Cuotas
de Género transitorias del 50/50
I
¡Qué
alegría, una niña!
Ama hasta que duela
Madre Teresa
Un ser resiliente.
Resiliencia
es la palabra de moda para referirse a quienes las dificultades de la vida en
vez de tumbarlos los hacen fuertes. Segunda en una familia de quince, María
Elena es un ser resiliente. Apenas tiene diez años y ya cuida a sus hermanos, en especial a
Enrique quien nace con una malformación en los pies y los aparatos ortopédicos le hacen llorar. Los
sicólogos dicen que los hermanos mayores son padres pequeños, la
responsabilidad por el bienestar de los demás no es opción sino oxígeno, y por
eso desarrollan la necesidad de servir al grupo. Ella sabe que mejorar la vida
de su familia no es una elección, es camino de vida.
María
Elena nace de Elena Bernal Castellanos, una mujer fuerte y religiosa,
que de niña vio morir a su padre por una bala pérdida de la Revolución, y se empapó con la sangre y la leche recién ordeñada que él llevaba a la familia. Eran tiempos de lucha y los niños
estaban afectados por la revuelta, tanto, que el juego preferido de los hermanos
era colgar a las muñecas en los árboles, como lo veían hacer a los revolucionarios.
Ante las angustias de la vida, Elena Bernal Castellanos se volca en libros religiosos:
Las Apariciones de la Virgen de Guadalupe y La Vida de Santa Bernardita. Cuando crece se casa con Rubén Álvarez, originario de Chilchota,
Michoacán; un hombre de ojos claros que
habla la lengua tarasca y conoce Estados Unidos. Rubén es un hombre
progresista, admira y ama a su mujer, y aunque no fue a la escuela, sabe leer,
escribir y sacar cuentas. Nunca se
pierde las noticias, las escucha en una radio de onda corta, la gran novedad,
con ello está al tanto de los acontecimientos del mundo. Es buen hombre y un
generoso vecino, le gusta adornar su calle para el 16 de septiembre y para el día de la Virgen de Guadalupe, se preocupa por los
demás y cuando llega la influenza española hace fogatas de eucalipto a la
orilla del pueblo para ahuyentar a la enfermedad y proteger a su gente.
¡Qué
alegría, una niña!
Con
la ayuda de una comadrona, en la casa de Elena y Rubén, nace María Elena
Álvarez Bernal un 5 de octubre de 1930, en Zamora, Michoacán. Rubén
se alegra mucho de que sea una mujer:
—¡Es
una niña! –dice, entusiasmado, a los familiares—. Será una mujer fuerte como
Elena.
Templo
espléndido del gótico.
En
las arcas de la Iglesia mexicana hablar
de Zamora, Michoacán, provoca júbilo porque en la ciudad se vive un auge
económico. El Santuario de Guadalupe, un templo espléndido del gótico, de los
más grandes del mundo, genera un diezmo considerable gracias a su gente devota, cumplida y
temerosa de la ley de Dios. Las calles de este pueblo huelen a leche dulce y
canela por la elaboración de los chongos
zamoranos. Además la exitosa siembra de la papa ha hecho de Zamora una villa
moderna, que cuenta con telégrafo,
teléfono, automóviles y hasta imprenta.
La energía eléctrica llega a las seis de la tarde y se corta a las seis
de la mañana. También hay una institución bancaria y un cine. Parte de este desarrollo se debe a que miembros ilustrados de las familias de hacendados y comerciantes,
que viven ahí, les gusta estar a la vanguardia en novedades y
cultura. Muchos de ellos tienen fonógrafo.
El regulador de la conducta
Una
cuarta para caballos en la pared es el regulador de la conducta para los niños
de la familia Álvarez Bernal, y María Elena y sus hermanos le echan un ojo antes de
ponerse belicosos. A mamá le gusta
cantar mientras borda o cose, pero no duda ni un segundo en
usar la fusta para restablecer el
orden. El castigo comienza con tres
cuartazos, la cuota sube dos si alguien corre.
En
Zamora la vida es apacible y provinciana, una tarde de verano la familia va al
cine a ver El Pequeño Escribiente Florentino, que trata de un chiquillo que ayuda
a su padre por las noches y le va mal en la escuela por ir desvelado. María Elena se tapa la cara
para llorar. A la salida cae a la cuenta que valió la pena la llorada, ahora ya
puede presumir que vio una película, escaso privilegio en la década de los
treinta.
Elías Calles: como Dios manda
Cumplidos
los cinco años, María Elena, debe asistir al párvulo, correspondiente al preescolar,
pero los caprichos presidenciales afectan su pequeña vida y las escuelas católicas están cerradas. Hace apenas
unos años se terminó la Guerra Cristera promovida por Plutarco Elías Calles a
quien la gente de Zamora considera un hipócrita pues fusiló
sacerdotes, cerró iglesias y mató cristeros, pero casó a sus hijas en templos
católicos, porque su mujer le exigió hacerlo como Dios manda. Cuando Calles
deja el poder a Cárdenas, se impone la llamada escuela socialista convirtiendo
a la educación en un programa sin religión. Por esto, amigos y vecinos de los papás de María Elena,
deciden no enviar a sus hijos a la escuela. No le temen al igualitarismo socialista
sino a educarlos sin los Mandamientos de
la Ley de Dios.
Las
familias católicas de Zamora que se niegan a mandar a sus hijos a los planteles
oficiales están en el ojo del huracán, y a las ocho de la mañana un gendarme
pasa, casa por casa, a revisar que los niños hayan asistido a la escuela
pública:
—Buenos
días don Rubén, ¿fueron sus hijos a la escuela?
—Por
allá andan… —contesta el papá de María Elena con tranquilidad, mientras
maniobra costales de maíz, frijol y papas.
—¿Está
seguro, señor Álvarez?
—Si
gusta pase a revisar. Sé bien que es su
trabajo.
El
gendarme entra, a medio patio ve un solitario árbol de naranjo y da un lento vistazo a las recamaras.
—Tiene
razón, no se ve nadie.
—Se
lo dije. Hace rato que se fueron.
—Gracias
don Rubén, que tenga buen día.
—Ándele,
cuando se le ofrezca.
Diez
minutos después de que el gendarme se aleja, María Elena y sus hermanos salen
del tapanco, el cuarto que sirve para guardar enseres viejos, donde estaban
escondidos. Salen sofocados,
pero saben bien que si el policía
los descubre los lleva a la escuela y sus papás serán reprendidos por
contrariar al Gobierno.
En
cuanto se despabilan trepan al naranjo:
—¡Qué
les parece si cada quien es dueño de una rama!
—¡Sí,
buena idea! –grita María Elena—. Esta es la mía. Mi rama preferida de mi árbol
querido. Y nadie puede tocarla.
Ella
trae chile, sal y un cuchillo que maniobra con temeridad; parten las naranjas y
las comen.
—Allá
viene mi mamá, no hagan ruido, dejen que nos busque…
Pero
mamá ya los ha visto, y les exige que bajen porque llegó la maestra particular.
—Con que aprendan
a leer, escribir y hacer cuentas –dice Rubén a su mujer—. Eso de la educación
socialista se terminará, ya verás que volverán a la escuela. ¡Ah y qué no se sienten cerca de las ventanas, puede
entrar una bala perdida y matarlos como a tu papá con la leche!
Con el corazón en las orejas
Como
la situación política no mejora, a los
siete años, María Elena y Noni,
la mayor, asisten de contrabando a clases con una religiosa del Sagrado Corazón
de Jesús. Tempranito, su hermana y ella
meten los útiles en una bolsa de mercado y con el corazón en las orejas caminan
hasta la casa de la señora Engracia que presta su sala para tan noble labor. Cada niño ha enviado de noche su silla y su
mesa. Los recreos son en la huerta de la casona. En esa escuelita
improvisada, María Elena, aprende todas
las poesías que puede y al final del
curso, vestida de papel crepé, es la protagonista de una obra de teatro.
La
poesía es la usanza entre los escolares y
a Rubén le encanta que su hija declame
frente a amigos y familiares el poema de La Inteligencia:
Rugió el leoncillo, y
al sentirse fuerte,
sacudiendo orgulloso la melena,
se
despidió de su achacosa madre
queriendo altivo recorrer la selva…
Papá motiva mucho a María Elena, en su tienda y frente a los clientes, le pide
que le recite una y otra vez el desenlace del poema donde el pobre leoncito es
vencido por la superioridad del hombre. Con la aceptación y admiración de sus
padres para su don de oratoria, la niña
se aprende las obras de teatro de memoria y las recita por toda la casa. Siendo la segunda de una familia de tantos, el liderazgo le llega a María Elena por practica constante, y organiza cuanto juego
le viene a la mente con muchos seguidores.
Para el día de la madre monta una obra de
teatro e invitan a muchos vecinos. Después de ensayos y preparativos, una tibia
noche de mayo en el amplio corredor de la familia Del Río sobre una tarima ex
profeso, María Elena, Noni, su hermana, y sus amigas, escenifican Sacrificio Sublime.
Esta obra de teatro trata de una niña que se declara culpable de robar un
anillo al enterarse de que su mamá será condenada por el robo, sin haberlo
cometido. Rubén y Elena la felicitan,
están orgullosos de su niña.
¿Quién
es el que anda ahí?
En
verano, Elenita, ayuda a quitar los muebles de la sala y las macetas de los corredores para guardar la
cosecha. Papá compra papás, frijol y
maíz a los pequeños productores, los encostala y los vende a los mayoristas. Con frecuencia envía
cargamentos en el tren. En esos días, todos cooperan en el negocio,
seleccionando, limpiando y acomodando, pero aún así sobra tiempo y por la tarde se reúnen alrededor
de la radio a escuchar al cantante infantil de moda:
—¿Quién
es el que anda ahí? ¡Es cri cri, es cri cri! —gritan al comienzo del programa
de radio, y sus cabecitas se llenan de tortugas que van a la
escuela, hormiguitas despintadas y un ratón vaquero que habla
inglés. Gabilondo Soler, el Grillito Cantor en la radio, adorna la infancia de
María Elena y sus hermanos.
Dale al que te pida
Mamá
es todo para María Elena, ella es piadosa
con los pobres, da limosna a los
sacerdotes y envía flores a la iglesia
con frecuencia. Es muy exigente a la
hora de cumplir los Mandamientos de la Ley de Dios y los de la Santa Madre
Iglesia, que sus hijos saben de memoria. Nunca cose o borda en domingo. Los vecinos
la buscan para que les dé consejos por su sabiduría nata en cuestiones de la
vida. Y es que ella los escucha con mucha atención, luego medita la
cuestión con serenidad, finalmente, con
voz fuerte y segura, sugiere una solución al problema. Todo esto mientras amamanta
al bebé en turno, remienda calcetines o borda.
Su frase más socorrida es: si
tienes dale al que te pida, que Dios proveerá.
Por
las noches rezan el rosario. A María Elena el Ave María ruega por nosotros le
otorga una confianza mística en la vida y le da la certeza de que si se porta
bien no irá al infierno, tal como amenaza con frecuencia el sacerdote en la
iglesia. Al terminar el rosario sale con sus hermanas al patio a mirar las
estrellas y ahí filosofan sobre los misterios de la existencia, se cuentan
chistes y se revelan secretos.
Los perros no son mascotas
En
la afortunada vida diaria de María Elena, los perros no son las mascotas preferidas
sino alarma para los ladrones, y la
única razón de tener un gato es para que
acabe con los ratones. Como su mamá cría
pollos para el caldo y engorda puercos para
venderlos y comprar zapatos, las obligaciones
de los pequeños son desgranar el maíz para darle de comer a las gallinas,
recoger sus huevos para hacer el desayuno,
llenar la pileta de agua para los cerditos y alimentar, con los desperdicios de las
comidas, al gato y al perro.
Tacos paseados
Los domingos van a misa con los zapatos
brillosos por la boleada y la ropa muy planchada, como debe ser. De premio por
el deber cumplido a la hora de comida mamá sirve churipo, que es un guisado
tarasco parecido al mole de olla, luego papá les da unos centavos y compran un caramelo
que van y degustan arriba del naranjo. El árbol es el lugar donde se olvidan
del mundo.
En ocasiones y para
salir de la rutina dominical van al lago Camécuaro a nadar y a comer. Mamá
saca la comida y la reparte:
—Son los mismos
tacos de la casa –dice uno de los niños.
—Sí, pero estos
están más buenos porque son paseados y al aire libre –contesta ella con picardía.
Terror al infierno
En los ejercicios
cuaresmales Elenita escucha decir al padre que si peca se condenará. De ahí en
adelante ella se cuida mucho de decir mentiras. Por las noches sueña que pecó
sin querer, que va a dar al infierno y su piel se achicharra, que el dolor es
terrible y que no tiene escapatoria.
Entonces despierta sobresaltada, temerosa de no ser lo suficiente buena
para alcanzar siquiera el purgatorio. Al amanecer, en el paroxismo del
agradecimiento ve la luz del sol: otro nuevo día es una oportunidad más de ser
buena, de alcanzar el cielo, de preparase para ser una católica cumplida.
Primera comunión
Para mamá Elena la Primera
Comunión de sus tres hijos mayores es el acontecimiento más importante que puede sucederles, puesto que van a
recibir por primera vez el sacramento de
la Eucaristía, la hostia sagrada que representa el cuerpo de Cristo. Ella cose
unos preciosos vestidos blancos para las niñas, e invita al sacerdote a
desayunar después de la misa. Desde días antes prepara galletas, tamales,
frutas, gelatinas y una gran novedad: un pastel de tres capas. Decora los pasillos de la casa con frescas flores
blancas por doquier y cadenas de papel
crepé blanco. También en la iglesia manda poner ramos de azucenas. La Primera Comunión
es para María Elena una mañana
inolvidable.
Llora de pena
La
suerte le cambió a Rubén Álvarez cuando cayó el precio de la papa, el principal
ingreso, además, la casa que habitaban era herencia paterna y se vendió para repartir
el dinero entre sus hermanos, luego el pequeño Enrique que padece una
malformación en los pies requiere otra
operación. Rubén, agobiado por los gastos, cierra la tienda y se va a buscar
trabajo a México, su mujer se queda sola esperando el noveno hijo y vendiendo
todos los muebles para trasladarse.
Meses después, la mamá de María Elena
paré un hijo más, cumple la cuarentena encerrada sin que le dé el aire, como
dicta la costumbre, y un buen día, bañada y limpia, se trepa en el tren con todos sus
vástagos. Atrás, en el vagón de carga,
van los colchones, los trastos, la ropa y la bendita máquina de coser, único
patrimonio de la familia.
Llegan a México a un departamento de la
Colonia Estrella. María Elena y sus hermanas entran a una escuela cerca de la Basílica de Guadalupe porque reciben
una beca de las madres adoratrices, gracias a una monja de Zamora que las
recomendó. Sus hermanos van a otra. Sus padres tratan de que no vayan a la
escuela pública donde tienen que cantar el himno socialista.
Adiós cubiertos de plata
Rubén
Álvarez no consigue trabajo, pero Mamá Elena, sonriente y pidiendo ayuda a Dios,
vende las cosas de valor que
trajeron de Zamora y soluciona la comida del día. Con frecuencia cocina hígado de res para que estén bien nutridos de
hierro, y no les vaya a atacar la tuberculosis. Cuando
le toca vender los cubiertos de
plata llora y se pone triste, pero compra hilos y telas, y
comienza a bordar servilletas para
venderlas. De ahí en adelante cose a diario, también pide fiado al carnicero o
regalado al panadero. La familia es grande, las tortillas se acaban pronto,
pero aún así mamá encuentra la manera de festejar el día de reyes con pan, y
esto provoca gran alegría en los niños. Entre tantas penurias los pequeños ojos
de María Elena la ven serena y alegre, tejiendo orilla de gancho para los
pañales dobles de bombasí y dando el toque final a las chambritas y zapatitos
para el bebé con el cual sumaran diez los hermanos. Su madre sonríe, canta y
reza, a pesar de que en breve tendrá otro hijo en esa difícil situación
económica.
Ya hace medio año que llegaron y no han
adquirido nada nuevo. A María Elena se le rompen los zapatos y mamá le dice que
se los comprara hasta el sábado. Sin zapatos
no puede ir a la escuela, se angustia de no asistir y llora toda la semana. Cuando regresa al colegio, con su relumbrante
calzado, sus solidarias compañeras le entregan un sobre con dinero: habían
cooperado para comprarle unos. María
Elena llora de pena, la maestra la consuela:
—No llores, con
este dinero podrás comprar el vidrio para el paisaje de papel maché que estamos
haciendo. Y no tendrás que pedirle dinero a mamá.
La niña se
consuela de inmediato, el diseño del árbol con pajaritos que pondrán en la
manualidad le alegra el momento.
Noni enferma
Cuando papá
consigue trabajo la situación se normaliza, se cambian de casa y lo primero que hace Rubén es comprarle a su mujer unos nuevos
cubiertos de plata. Ahora, María Elena va al colegio mañana y tarde, y obtiene la mejor calificación en clase. María
Elena es una madre pequeña, se siente responsable de sus hermanos que ya son
once, y aunque mamá tiene dos empleadas que le ayudan, se turna con las
hermanas mayores para cuidar a los más pequeños. Por una semana, ella le da el
biberón al bebé y la siguiente lo hace Noni. Pero su hermana mayor se queja de dolores en todo el cuerpo, y finalmente las dos cosas las hace ella. También
Enrique es su responsabilidad, lo toma de la mano, y lo lleva a sus terapias
para los pies, luego en casa le quita los aparatos ortopédicos que le causan tanto dolor, y le masajea los huesos.
El
terror continúa
Los terrores
nocturnos siguen, el miedo a pecar la persigue, para mitigar su miedo lee y relee
las biografías de los santos que le regaló mamá, y les suplica que le ayuden a
hacer el bien, a sufrir todo lo que
pueda en esta vida para no padecer cuando muera. María Elena cumple doce años, su infancia
termina y ya no está el naranjo para subirse a su rama preferida, olvidarse del
mundo y comerse una naranja con sal y chile como en Zamora.
II
Tuércele
el cuello al cisne
Con ingenuas
palabras
y diálogos
sencillos.
Enrique González
Primer trabajo a los quince años
Al
graduarse de la primaria, María Elena,
como pocas jovencitas de su edad, tiene la suerte de continuar con sus
estudios; ella desea ingresar a la secundaria, pero la situación económica es
difícil:
—Hija,
y si mejor estudias Comercio, son sólo tres años, y así podrías trabajar pronto y
ayudarnos con los gastos —le insinúa mamá en tono conciliador.
Ella
encuentra muy razonable la petición de su madre y acepta con gusto.
—Perdón
hija, pero el dinero apenas me alcanza…
—Está
bien. Yo también quiero trabajar pronto
para ayudarles.
—¿Qué
te parece el instituto Morelos de Tacuba? –le pregunta mientras pica las vísceras que hará para la comida-.
Las madres guadalupanas me han dado beca para ti y para tus hermanas.
Escribir
con los ojos vendados
Son
los años cuarenta, estudiar Comercio es
un honor para una mujer, muy pocas son apoyadas por la familia para que continúen
preparándose, pero mamá Elena es una
mujer decidida, sabe que su hija es capaz e inteligente. Papá apoya las decisiones de su mujer, está muy orgulloso de María
Elena y nada le gustaría más que verla formada y educada, trabajando en una
oficina.
Cuando
María Elena entra a la academia, aprende a archivar y a contabilizar, a hacer cargos
y abonos. En poco tiempo domina la
taquigrafía, el idioma de las secretarias veloces para trazar las palabras
antes de que el jefe termine de decirlas.
Le encanta la máquina de escribir que mamá le ha comprado y se sorprende
tecleando con los ojos vendados.
A
los quince años, María Elena, se gradúa y obtiene su primer trabajo de auxiliar
de contador en los Almacenes París Londres. Su sueldo mensual resulta salvador, se lo entrega a su madre, quien ha tenido un niño más, para que
rente una casa más grande y el bebé número trece llegue a un hogar más bonito. Por esos días surge en el corazón de María
Elena el sentimiento de unirse más a Dios y anuncia a la familia que quiere ser
monja. Sus padres se regocijan, tener un sacerdote católico o una monja en la
familia es un gran orgullo para las familias zamoranas.
¿Qué es Acción Católica Femenina?
Al
avanzar la industrialización en el mundo,
al final del siglo XIX surgieron en las ciudades familias desarraigadas
de sus zonas rurales, que trabajaban en
las fábricas; se les llamaba proletarios
porque su única riqueza eran sus hijos: la prole. La Iglesia hizo conciencia de estas familias y sus necesidades, y se crearon asociaciones para
ayudarlos, el papa Pío XII pidió implantar en todas las parroquias
católicas esta nueva organización a la
que se llamó Acción Católica. En México, después de la persecución religiosa, se estableció este organismo guiado por los obispos y párrocos donde se congregó a jóvenes y adultos. Eran muchas las actividades, entre ellas dar formación religiosa, social, cívica y
política a las juventudes de quince a
treinta y cinco años. Así comenzó una experiencia de acción social
exitosa: visitas a cárceles, comedores para indigentes, cursos de fabricación
de medicinas, escuelas para obreras donde se enseñaba a leer, a escribir y todo sobre sus derechos. También la colecta
de medicinas, objetos usados y ropa, son actividades de Acción Católica Femenina.
María
Elena entra a la Delegación de Empleadas de esta asociación y ahí organiza una agencia de empleo para las mujeres,
además de prepararlas para la defensa de
sus derechos laborales. Ella como miembro de Acción Católica se aprende la
invocación que se usa para comenzar las labores:
"Señor,
enséñame a trabajar sin descanso , a dar sin esperar
otra recompensa que hacer tu voluntad".
Por esos días conoce a Carmen Lozada quien se aparece en su vida para
convertirse en una amiga eterna, ella es la encargada de la Delegación de Empleadas,
que observa el talante de María Elena para dar discursos y la invita a colaborar
con ella. Carmen es una corriente de
aire fresco, en la sofocada vida familiar de María Elena, en la casa de su
nueva amiga aprende a hacer cortinas bonitas y alegrar la casa con
macetas, a hablar con propiedad y a
modernizar su vestimenta. Mientras en su
propia familia, María Elena es la columna fuerte en la que muchos de sus hermanos
se recargan, ella se afianza en Carmen. Además en casa de las Lozada le han
tomado un gran aprecio, la miman y la consienten.
Pastorelas de Navidad
Carmen
y su familia organizan unas espléndidas pastorelas en Navidad. Todos se preparan
con tiempo, los actores, que son sus sobrinos, se rifan el rol de diablo, y las
tías cosen los disfraces. Unos días antes de Nochebuena plantan un escenario,
invitan a amigos y familiares, y
presentan la función. Después de que el diablo es atrapado y recibe su merecido,
toman ponche, degustan buñuelos y comen tamales. En estas ocasiones María Elena
se queda a dormir en casa de Carmen, ahí se relaja plenamente; el resultado es
que regresa a su hogar de buen talante, a convivir con sus hermanos. Por esos
días un bebé más aparece en la familia, y lo bautizan de emergencia con el
nombre de Jesús porque muere a las pocas horas de nacido.
Cuando Carmen deja la Delegación de Empleadas,
María Elena ocupa su lugar.
Ahora tiene que cambiar el horario de su trabajo para
salir más temprano y poder tomar
el camión que la deje en la sede de Acción Católica a las cinco en
punto y organizar lo que se necesite. Ahí se convierte en oradora, organiza
jornadas vocaciones donde da cursos de formación espiritual, de preparación para
el matrimonio, de vida religiosa y celibato. María Elena aprende a manejar
grupos hasta de cuatrocientos jóvenes,
pues estas jornadas son un éxito en el
D.F. y en la Cd. de México.
Niñas bien
En
Acción Católica hay de todo, empleadas, obreras , estudiantes y maestras
que se capacitan para hacer mejor su trabajo y ayudar a los demás. También hay chicas
bien, jóvenes de clase acomodada que no tienen necesidad de trabajar, pero
tienen espíritu de servicio a los demás. A estas jóvenes, la asociación les imparte
cursos de arte, música clásica y manualidades. María Elena aprovecha estas
enseñanzas para pulir su educación. También organiza excursiones dominicales al
campo con misa, reflexión, juegos y cantos. La logística de mover tres o cuatro
camiones es difícil, pero no imposible, hay pocos entretenimientos para los jóvenes
así que todo evento es muy concurrido.
Fallece Noni
Noni, la hermana mayor de María Elena es maestra normalista en Cuernavaca, Morelos, le
gusta su trabajo, pero sigue quejándose de que le duele el cuerpo. Un
grisáceo lunes por la mañana en
el Distrito Federal, le confiesa que se
siente muy mal como para irse al trabajo. María Elena va por el doctor que vive
más cerca, cuando regresa, Noni ya ha exhalado su último gemido. Fallece a los
veinte y dos años a pesar de su juventud y su piel fresca.
María
Elena abraza a sus hermanos, no le caben
por más que estira los brazos, los consuela, llora con ellos, siente que sus
actividades en Acción Católica han hecho
que descuide su deber de hermana. Por la noche un sentimiento de culpa no la
deja dormir, siente que no disfrutó a Noni, que no la comprendió en su enfermedad, que
estuvieron alejadas.
—Es voluntad divina que Noni haya dejado la
vida terrenal. Son los caminos del Señor –dice su madre, embarazada del último
de sus hijos—. Ustedes fueron muy unidas, muy buenas hermanas.
Voto femenino
Los días se vuelven espesos, la muerte
no se comprende. María Elena se
sorprende de que la naturaleza siga tan viva, tan insensible al
dolor humano. Amanece y se hace de noche como si nada hubiera pasado, como si su
amada hermana no hubiese muerto. La vida es ingrata, no pide permiso para
continuar.
Un
día que camina por el Parque 18 de Marzo,
escucha la algarabía de las mujeres ante
el candidato priista para la Presidencia
de la República, Ruiz Cortines:
—¡Si
llego a ser presidente, lo primero que haré será otorgarles el voto a todas
ustedes, las mujeres mexicanas. Y también
podrán ser candidatas en las elecciones!
—exclama en el micrófono.
Hay
una gran polémica en la ciudad por esta situación, organismos mundiales como la ONU están
presionando a los países que no contemplan el derecho al voto de las mujeres. María
Elena es una mujer moderna en 1950. La mayoría de sus amigas y conocidas no
trabaja, sólo esperan casarse. Suerte
que vive en la capital porque en provincia es muy mal visto que las señoritas
salgan a trabajar. Son tiempos en
que la joven mexicana pasa de ser
inquilina de la casa de su padre a la de su esposo. Pero no es el caso de María
Elena, ella trabaja desde los quince años, ahora tiene veinte y tres, y le gusta su vida, ir y venir, ganar su propio dinero y aprender cosas nuevas. Cuando platica con su papá, él le reitera su
orgullo por ser una mujer trabajadora y cumplidora de la ley de Dios, y juntos comentan a la familia la bondad que el
voto femenino traerá al país, sin imaginar siquiera que su destino estaba unido
al sufragio de la mujer mexicana.
Mujeres desinteresadas
Para
1953 se concede el voto femenino. Sin embargo, al pasar el tiempo, María Elena acepta con decepción que la
conciencia ciudadana en la mayoría de las mexicanas continuó igual de dormida. A casi nadie le interesa saber que el voto es el instrumento principal de la
democracia. Muchas ni siquiera saben lo que significa democracia, sólo están
interesadas en niños y pañales como si el trabajo de su esposo, el alimento de
los hijos y la compra de tela para pañales no dependa de la política.
Tampoco están conscientes de que todo
ciudadano debe vigilar los actos del Gobierno y el buen uso de los recursos del
país.
Presidente y presidenta
Acción
Católica, donde María Elena es la presidenta diocesana de las jóvenes, tiene su
contraparte masculino, y por ahí se
escucha el rumor de que el presidente de los jóvenes ha dicho que presidente y
presidenta hacen buena pareja. Pero ella
está entregada a su apostolado, tiene una necesidad mística de ayudar a los que
sufren, de padecer junto con ellos, de ganarse el cielo, de no condenarse. Con
la muerte de Noni, la religión es su gran consuelo. Saber que se cumplió la voluntad
de Dios al llevársela, eso le da resignación y quiere estar más cerca de su Señor Jesucristo. La admiración que le tiene a los sacerdotes y
a las religiosas que entregan su vida al servicio de los demás la hacen seguir
pensando en que un día será monja. En
cuanto haya menos necesidad económica en la familia ingresará al convento.
No
siente el alma de las cosas
Pero
Abel, el presidente nacional de Acción
Católica, es un joven íntegro, servicial
y católico, que se ha metido en sus pensamientos sin ser invitado y le ha
pedido que sea su novia. Además, tal y
como se usa, le regala los libros de
poesías de Enrique González Martínez:
Tuércele el cuello al cisne,
de engañoso plumaje…
no siente el alma de las cosas,
ni la voz del paisaje.
O
uno más romántico que la introduce en un terreno no explorado como es el amor
de pareja.
Iremos por la vida como dos pajarillos
Con ingenuas palabras y diálogos
sencillos.
Con
rubor de granada, María Elena decide consultar con su director espiritual. Ella
jamás toma una decisión importante en su vida sin la opinión de la autoridad
eclesiástica:
—Es
Abel, el presidente de los jóvenes,
dígame usted si estará bien que acepte su propuesta de noviazgo.
—Los
caminos del Señor son muchos. Acéptalo como novio, y si con el tiempo sigues pensando en entrar
al convento, lo harás totalmente decidida.
—He
estado leyendo un libro que se llama Azahares,
Espinas y Rosas, y supe que en el
matrimonio también se sufre mucho.
—Según
he sabido se sufre de verdad hija.
Por poco va a las Olimpiadas
Y
es que Abel es digno de admiración, además de su carácter firme, todos los días sale de su casa a las cinco de la mañana,
toma el autobús y se baja en el Zócalo. Desde ahí se va corriendo a un campo de
entrenamiento y regresa a pie al hogar. En sus pláticas, le cuenta que fue subcampeón en cuatrocientos metros planos y
que por poco y va a las olimpiadas de Londres en 1948. Él, a pesar de su juventud, ya imparte unas
cátedras en la Facultad de Derecho, en
la de Contaduría y en la Escuela Bancaria.
—La
mejor manera de influir en los jóvenes
es el ejemplo. Viviendo los
valores. Siendo íntegro y ganándose su respeto –comenta a María Elena.
Parias de la tierra
La
nueva pareja se ríe recordado sus tiempos
infantiles en la escuela socialista del
Presidente Cárdenas. Él le ha confesado
que en aquellos días su familia pasó
apuros económicos y tuvo que asistir
a la escuela pública donde todos los
lunes tenía que cantar la letra del himno socialista:
¡Arriba, parias de la Tierra!
¡En pie, famélica legión!
Atruena la razón en marcha:
es el fin de la opresión.
¡En pie, famélica legión!
Atruena la razón en marcha:
es el fin de la opresión.
—¡Fuera
bueno que se hubiera terminado la
opresión! –dice ella.
—¡Y
lo teníamos que cantar todos los lunes! Lo peor fue cuando dibujé una casita y
a un lado una iglesia, el maestro me regañó frente a todos, y me dijo que en su
salón no se pintaban cruces. Fue
humillante. Desde ahí supe que en México
teníamos un Gobierno represor.
En
las visitas que le hace como pretendiente concuerdan en que les molesta la injusticia.
María Elena le cuenta que no le parece justo que a las trabajadoras de los
bancos no se les permita sindicalizarse, mientras en casi todas las áreas los obreros ya están sindicalizados.
—Quisiera
poder hacer algo –expone ella.
—Puedes
hacer mucho, pero recuerda que el cambio debe de venir desde arriba, de los que hacen las leyes.
Votar por primera vez
A
estos incipientes enamorados el corazón
les late al estar juntos, pero también cuando hablan de temas sociales; los
dos sueñan con promover cambios en
México, que haya más justicia y más congruencia en el Gobierno.
—En mi tesis profesional la primera cita que
escribí dice: "un buen gobierno siembra la justicia en el alma de los hombres" –le comenta
Abel, orgulloso.
—Es
muy cierta, sin embargo este Gobierno hace lo contrario. Ha habido tantas injusticias,
acuérdate de la Guerra Cristera —dice ella.
—Fue terrible y en
la elección donde participó Almazán mataron a un hombre por querer presidir la
casilla.
—Aunque tengo
miedo, voy a votar este 3 de julio de 1955 para la elección de diputados. Será un acontecimiento histórico: la primera
vez que votamos las mujeres, —añade, María Elena expectante.
Saliendo de misa
María
Elena siente que Abel la entiende en sus deseos de justicia; es íntegro y soñador y la busca para hacer familia. Una tarde, de persistente y fina lluvia,
él le pregunta si acepta ser su novia.
Ella le dice que meditará su propuesta.
—Espero
tu respuesta dentro de un mes, saliendo de misa en la Villa de Guadalupe.
Las
amigas de su madre le han dicho que el abuelo de Abel fundó el pueblo mexiquense Xonacatlán de
Vicencio y que todavía pende un gran óleo
con su retrato en el Palacio Municipal y
una estatua en la plaza del pueblo.
—Indudablemente que es un buen partido, es muy
católico –arguye su madre—. Y de una
familia muy recta; imagínate, dicen que su papá cuando era presidente de la Suprema Corte de Justicia
desafió al mismísimo Presidente de la
República…
María
Elena acepta el noviazgo, y dos años después le da otro sí bajo la cúpula
octagonal de la Basílica de Guadalupe.
Boda y huída
Aunque
mamá Elena no quiere angustiar a su hija
y menos en la víspera de su boda, uno de sus hijos, el de trece años, se
ha escapado de casa y está muy preocupada. Él estaba estudiando la secundaria, pero se ha
disgustado porque mamá le pide que busque un trabajo por las tardes. Con el
corazón rebosante y el pendiente por su hijo, Rubén Álvarez y Elena Bernal,
entregan a María Elena, de veinte y siete
años, en el altar, el 2 de marzo de 1957. El
Arzobispo Miguel Darío Miranda ofrece la misa.
María Elena va vestida de blanco, los labios
pintados de tenue rosa, menuda y alegre, él la espera en el altar, formal y brillante,
todo un caballero. Frente a la Virgen, la
familia y los amigos, juran vivir en el amor y formar una bonita familia.
El júbilo es grande, pues hasta
ahí han llegado representantes de todas las diócesis de la República porque
Abel es el presidente nacional de Acción Católica y no todos los días se casa
una presidenta con un presidente. Con gritos de alegría, cada uno de los
representantes, muestra la bandera de su templo y desean felicidad a la pareja.
Por los manglares de Acapulco
Los familiares de ambos les
preparan una recepción en una casa de Jardines del Pedregal de San Ángel. Ahí
acomodaron mesas con bocadillos y vino.
Los nuevos esposos brindan, bailan, y reciben abrazos de buenos deseos. Los
hermanos pequeños de ella corretean por todos lados, el más chico y último hijo
de la familia Álvarez Bernal tiene menos de cinco años. Por la tarde, lo nuevos
esposos se van a Acapulco. La luna de
miel es en el hotel de Pensiones. Abel y
María Elena han hecho cuentas y apenas les alcanza para pasear en canoa por los
manglares y disfrutar la playa, pero no necesitan más: el mundo es nuevo
descubriéndolo juntos.
El multifamiliar número 31
De regreso a la ciudad fijan su domicilio
en el departamento 31 del multifamiliar para maestros en la Ciudad Universitaria.
Por suerte para ellos el trabajo de Abel les permite establecerse mejor que
algunos amigos y primos que se han casado con menos recursos.
La
rutina que María Elena tuvo por más de diez años como empleada de Almacenes París y como presidenta de Acción Católica ha cambiado. Al contraer matrimonio sale del
grupo juvenil y, además, deja de trabajar. Ella extraña su independencia económica, pero son
tiempos en que la mayoría de las mujeres casadas no salen a la calle a laborar. Siente que le sobra tiempo, va a misa diariamente, hace el poco quehacer de
la casa, visita a su madre y va en
autobús a san Ángel para hacer las compras. También toma a su cargo los niños
del edificio, les enseña el catecismo, les confecciona sus trajes blancos y les
acompaña a celebrar su Primera Comunión.
Hijo por año
Como
es la usanza, ella espera llegar embarazada de la luna de miel. Está decidida, como mamá Elena, a tener los
hijos que Dios le mande. Pero el tiempo pasa y no hay anunció de bebé. La mayoría de sus amigas y parientes tienen un
hijo por año y ella todavía no. Por
su misma fe no puede revelarse ante la voluntad de Dios. Mientras
tanto, comienza a ayudar a Abel revisando
los exámenes de los estudiantes y con
las diligencias propias de un abogado. A él le gusta su sentido común para
resolver los casos, le parece practica y justa; su fresco punto de vista le
amplía el panorama a la hora de resolver
una cuestión jurídica.
El librito de la esposa perfecta
La
finalidad de María Elena al casarse con Abel es hacerlo feliz, ha devorado el
texto de La Esposa Perfecta en el que vienen los pasos para tener un matrimonio
armónico. En menos de ochenta hojas, la autora, da la formula mágica para hacer feliz al marido:
"
...En cuanto él regrese del trabajo y toque a la puerta, usted debe abrir
sonriente y con un platón de botanas porque
los hombres cansados y hambrientos se ponen de malas. Si ha de quitarse la
camisa hay que lavarla de inmediato no vaya a ser que la quiera limpia la siguiente
mañana y vayan a discutir. El principal quehacer de una esposa es adivinarle el
pensamiento a su hombre".
Una
noche, mientras él revisa exámenes, ella le sirve un café y lo pone en un tazón en la mesa. Abel la mira
confundido:
—Creo
que se sirve en taza chica y sobre un
platito…
María Elena se disculpa muy apenada. Más de diez años trabajando en oficina la han
distraído de las ocupaciones de una
mujer de hogar. Son este tipo de errores los que quisiera no cometer.
De
Acción Católica a Acción Nacional
Acción
Católica es un organismo muy dinámico en México, siempre está capacitando a sus
afiliados con cursos, conferencias y talleres.
A los jóvenes se les motiva para leer, mejorar su vida familiar,
desarrollar su espiritualidad. Es una superación constante. Abel y María Elena pudieron haber pasado a
formar parte de la asociación de mayores, pero los sacerdotes les han pedido se acerquen a la política para que trabajen para un México más justo. La mayoría de los líderes de Acción Católica
se han vuelto miembros activos del Partido
Acción Nacional; los primeros presidentes del Partido, después de su
fundador, salen de esta organización.
En
el sexenio de Miguel Alemán, la
corrupción produjo muchos nuevos ricos y
una gran pérdida del poder adquisitivo del salario mínimo. Ruiz Cortines, aunque estableció que se lleve a cabo la declaración patrimonial y
mostró la suya al principio y al final de su mandato para evitar el robo, tuvo
que devaluar el peso, lidiar con el descontento en el gremio magisterial, y con
la amenaza de huelga de los trabajadores del ferrocarril.
Parece
mentira, pero a casi cincuenta años de la Revolución Mexicana todavía hay grandes latifundios en algunos Estados.
Con la situación así, Abel y María Elena, aceptan el desafío de cooperar para formar un México mejor. Ellos
saben que los cambios deben venir desde arriba.
—De
quienes hacen las leyes –dice María Elena, cuando se inscribe como militante del
PAN.
III
Miradas que se cruzan
No hay cerradura para la libertad de mi
mente.
Virginia Woolf
Poder que anega las manos
—Veamos
de nuevo las estrellas –les dice Gómez Morín, el fundador de Acción Nacional, a
Abel y María Elena, a casi veinte años
de la creación de su Partido.
Él les mira de frente y les contagia la certeza de que se puede mejorar la
política mexicana, de que pueden ayudar
a que se reforme.
El
PAN surgió en los tiempos en que el pueblo estaba confundido con la imposición
de la educación socialista y los cristeros asesinaban maestros rurales. Su
objetivo fue juntar grupos y fuerzas
dispares, y apoyándose en el liberalismo político, crear una opción a la hora de votar: un gobierno que no sea
apoyado por las armas, sino por el humanismo.
Manuel
es un estudioso del derecho, rector de la UNAM, un erudito consumado. Él sabe
que los apetitos del hombre nunca
terminan, satisfecho un deseo surgirá otro, y sin educación, sin conocimiento
de la historia, sin integridad, los
defectos del ego se acrecientan. Las buenas intenciones se pierden cuando el
poder anega las manos de un gobernante
de espíritu débil, y en consecuencia el pueblo padecerá los hierros de su carácter, dice en el mitin:
—En
este teatro que es la política mexicana, el fuerte no es el Gobierno sino el
ciudadano ¡Qué todo mexicano se vuelva político, qué salga de nuevo a ver las
estrellas!
Él
tiene la convicción de que se puede; cruza la mirada con cada uno de los
militantes, y cuando toca
los ojos de María Elena conquista sus ideales para siempre.
Primera
vez
México,
como el matrimonio de María Elena y Abel, es tan nuevo. El Partido está
hambriento de militantes jóvenes, decididos y abiertos, de mentes modernas. Apenas
se inscriben en Acción Nacional a ella la
nombran presidenta de la Sección Femenina y secretaria del Distrito
XVII del D.F. Abel es colocado como jefe distrital y lanzado
como candidato a diputado suplente del doctor Raúl Velasco Zimbrón.
Los hijos siguen sin llegar, el médico le ha
recetado a María Elena un tratamiento de hormonas para la fertilidad y Abel le
pide que no se preocupe por eso, le
sugiere que se prepare más, que lea todo
lo que caiga en sus manos, que deje atrás las biografías de santos, que abra
su mente. La conoció siendo una líder en Acción Católica y considera justo
que siga desarrollando su talento natural, su don de conferencista que forjó en las obras de
teatro y en las poesías que declamaba en Zamora. Ella comienza por leer los
escritos de Abel que tratan de Desarrollo Económico de México, de la Revolución, de Sociología y por supuesto
de Política y Democracia:
—Qué
el pueblo conozca y escoja por quién votar, es la única solución –dice él.
—Sí, pero
para ello tiene que haber opciones de buenos candidatos –agrega ella.
La Doctrina Social Cristiana
La
lectura del libro Humanismo Político, escrito por González Luna es uno de los
textos que más influyen en la vida de María Elena. González Luna fue el primer
candidato de Acción Nacional para presidente de México, y su filosofía personal
gira alrededor de la Doctrina Social Cristiana
que tanto auge tiene en Europa por estos días. A María Elena le gusta, también, ir a sus mítines y escuchar su voz firme y
vibrante compartiéndoles la encíclica papal Rerum Novarum dictada por el papa León
III, quien identifica al capitalismo como causa de la pobreza y degradación del
trabajador. En este escrito, Su Santidad pide que el trabajo del hombre no sea considerado
mercancía, que haya protección a la mujer trabajadora, prohibición al trabajo
infantil, previsión social, derecho a la propiedad privada. Toda esta retórica, expuesta por González
Luna, se le acomoda a María Elena con
sus ideales políticos y creencias religiosas.
Rifas y vendimias
¿Y por qué mi
Distrito no tiene Sección Femenina? Se pregunta María Elena, y se da a la tarea
de formarla. Su trabajo en la Sección Femenina del PAN es vencer la apatía y el
abstencionismo femenino, algo así como picar
piedra. Muchas mujeres no son tan entusiastas, creen que hay cosas más
importantes que hacer como bordar o
cocinar, pero ella se las ingenia y les imparte cursos de formación familiar, decoración de la casa
y entre esto y lo otro les agrega temas políticos. Todo es importante en
la vida.
Por
esos días Abel le ha pedido, serio el semblante y parpadeando sus ojos
soñadores, que aparte una fracción más
grande del presupuesto familiar para la cooperación que hacen mensualmente al PAN. Aunque Abel gana bien, la vida familiar es austera, él dice que le debe al pueblo de México su licenciatura porque
la hizo en la UNAM y fueron los impuestos de los ciudadanos quienes
pagaron su carrera, por eso cobra lo
justo a la hora de litigar y no piensa enriquecerse a costa del daño de otros. María Elena está acostumbrada a estirar los dineros, en una familia tan
grande como la suya, aprendió bien la lección y coopera entusiasmada con una
cuota más amplia. También organiza rifas
para pagar la renta de su oficina de
secretaria.
Usted hace mi trabajo
En
muchas familias de Acción Nacional hay una alcancía en la cocina con el fin
de ahorrar para tal o cual candidatura, así apoyan a sus
candidatos y al Partido. Las mujeres de Acción Nacional hacen peregrinaciones a los negocios del
centro de la ciudad, a las casas de amigos, familiares y personas de buena
voluntad, solicitándoles que cooperen
con lo que puedan. En una tienda comercial
les regalan cámaras fotográficas, vajillas y juegos de vasos para rifarlos.
A María Elena le toca rifar una cámara, hace la lista de los números
y pasa a los consultorios de
médicos a ofrecer boletos. Su costo son $2.00
Ese día uno de los doctores le da un
billete de $50.00 y ella se apresta a darle
25 boletitos.
—No,
no quiero ni un boleto, Elenita.
Ante
los ojos de intriga de María Elena, él agrega:
—Usted
está haciendo el trabajo que yo como ciudadano
debería hacer: preocuparse por la
política de mi país.
Ella
da las gracias entusiasmada, jamás nadie le ha dado un donativo tan grande, ni agradecido
la lucha que hace por la democracia.
Cooperación en los cruceros
La venta de ropa usada es una forma fácil de
hacerse de algunos pesos y María Elena y sus amigas corren la voz de que reciben ropa y
objetos usados para luego venderlos en
las colonias de la periferia. Cuando reúnen suficientes cosas la suben en sus
camionetas, se van a las colonias y
exponen su tendido. Con frecuencia, ella cita a las militantes en los cruceros más
concurridos y, bote en mano, piden a los automovilistas que les apoyen con una
o dos monedas para la democracia.
Carmen Lozada su amiga de Acción
Católica, que muchos años antes emigrara también al PAN, ahora es comisionada nacional
de las mujeres y responsable de los eventos que se organizan. Cuando hacen las kermeses
por región para juntar fondos, a María
Elena le toca picar la fruta, atender el puesto del ponche y lavar los jarritos, y también le ayuda a Carmen a
juntar los dineros finales de los puestos.
Las
cuotas que mantienen al PAN son voluntarias
y moderadas, hay quien da $5.00 y
quien pone $20.00, algunos alegan que están en crisis, otros más reclaman que de nada sirve cooperar que el Gobierno se ríe
de ellos. El Dr. Raúl. Velazco Zimbrón, primer
candidato a quien María Elena y Abel ayudan en el Distrito XVII, sobretodo porque Abel es el suplente, consigue donativos
mayores para su campaña con amistades y
familiares. María Elena y Abel trabajan
mucho en pro del Partido y están muy comprometidos, tienen un sueño que es la
democracia y eso los une como pareja. En
esos días los dirigentes de Acción Nacional los nombran consejeros nacionales.
¡El tapado no!
La
primera tarea que le toca a la pareja en Acción Nacional es la campaña para Presidente de la República en
las elecciones de 1958. El candidato es Luis H. Álvarez, quijote norteño, delgado, aferrado y soñador que apuesta como
suicida su fortuna familiar a la democracia. Viene desde Chihuahua prendiendo
entusiasmo pueblo por pueblo con el lema de Casa, Vestido y Escuela. Le cuentan
a María Elena que lo han metido a la
cárcel en Zacatecas, lo encañonaron en
Jalisco y le niegan el Kiosco
para el mitin en casi todas las ciudades, pero tiene energía de hierro y da la mano, mira de frente, pide su voto y gana simpatías y adeptos para el Partido. Por
el PRI el candidato es Adolfo López
Mateos.
María Elena y Blanca Magrassi, la esposa de
Álvarez, se conocen y simpatizan de inmediato, las unen sus ideales y esos maridos voluntariosos que sueñan con la libertad
de elección y quieren hacerle una guerra civilizada al PRI para que aprenda a ejercer la democracia.
Primer
acto: el empadronamiento
—Lo
primero que hay que hacer es promover el empadronamiento, entusiasmar a
la gente a registrarse como electores para que puedan votar, cierto que predomina la apatía, a pocos les importa,
pero sin empadronarse es inútil gastar
en propaganda, y no vamos a desperdiciar
el dinero de las cuotas de los militantes –dice Blanca.
El
gran tesoro del PAN son sus mujeres, María Elena y sus amigas se paran fuera de las iglesias o en
las entradas de los mercados para invitar a la gente a darse de alta en el
padrón. Los de Acción Nacional no
cuentan con la radio para hacerse
publicidad. No hay libertad de expresión. Pero las panistas están acostumbradas
a luchar contra la corriente por eso recorren vecindad tras vecindad y tocan
casa por casa para invitar a las reuniones donde se explica la doctrina del PAN
y el deber ciudadano de empadronarse y votar.
Mientras tanto Blanca Magrassi sigue a su
marido a todos los pueblos del país e
inaugura con ello la costumbre de que la
esposa acompañe al candidato en las giras electorales:
—Visitamos
quinientas treinta comunidades de todos
tamaños y colores –le confiesa Blanca a María Elena-. Ha sido muy riesgoso: en Tlalnepantla
me regalaron unas flores
de cempasúchil, luego una
panista me preguntó por qué recibí ramos
de muerto. En ese momento comienzan los
disparos, las flores era la señal para el inicio de la ofensiva. Nos tiramos al suelo, todo mundo gritaba; a
un periodista lo hirieron y la sangre
asustó a los agresores. Corrimos a perdernos.
Aún
así la campaña prende al grito de ¡Álvarez sí, el tapado, no! El tapado es el candidato del PRI porque
nadie sabe quién es. Su figura es misterio, hasta que el Ejecutivo
lo destapa a los medios de
comunicación.
Hablándole
al aire
En
el PRI se han puesto nerviosos, esta gente panista, tan movida, está haciendo
olas, ha cundido una simpatía jamás vista.
El ejército está a la expectativa.
María Elena y los de Acción Nacional preparan un mitin en la colonia
Alfonso XIII y para atraer más gente anuncian que una enfermera dará un
curso de primeros auxilios. La noticia
del evento se difunde con tal éxito que una hora antes
del mitin la plaza es cercada por la milicia con el fin de evitarla. María Elena tiembla cuando ve a
Abel enfrentándose a los militares, diciéndoles en jerga
legislativa que el derecho de expresión
es constitucional. Los soldados comprenden
poco y lo dejan subir al templete.
En
plena soledad y rodeados de los
militares, la enfermera da su curso de salud y Abel su discurso político. Muchas caras escondidas, temerosas del
régimen, miran desde lejos a Abel, amparado por la Constitución, hablándole al
aire.
Muertos activos
Comprobar
la veracidad del padrón electoral es
titánico. Cada vez que va a haber elecciones los que quieren votar
tienen que darse de alta en el padrón electoral, pues no se guardan los
archivos. Por eso cada tres o seis años
los panistas primero promueven el registro de electores y luego revisan la
autenticidad del padrón. Ellos son los únicos interesados en un registro más
amplio y correcto. María Elena, en esas
fechas, siente que los días son
demasiado cortos y que a veces no alcanza ni a respirar, porque cerrado el
empadronamiento hay que checar que el
padrón sea auténtico. Se forman equipos
que vienen a ayudar a diferentes horas. María Elena recibe a algunos de los
grupos en el comedor de su casa, muchas panistas llevan a sus hijos para que
ayuden.
Segundo acto: checar el padrón
Antes de las elecciones el Gobierno les da, de
mala gana, una copia del registro del
Padrón Electoral en papel cebolla, tan
delgado que con cualquier rasgadura queda
imposible de leer.
—Los
votantes están por abecedario según su nombre y los necesitamos por domicilio, recórtenlos
y péguenlos por calle —les ordena ella.
—¿Y
para qué los acomodamos por calle?
–pregunta la hija de una panista.
—¡Para
que sea más fácil ir a checar los domicilios y verificar que los electores son reales, que no los inventó el
PRI! —exclama María Elena—. No será la
primera vez que hagan votar a los muertos.
Honrados, en la vida diaria
María
Elena ha perdido su capacidad de asombro, educada en la honradez y casada con
un hombre íntegro como Abel, no entiende
qué le pasa a los mexicanos en las elecciones. Muchos de ellos son honrados en la vida
diaria, pero en cuestión política hacen trampa. A la hora de buscar a los individuos del padrón en sus domicilios, algunos no existen;
se levantan actas sobre el asunto y se presentan:
—Señor
notario aquí está la lista de los muertos y
los fantasmas que votan por el PRI.
El
hombre, da fe de las fallas del padrón y
le entrega una acta notarial de fraude. Abel
con el papel en la mano acude al Colegio Electoral para fundamentar la denuncia,
donde una secretaria turbada la archiva de inmediato y le sonríe falsamente.
Todos son cómplices del sistema.
En
Chihuahua hay noticias catastróficas, José de Jesús un joven que pegaba
propaganda panista ha sido asesinado. La
violencia del Gobierno ha superado los
límites de la cordura. En respuesta a
este agravio los militantes de Acción Nacional
de esa ciudad toman una estación
de radio y culpan a Ruiz Cortines de la
muerte del joven.
Tercer acto : ¿Quieres ser
representante de casilla?
—Disculpa
¿Quieres ser representante de casilla en la próxima elección a Presidente?
–pregunta María Elena a los simpatizantes.
Es
difícil conseguir gente para representar
al PAN en las casillas. Tienen miedo. Desafiar el sistema es cosa de locos.
Cuando juntan un grupo de representantes
hay que capacitarlos, y por supuesto, los cursos de capacitación son por cuenta de María Elena y sus compañeras panistas:
—¡Es
muy importante saber qué hacer para
evitar las trampas en el día de la votación! –exclama.
¡Queremos cooperar!
El primer domingo de julio de 1958 los panistas distribuyen entre los
representantes de casillas, hojas blancas, papel carbón, lápices y
plumas. También compraron sellos
para que quienes no saben firmar pongan su huella digital. El Gobierno no da ayuda
económica ni materiales para estos menesteres, le conviene el desorden y la confusión, son sus mejores aliados para
ganar la elección.
A
última hora nobles corazones de
ciudadanos mexicanos se contagian de entusiasmo y quieren votar, pero no se han
empadronado.
—¡Queremos
cooperar! –dicen.
—¡Lo
único que nos falta es comida para los representantes de casilla! –insinúa
María Elena—. Pueden regalar tortas.
A medio día, atendiendo un votante y
otro, los representantes de casilla reciben unas deliciosas tortas de un grupo de
nuevos simpatizantes. Más tarde se
cierran las elecciones con gran
expectativa.
Conforme
van pasando los días, los ánimos van decayendo. Aunque se ganan seis diputaciones, los nuevos diputados son
obligados, por los dirigentes panistas, a no aceptar el triunfo que el Gobierno
ya les reconoció, alegando fraudes en
otras casillas y buscando justicia.
Cuatro de ellos se niegan a
acatar las órdenes y son expulsados de Acción Nacional. Se trata de dignidad, de que se acaben los fraudes, les han dicho, no
de seguirle el juego a los priistas. Hay
opiniones variadas.
El desenlace
López
Mateos obtiene el poder. El esfuerzo fue supremo, pero gana la
ignorancia, el miedo y la indiferencia. Sin embargo María Elena siente que hay un despertar precioso y único en las
conciencias; fueron tantos los que
votaron por primera vez, muchos los que vivieron la verdadera democracia y comprendieron
que elegir a sus gobernantes es un derecho natural del
hombre. Con esto, se da por bien servida.
Ella como todos los panistas
ganan en prestigio. El PAN concentraba
su votación en el Bajío,
Michoacán y Oaxaca, ahora el Norte se ha
activado. La gente llama a los panistas los místicos del voto: ángeles
defensores de un derecho nacional.
Poliche y Teresita
El tratamiento hormonal que le receta el doctor a Elena surte efecto y Felipe
de Jesús nace una fresca mañana de diciembre de 1959, recordándole a los nuevos papás que la política es terrenal,
la paternidad divina. Lo bautizaron con
ese nombre por ser el patrono de Acción Católica, donde se conocieron y se
hicieron novios. Poliche, como le dicen
de cariño es un niño bondadoso y tierno de ojos negros y ceja árabe que, apenas
empieza a crecer, pone de manifiesto su compasión a todo ser sufriente. María
Elena está muy atareada con los pañales y biberones, el nacimiento de Felipe abre su conciencia, se maravilla ante el proceso de la vida. Su madurez se muestra en las conversaciones con su marido sobre justicia y política.
A ella le gusta acompañarlo a los mítines del
presidente del Partido, González Torres, quien señala los errores de López Mateos:
—Este Presidente
en lo político desdeña a la ciudadanía, en lo educativo desprecia a los padres
de familia, en lo económico
desplaza a la iniciativa privada, parece
un gobierno comunizante —señala enérgico.
Y
es que recién ha muerto Stalin y la información
sobre los gulags y campos de concentración donde mató a casi todos sus generales, estremece a
cualquiera y todo lo que huela a comunismo despierta más temor que nunca.
Son
días en que la rutina diaria de María Elena es deliciosa. Ella es de cutis
fresco, de ojos redondos, de talle delicado, alegre, dedicada y joven. Su marido aunque no posee el librito del esposo perfecto, sabe que su principal deber
como compañero católico es hacerla feliz y quiere construirle una casa. Para
ello hipoteca la vivienda de su madre para comprar un terreno en la Delegación
de Tlalpan. En un giro de suerte la
hipoteca es rechazada y la señora tiene que ir a vivir con ellos. Es una situación
que apena a la suegra, pero tratan de pasarla bien acompañándola a la ópera en Bellas Artes, ahora que es la
temporada.
Tiempo
después Abel instala a su madre en otra casa y compra el terreno que quería. El
lugar es grande y está rodeado de siembras de hortalizas y granjas. Unos
parientes los animan a instalar unos gallineros y María Elena se convierte en productora de pollos. Compran dos mil aves
de engorda y contratan a dos ayudantes para que limpien las jaulas y les den purina,
el alimento de moda que hace su carne más
jugosa. Por la tarde, ella les
prende los quinqués de petróleo para que coman toda la noche y engorden más pronto.
Después de un mes y medio los pollos están listos, un camión llega por ellos y la pareja recibe su pago. Con este negocio obtienen
una buena ganancia y compran ladrillos para construir la casa, ahí mismo, en el
pródigo terreno de Tlalpan. No imaginan
que esa será su casa para toda la vida.
En una ocasión llega una epidemia y amanecen
muchos pollos muertos, ahora María Elena sabe que tiene que vacunarlos en fechas precisas.
Abel pierde para diputado
Justo cuando
Felipe de Jesús empieza a caminar, María Elena decide tomar su tratamiento de hormonas para embarazarse,
y a los nueve meses, en plenas lluvias
de agosto, nace Teresita una niña de
ojos negros y pestañas de lluvia como su padre. A pesar de que Abel pierde una vez más en su candidatura para
diputado, la familia está unida y alegre.
Los pequeños son el sol alrededor del cual giran sus vidas.
Desafortunadamente unos llegan y
otros regresan al centro de Dios; por esos días Rubén Álvarez, el padre de
María Elena, fallece. Tuvo una enfermedad
larga, pero mamá Elena lo cuidó con
dedicación y esmero. Se cierra un capítulo de su existencia, el ser que le dio la oportunidad de la vida y
seguridad de mujer, se va, deja su cuerpo y se convierte en espíritu. Ella observa
a su madre, es una viuda con hijos pequeños que mantener, y sin embargo
no pierde la fe, y todavía más importante, ama la vida y cree en los demás. Entre la tristeza, su madre le cuenta que ha
recibido noticias de su hijo, el mismo
que se fue de casa un día antes de su boda, él ha escrito que está en Estados
Unidos trabajando, y que le está yendo
muy bien.
Los plurinominales
Los
plurinominales entran a la Cámara en 1963.
Es una gran victoria para los panistas, un aire que renueva esperanzas. La Reforma Electoral promovió que
hubiese diputados de Partido,
representantes que según el número de votos en las últimas elecciones tienen
derecho a ocupar un escaño, por esta
razón veinte panistas ya están intentado
legislar en medio de los fieros priistas, y entre ellos está Abel. María Elena le da un
abrazo largo para felicitarlo porque es elegido diputado federal.
María
Elena, está a cargo de la casa y los hijos, de sus bautizos
y cumpleaños, de visitar a mamá Elena, de convivir con su familia y la de su esposo; ella es uno de esos seres
resilientes, a quienes la adversidad los
hace más fuertes. Por las mañanas se despierta temprano, va hasta Tlalpan a
atender los pollos, regresa al
hogar y prepara la comida, luego
los menesteres que le surgen como militante de Acción Nacional; al ir a la cama, simplemente se desconecta y
duerme. El doctor le receta, de nuevo,
su tratamiento hormonal y pronto se embaraza, ¿qué será?, niña o niño, lo imagina, lo sueña, a quién se parecerá. Y entre este torbellino de compromisos y
familia observa a Abel, él se está transformando; de una persona que se oponía al PRI, ahora es un hombre que legisla sobre educación, planeación
y reformas. No quiere perder el tiempo en criticar al Presidente, sino subir a la tribuna, proponer cambios y tratar
de llevarlos a cabo, eso es lo que
necesita el país. Y aunque las iniciativas que hacen los
panistas pocas veces son promovidas, luego los priistas las copian, las presentan a
su estilo y son aprobadas. Bien por
México, eso es lo importante.
Encíclicas sociales
A
María Elena, el presidente actual de Partido,
Christlieb Ibarrola, le ha
regalado un libro que hace tiempo
deseaba: Las Encíclicas Sociales, un texto escrito, también por la Iglesia Católica sobre
temas sociales y que se ha
convertido en su libro de cabecera. Le
gusta repasar los escritos del Papa Juan XIII, él dice que la justicia y
equidad atañe a trabajadores y empresarios , que el Gobierno debe mediar la diferencias sociales y ayudar
a mejorar la vida rural, para que no
haya movimientos sociales peligrosos como las revoluciones. Juan XIII parece
más político, que líder religioso. A
María Elena le encanta este mensaje
donde la Iglesia explica el derecho natural a la propiedad privada,
a que los trabajadores se sindicalicen y
que es responsabilidad del cristiano que se superen las diferencias sociales.
Democracia Cristiana
Hay
un auge socialista en el mundo. Los panistas jóvenes quieren afiliar el Partido
Acción Nacional a Democracia Cristiana, una corriente socio política que viene
desde Europa y que está influida por las enseñanzas de Jesucristo, la ideología
de Jaques Maritain y la doctrina social
de la Iglesia que promueven los papas. Es un movimiento en boga en Alemania e Italia
que coloca a la persona en el centro, principio y fin de toda acción política.
Chile y Venezuela tienen ya presidentes demócratas cristianos. Pero en México
el conflicto cristero todavía pesa en los corazones de huérfanos y viudas; en
este contexto y por esa razón se
desarrolla un conflicto interno en el Partido: ¿El PAN debe declararse católico
o no?
Son muchas las disputas y aunque Christlieb Ibarrola es un ferviente
católico, y persigue la igualdad social,
anuncia, con determinación, que la política y la religión unidas crean
división entre los mexicanos y hasta la guerra, como la Cristera. El Partido no se declara católico.
El asunto termina con la expulsión de los
demócratas cristianos que no moderan su postura. Era necesario.
Muere
un luchador.
Morir es el único acontecimiento
seguro en la vida de un hombre, pero cuando es la de un joven, que luchó contra corriente, duele mucho. Enrique, el hermano de María Elena, quien nació con una malformación en sus pies y
al que ella llevaba a sus terapias, mientras mamá salía a vender manteles, muere de un paro cardíaco. Enrique fue operado a los cinco años por el
ortopedista Velasco Zimbrón, totalmente gratis en el hospital infantil y quedó
tan bien que de grande fue capitán de un equipo de futbol. Era muy amiguero y alegre, pero muere de una
afección cardiaca. La pérdida punza
demasiado, el dolor invade a la familia. Ella se pregunta por qué la vida es tan corta para algunos.
Pero
el sol no se detiene ni un instante y María Elena da
a luz por tercera vez; es una niña y la nombran María Cecilia; esta pequeña
trae su torta bajo el brazo pues mamá es nombrada presidenta de la Sección Femenina del PAN a nivel nacional.
Mi marido me dice por quién votar
Como
presidenta de la parte femenina se da a
la tarea de formar este sección en todos los estados de la República. Hay que
enseñar a las damas a decidirse, la
mayoría de las mujeres casadas votan
según el criterio del marido.
—Creemos
que la política es cosa de hombres, sin embargo
somos afectadas por las
decisiones que tomen –dice en sus cursos
de capacitación.
Ahora
tiene que viajar. Su quehacer en el departamento 31 del multifamiliar para maestros en la Ciudad Universitaria es
mucho con los tres niños, pero por
fortuna en Ciudad de México el servicio doméstico es económico y
eficiente y a la hora de viajar, María Elena, confía sus hijos a mamá Elena o la tía Carmela. Al mayor con
su hermana Beatriz para que su cuñado Jorge lo lleve al kinder.
La
Delegación de Tlalpan es un lugar verde, de clima glorioso donde todo el año se
siente la humedad en la piel y las
plantas no necesitan riego. En verano llueve todos los días y en
las partes altas el clima se torna frío.
Cuando Cecilia comienza a caminar y María Elena se embaraza de nuevo se cambian a Tlalpan. La purina se volvió cara, ya no hay ganancia en la engorda de pollos y
se termina el negocio, pero la casa está casi
terminada y habitable. El nuevo domicilio de la familia Vicencio Álvarez
es Chilapa número ochenta y cuatro en el
centro del pueblo. Alrededor de la casa crecen un nogal, un aguacate, una
jacaranda y un pino. En las habitaciones falta el piso de cerámica y algunas puertas, pero
es funcional y la estancia de arriba
cuenta con un gran ventanal que lo llena
todo de luz. Ahí, Felipe, Teresita y Cecilia estrenan hermanito, lo bautizan
con el nombre de Abel Carlos, es el cuarto hijo de la familia. María Elena aprovecha la ceremonia de bautizo
para que el padrecito les bendiga su nuevo hogar, en el que ha de vivir toda su
vida.
Escándalo social
María
Elena cada vez que desea tener un hijo toma su tratamiento hormonal, no tiene uno cada año como su madre puesto
que es decisión de ella tomar o no las
hormonas. En su círculo social hay un gran escándalo porque muchas
mujeres no quieren tener tantos hijos y
están tomando anticonceptivos. Elena
sabe lo duro que es criar y ser parte de una familia grande, pero el sacerdote ha dicho que quien ingiere
esas pastillas desagrada a Dios.
Por esos
días, María Elena, contrata a Máxima y sus hermanas para que le ayuden en
los quehaceres del hogar. Con el
tiempo también Mari su hija coopera en el trabajo de la casa. Ella agradece mucho su eficiencia en los pormenores de la
limpieza, la ropa y los alimentos, eso le
permite dedicarse a otros asuntos.
De
un día para otro Felipe entra a primaria. Teresita va al kínder y aprende a declamar
zapatitos de lluvia, y pronto, María Elena, les enseña el poema que adornó su
infancia: Rugió el leoncillo, y al sentirse fuerte…
La pequeña María Cecilia
comienza a hacer trazos y espera que papá regrese del trabajo para enseñarle
sus jeroglíficos. Cuando él llega, los abraza a todos, y rodeado de ese amor,
simple y natural, se siente bendecido. María Elena, por medio de su tratamiento
hormonal está embarazada por última vez.
La paz es el camino
Cuando
Felipe cursa el tercer año de primaria en el Colegio la Paz, fundado por los misioneros
del Espíritu Santo, la escuela avisa que va a cerrar. Abel, como presidente de los
Padres de Familia, se sorprende, habla con ellos, y decide tomar a su cargo la Asociación.
En abril quince de 1967 nace Armandito, el
último hijo. Sin preocuparse demasiado
por los
trabajos que exige el primer año del bebé, María Elena, decide ayudarle
a su marido en el cargo que ha tomado como presidente de la Asociación del
Colegio La Paz. En el plantel se quedan
los mismos maestros y el personal. Abel
hace todo el papeleo legal y ella se empapa de la administración. A María Elena
se le facilita cualquier actividad de líder,
casi diez años como jefa de Acción Católica fueron una carrera. Es metodológica gracias a sus estudios, al trabajo diario e
intenso desde los quince años. Con una sabia frase de Gandhi: "El camino
más seguro es la paz", continúan
con el Colegio.
Al
terminar su mandato en la Sección
Femenina del PAN le hacen una entrevista radiofónica y le preguntan
que opina de la mujer en la
política.
—Así
como nos preocupamos por los hijos y el
esposo nos inquietamos por la Patria
donde vivimos. Somos consideradas abnegadas y serviciales, y esas grandes virtudes podemos darlas al servicio público, a la política mexicana.
Ella
cree fielmente que con las virtudes propias de la mujer mexicana se puede
servir a México. Mientras arrulla a
Teresita, no imagina que cincuenta años después será fiel protagonista de la
evolución de los derechos de la mujer.
Mala
política: matanza de estudiantes
Desde
su vida doméstica María Elena es testigo
de lo que el sistema dictatorial del Gobierno
es capaz de hacer. El dos de octubre de 1968 cientos de jóvenes son
acribillados en la Plaza de las Tres Culturas
de Tlatelolco. El CEN del PAN, en represalia corta la comunicación con la
Presidencia de la República. Los diputados
panistas en la Cámara son los únicos que
critican este acto estúpido. María Elena abraza a Armandito que apenas tiene un
año. Es todo tan injusto; llora por las madres que perdieron a sus hijos. Sabe que esos jóvenes sacrificados por un
opresor político, pudieron ser sus sobrinos o parientes. Aferrada al rosario de mañana y noche pide a Dios les de consuelo a sus madres. Las comisuras de sus labios le
llegan casi al suelo de tanta tristeza.
Ella
y su esposo se refugian en su pequeño, seguro, círculo familiar. Qué
afortunados son de no estar involucrados en algo tan grave, ellos que son
activistas sociales y que han corrido con tanta suerte al desafiar al sistema.
Los panistas han reclamado y criticado
al Gobierno con dureza, pero la sociedad está encandilada por las Olimpiadas y justifican la masacre, dan vuelta a la hoja
y la mayoría lo olvida. Todo pueblo tiene el gobierno que merece. Sus
hijos, ajenos a la tragedia, juegan a imitar a los atletas y quieren ir a
verlos, y ellos les conceden su deseo. Son días de fiesta nacional y
aunque la tristeza no se va de sus corazones,
ambos se convencen de que hay que luchar de la manera correcta, con
civilidad, así como ellos llevan más de una década haciéndolo.
Para
la Navidad de ese año, hay muchos hogares
enlutados. Pero la vida sigue. María
Elena es joven y dinámica, ella misma organiza la pastorela navideña, que
aprendió a hacer con sus amigas las Lozada,
y para esto compra telas, cose disfraces
y con sus hijos, sobrinos y amigos, y en
su propia casa , ella y Carmen su cuñada montan la obra de teatro.
Mexicanas
valientes
Ahora
el Comité Nacional del PAN organiza rifas de automóviles bien
estructuradas y María Elena les recuerda
a las militantes que hay que ayudar a
vender boletos. Despierta ternura entre
los ciudadanos ver a las mexicanas, a
veces humildes mujeres panistas, ofreciendo
boletos de rifa a la salida de las
tiendas. Algunas a grito vivo, con el coraje que tienen por la injusticia económica en que viven, ofrecen billetes y
prometen el automóvil a cada comprador, y todo esto en servicio a Acción
Nacional, que el único pago que les da es la promesa de un país más
justo para sus hijos.
Instituto de Estudios Sicológicos y
Sociales
Para la familia
Vicencio Álvarez ir a las oficinas del PAN es un tiempo especial. Una de las cosas que los niños disfrutan más
es ir a las convenciones porque regalan tortas y refrescos, y como mamá nunca
les compra sodas los chicos tienen
permiso de tomar las que quieran. Además se llevan sus juegos de mesa y se
acomodan por ahí a jugar con otros hijos
de panistas, y la pasan de lo lindo.
En otras ocasiones Abel y María Elena se van
solos, como esa noche de fresca lluvia
en el Distrito Federal, donde, a medio mitin alrededor del Ángel de la
Independencia, Elena, se reencuentra con Blanca Magrassi de Álvarez, a quién
ayudó en la campaña presidencial de 1958 cuando se lanzó su esposo Luis H. Álvarez.
—¡Ya hace más de
diez años de todo aquello! Han pasado tantas cosas, estudie Sicología y ya
tengo mi propio instituto –le dice ella—.
Estoy dando terapia a niños con problemas de aprendizaje.
—Nosotros nos
hemos hecho cargo del Colegio donde estudian nuestros hijos –le comparte María
Elena—. Nos ha ido bien. Pero Abelito,
que ya tiene seis años, no tiene interés
en aprender a leer y escribir. Me han dicho que puede ser un serio problema de retraso…
—Yo te lo puedo
diagnosticar, tengo una serie de pruebas y exámenes que puedo hacerle para
detectar su problema. Hay tantas novedades en Estados Unidos.
Modificación de la conducta
Unas
semanas después se reúnen y con una amplia batería de pruebas que Blanca aplica
a Abelito, encuentra que el coeficiente intelectual del niño es alto, su
problema es la dislexia y confunde ciertas letras, además su percepción visual
es diferente por eso pierde interés al leer y prefiere jugar. Blanca le indica a la maestra del chiquillo que
técnicas y ejercicios debe ponerle para estimularlo a leer. Pasado un tiempo el niño lee y escribe
perfectamente, y María Elena, impresionada por estas técnicas nuevas comienza a
asistir a todos los cursos que Blanca imparte.
Luego, ella misma, le organiza seminarios en el Distrito Federal; hay
tantos niños con dificultades de aprendizaje. Fascinada con todo esto, acompaña a Blanca a Estados Unidos para
capacitarse en Técnicas de Modificación de la Conducta, este novedoso sistema que
está revolucionando la educación y cuando Blanca no puede asistir a dar las
conferencias en el D.F., ella la suple. Luego
se certifica en Problemas de Aprendizaje y Educación Individualizada.
María Elena
descubre un gran hueco en la sociedad de Distrito Federal, ve padres ansiosos de
saber cómo educar correctamente a sus hijos, y decide abrir, en sociedad con
Blanca, una sucursal del instituto que su amiga tiene en Chihuahua. Con un
relumbrante nombre en la entrada del local:
Instituto de Estudios Sicológicos y Sociales, María Elena, comienza a dar terapia
a niños con dificultad de aprendizaje, tal como fue el caso de Abelito, y a capacitar
a maestros y madres de familia en Modificación de la Conducta.
Conductismo operante
La
capacitación a madres de familia en Modificación de la Conducta resulta un
éxito, el Condicionamiento Operante
descubierto por el sicólogo Skinner es
sencillo porque explica cómo reforzar la conducta positiva y eliminar la negativa.
Este estudioso dice que el pequeño
repetirá una y otra vez la conductas recompensadas.
La conducta que no es retribuida, como
obtener un diez en un examen, o un berrinche, tienden a extinguirse. Los padres de familia aprenden en los cursos
de María Elena qué hacer para fortalecer
el buen comportamiento del niño y cómo
debilitar el malo.
Por
aquí y por allá le piden, que les oriente en esta técnica que levanta olas.
María Elena también se capacita en Círculo Mágico, un programa
espléndido de desarrollo humano para niños. Es muy importante que los
pequeños expresen sus emociones correctamente. Sentados en círculo cada
niño va externando un sentimiento agradable: abrazó al abuelo, vio una flor, le
gusta una canción.
En carne propia
María Elena está
más entusiasmada que nunca; en su hogar aplica el Conductismo y le da tan
buenos resultados que sus hijos adolescentes nunca se sienten abandonados, a
pesar de que trabaja y tiene mil pendientes. La Sicología fascina a María Elena,
toda vez que ella es una típica esposa mexicana acostumbrada a complacer a su
marido, pero con el estudio de esta ciencia aprende a expresar con asertividad
lo que desea y dejar atrás el enunciado
forzado del como tú quieras, mi amor. Aplicando lo aprendido en los cursos, la
relación entre Abel y María Elena se fortalece, se vuelve más cálida, más
atinada.
Ella
vive lo que enseña, por eso le permite a
cada hijo escoger un platillo principal para las comidas de la semana, con
previo compromiso que se comerán lo que los demás escogieron. El lunes, Felipe, elige tallarines con
espinaca y budín de natilla y así sucesivamente. Después de hacer las compras pega en el
refrigerador el menú para que su
ayudante lo cocine. Además, en un
cartulina, hace una cuadrícula donde les califica su comportamiento en la mesa:
si coge el vaso con las dos manos, si
acomodó su servilleta, si utilizó bien los cubiertos. Los domingos
se otorgan los premios, que casi siempre es un pastelito comercial de
esos que no se les permite comer entre la semana. El uso de estas técnicas ayuda a evitar regaños constantes, sin lograr nada y a que ellos acepten la responsabilidad de sus
actos.
Un
sentimiento agradable
Se trata de que en
el hogar fluya la armonía y de que todos estén contentos. Ella aplica todo este
método en casa, saca conclusiones y aplica correctivos. En los cursos que
imparte comenta sus propias experiencias con sus alumnas, que son madres de
familia.
Abel también se
involucra en lo que sucede en el hogar y gustoso coopera en la sesión de
Círculo Mágico que hay en casa, cada semana. En está ocasión es el turno para
que Abelito externe sus sentimientos agradables:
—¡Para mí un
sentimiento agradable es esta casa, porque si veo ese cuadro me gusta y si
juego con mis hermanos soy feliz! me gusta la comida, mi mamá, la jacaranda, el
jardín…
Cuando le toca el
turno a papá Abel, él agrega:
—Un sentimiento
agradable para mí es vernos juntos, toda la familia tratando de ser mejor; y sobre todo tener cerquita a este chaparrito,
gordito que tanto quiero –y abraza a Abelito que responde al abrazo,
emocionado.
La familia sabe
que el trabajo de mamá es más divertido que nunca, sólo ignoran que sus
conductas son desmenuzadas y estudiadas frente a una concurrencia de señoras ávidas de soluciones
para ciertas e incómodas situaciones que hacen la vida familiar desgraciada.
María Elena pone el ejemplo de un adolescente
que empieza a salir con sus amigos, necesita dinero para ir al cine o a pasearse:
-Las madres sabemos
que el dinero tiene que ganarse, así que le pedimos que nos haga una tarea, por
ejemplo barnizar el portón de la cochera.
El chico acepta con la condición del pago. Al terminar le damos reforzamiento positivo: ¡mira
qué bien te ha quedado! También hay que
aprovechar cualquier comentario con los familiares y vecinos para hacerle notar
a nuestro hijo cuan apreciado es su trabajo –explica a las mamás.
Las señoras no saben
que el pintor del portón ha sido Felipe
de Jesús.
A María Elena en
los cursos que imparte comienzan a sucederle experiencias muy agradables. En
una escuela del Pedregal, mientras da un curso de Modificación de la Conducta a
madres de familia, una de ellas, Gaby Vargas, quien comienza una carrera de
comunicación exitosa, se para a media
clase y le comenta, entusiasmada:
—Usted a cambiado
mi vida con estos cursos. Ahora llevo una vida familiar muy plena. Dejé a un
lado las exigencias y regaños.
María
Elena sonríe agradecida. Que lejos están aquellos días en que para ella
portarse bien o mal era cuestión de
voluntad cristiana, y quien no se portaba
bien lo esperaba el infierno. Ahora su enfoque ha crecido, ella ha agregado un punto de vista sicológico
y conductual. La amenaza de que te condenarás si no haces lo correcto, funciona
porque significa miedo.
Se gradúa de maestra
María
Elena se ha educado más con la vida que en la escuela pues sólo cuenta con el
certificado de primaria porque la escuela comercial en la que estudió no está
reconocida oficialmente y no le dio certificado de secundaria. En Guadalajara se
encuentra una secundaria donde, con asesoría y exámenes, se gana su certificado.
Luego se inscribe en la Escuela Normal Anáhuac y después de cuatro intensos
años de vueltas y trabajos, para 1980, se
gradúa de maestra normalista con el equivalente de preparatoria.
—Dirigir el Colegio
me ayuda mucho –le dice a Abel.
Ella
agrega filosofía para niños en su escuela y también capacita a las maestras en
las técnicas sicológicas que maneja, por esta razón, el Colegio La Paz, se convierte en una escuela donde los chicos
son felices y aprenden mucho. La familia se vuelve muy responsable con el
trabajo de mamá, pues todos se acuestan
temprano y se van juntos. Cecilia dice que de grande estudiará para ser maestra
como su madre.
Aunque sólo
lo comenta con Blanca, Elena se ha dado una vuelta por la UNAM, quiere estudiar
la carrera de Sicología Educativa, además ya maneja muchos términos
aprendidos en sus capacitaciones y cursos.
Felipe quiere ser sacerdote
Una
gran alegría llena a María Elena, su
hijo Felipe, que ya es un adolescente de
ceja árabe y vigorosa presencia, quiere ser sacerdote e ingresa con los
Misioneros del Espíritu Santo. Amigos y familiares les felicitan. Él es compasivo y muy inteligente, con este
suceso se cumple un anhelo de la pareja. Ellos siempre desearon que uno de sus
hijos fuera sacerdote.
IV
Soñar, lo imposible, soñar
Si
Aristóteles hubiera guisado,
más
acertado hubiera escrito
Sor Juana Inés de la Cruz
Sin candidato contra López Portillo
Tantas
derrotas sumen al PAN en una crisis de apatía y desánimo. A pesar de que tienen a los pluris en el Congreso, la aplanadora priista, que despierta pánico después de la masacre del
68, y el fallecimiento de su principal
fundador, Gómez Morín, en 1970, sume a
los militantes en el cansancio y la
dejadez. Ninguna persona cuerda quiere
competir por las diputaciones de la L Legislatura y aunque se usa el método del arrastre, un
comité que remolca a la persona a
inscribirse como candidato, nadie desea
ser empujado para una competencia tan peligrosa.
Enfrentarse al Gobierno es arriesgar a la familia, los negocios o el trabajo, y finalmente perder la contienda. En esos
días el Partido atraviesa por un
resquebrajo económico, se sostiene de
las cuotas de los diputados panistas que
donaban parte de sus sueldos y de las paupérrimas donaciones de simpatizantes que conocen
sus derechos políticos y tiene la esperanza de hacerlos valer. Escasean
las grandes donaciones de empresarios de
antaño, pues temen al Gobierno y siempre
resultan perjudicados en sus intereses.
Los rajados
En
estas elecciones presidenciales muchas cabezas en el PAN quieren abstenerse de participar en la
contienda, creen que el Gobierno recapacitará cuando vea que
Acción Nacional ni siquiera propone candidatos. Se desata la polémica; Christlieb los llama rajados y les
recuerda que el propio Gómez Morín dijo que la misión del Partido es la lucha electoral, no
la abstención.
María
Elena piensa que es el fin de Acción Nacional porque nadie se pone de
acuerdo. Abel, termina su diputación y es representante del PAN ante la Comisión Federal
Electoral. Ella es ahora presidenta de
Promoción Política de la Mujer. Su quehacer consiste en organizar y dar cursos motivacionales para
que sus congéneres se integren al mundo de
la política o, ya cuando menos,
que conozcan sus derechos y los ejerzan. María Elena trabaja en diseñar un
modelo de capacitación para que las
mujeres aprendan a ser líderes exitosas. Su lucha diaria es contra la auto
devaluación, la féminas no creen que
pueden, no sienten el derecho a participar en política, le temen al que dirán,
a la sociedad. La mujer ejerce el poder desde la estufa y los sartenes, pero no
lo pelea a los hombres. María Elena es una mujer moderna que rompe la regla.
Siempre se sintió aceptada como mujer, valorada en su feminidad desde que vivía
en casa de mamá Elena; cierto que jamás trasciende sus creencias religiosas y
nunca ha aspirado a trabajos o puestos donde sólo parecen caber los hombres,
tal vez por eso no siente la discriminación de la que tanto habla un grupo de
mujeres que está causando revuelo en la ciudad: las feministas.
El
más mediocre es un semidiós
El
feminismo ha prendido por la ciudad, libros como El Segundo Sexo, de la filosofa Simone de
Beauvoir son leídos y releídos por las feministas, este texto es
un ensayo sobre la condición femenina que abarca Antropología, Cultura, Historia, movimientos políticos y Sicología. Aborda
la situación de la mujer desde todos los puntos de vista y dice con ironía:
"…El más mediocre de los varones se considera, frente a las mujeres, un
semidiós".
Feminismo
En
la Cd. de México las mujeres se han lanzado a la calle pidiendo ser
pilotos, taxistas, policías o miembros del ejército, y de paso exigen que si los dos ensucian platos, que los laven juntos. María Elena las admira como luchadoras, pero
cuando escucha que también buscan el
control de la natalidad y legalizar el aborto, duda. Está segura de que sus deseos van contra la
Iglesia. Ella es una religiosa
consumada, cumplidora de los Mandamientos de Dios, mocha, es el apodo que les
han puesto entre la sociedad a las mujeres como ella por su apego a los mandamientos católicos. No
imagina que muchos años después dirá en conferencia que los anticonceptivos liberaron a la mujer y
esto hará que sus amigas de Acción Católica le telefoneen molestas y
algunas hasta le dejen de hablar.
Es 1977, vientos nuevos corren en el mundo con
las feministas, pero, a María Elena, que la mujer sea igual que el hombre no le
preocupa tanto, ella cree que México primero que nada necesita democracia. Un gobierno democrático
hará hogares democráticos, y creará
igualdad para todos. Recuerda sus pláticas de recién casada con Abel: el cambio debe de venir desde arriba, de los
que legislan. Elena sabe hoy más que
nunca que se necesita legislar para que las
condiciones económicas y culturales favorezcan la democracia.
Un
día húmedo y bochornoso de mayo, la
oportunidad de legislar le toca la puerta:
—Quiero
proponerte para diputada del Distrito XV
de la Ciudad de México— le dice Manuel Gonzalez Hinojosa, el presidente nacional del PAN—. Nadie quiere ser candidato
y si tu aceptas otros se animarán.
María
Elena decide comentarlo con Abel. Hay muchos
gastos en la familia, es difícil conseguir recursos para la campaña. Ella corre todo el día entre el Colegio
y los cursos del Instituto Sicológico.
—No
hay ninguna posibilidad de ganar, pero ayudaremos fortaleciendo al Partido, ya
ves que en esta ocasión, el PAN, ni siquiera presentó candidato a la Presidencia de la
República —le dice Abel muy seguro.
Ayudar
es la palabra que María Elena quiere practicar desde niña. Ella es
fiel admiradora de las personas que asistieron a México para
que saliera adelante, desde los frailes que defendieron a los indígenas de la
voracidad española, pasando por Miguel
Hidalgo y la Corregidora que se arriesgaron
por la Independencia, hasta quienes
regalaron sus vidas con el sueño de la Revolución. ¿Acaso no soñaba ella con
sufrir y ser monja para ayudar a los demás?
Son momentos difíciles para la República.
Echeverría, fundó paraestatales que no producen y da golpes bajos al Excélsior,
el periódico más veraz; y eso da coraje.
Saldré a combatir
—¡Vota
por María Elena Álvarez para diputada! —perifonea
Felipe desde la camioneta de la familia
recorriendo las calles.
El
chico apenas dejó la adolescencia, comienza a manejar y no conoce la pena, es muy seguro de sí mismo, toca el piano y la
guitarra, le gusta mucho cantar y está
entusiasmado con el cargo que mamá le ha dado: promotor de campaña. La música de fondo que pone es la melodía Sueño
Imposible, muy ad hoc:
Soñar, lo imposible soñar,
no importa el esfuerzo,
saldré a combatir.
Y a soñar, lo imposible, soñar.
Felipe
atraviesa las calles del polvoso Distrito XV, cantando con su
hermosa voz, pleno el pecho de juventud y frescura, mientras Abelito
y el pequeño Armando, de nueve años, levantan presurosos sus manitas y ofrecen los volantes a las puertas de las
casas.
A la cárcel por pintar bardas
Por
su lado Teresita y María Cecilia, con
los ojos vivarachos de emoción, falda azul y camisa blanca, le ayudan a mamá a recorrer
las vecindades y edificios invitando a
las amas de casa a reunirse por la tarde:
-Las
esperamos por la tarde. Gracias por recibirnos
-dicen al salir de una vecindad-.
-Nadie
las recibió, ustedes se metieron solas
-les contestan desde adentro.
A pesar de la apatía al atardecer un grupo de mujeres inquietas la
espera, ellas le hablan de las
necesidades más urgentes. Ahí surge un
reclamo general sobre el gran índice de
niños reprobados en primero de primaria porque
se ha cambiado la letra manuscrita a la de molde y esto afectó a los
maestros y a los niños. En 1976 la
Secretaría de Educación Pública establece el uso de la letra de molde, en vez de la manuscrita, lo
cual causa dificultades a los alumnos de primer año de primaria que confunden
las letras p, q, b y d. Los maestros no
están preparados para resolver este problema y los alumnos reprueban y tienen
que repetir año. Lo peor es que hay niños que cursan en dos o más ocasiones el primer
año. Esto, angustia a las familias y trae conflictos emocionales a los
niños. En las provincias del país los
pequeños dicen que cursan primero burro y,
al siguiente año, primero aplicado.
María Elena como directora del Colegio La Paz, y capacitadora sicológica sabe cómo
resolver este problema y una de sus propuestas de campaña es que ganando la
diputación solicitará de inmediato a la Secretaría de Educación que no se repruebe
a los niños de primero por esta situación, sino que se les dé atención
individualizada.
—Si
se hizo un cambio tan importante en la
educación, que se capacite a los maestros— dice con énfasis.
Bandera de campaña
En
sus reuniones de campaña, además de tratar los temas políticos, María Elena capacita
a las madres de los niños reprobados para que les ayuden con sus tareas. También les comparte métodos sencillos
para mantener la armonía en el hogar y les cuenta, con palabras sencillas, como
trabaja el Condicionamiento Operante de Skinner. Como suele suceder entre
mujeres, surgen confidencias y las
señoras le suplican que imparta estas
pláticas a los esposos, pues algunos todavía golpean a los niños ante cualquier desobediencia, según ellos para
educarlos.
—Las nalgadas son una recompensa negativa que
resulta en ansiedad y miedo. Y provocan
que la conducta se repita –les aclara.
La
féminas del Distrito se motivan con
estas reuniones, salen de su indiferencia, saben que no están solas en su
destino de educadoras, que hay métodos y estudios. El equipo de campaña de
María Elena, formado por sus hijos y algunas amigas, convoca a una reunión en el auditorio de Infonavit en
Ixtacalco que resulta muy concurrida. De ahí en adelante los mítines de María Elena son motivo de
crecimiento para las familias.
Manos ampolladas
Con
grandes apuros, ella, paga la gasolina
de la camioneta y su suplente organiza brigadas de jóvenes que
cuelgan cartulinas y ponen sus nombres en
las bardas. Luego
corre a la comisaría porque la
policía ya ha arrestado a uno de ellos, acusado de delito de disolución social al pintar el logo del PAN. También el CEN ha cooperado con volantes que los niños
se tienden a repartir casa por casa. Luego otra parte de su amplia familia y
algunos amigos se aprestan a ser representantes de casillas.
Después
de tres meses de campaña a María Elena le
duelen pies y espalda; de nuevo hay que revisar el padrón
electoral, recortar y pegar los nombres. A algunas panistas se les ampollan las
manos con las tijeras de tanto recortar. Sus hijos ayudan en todo, los que saben
leer pegan las tiras en las listas, los que no,
sólo ponen pegamento donde se les dice. Se forman equipos a diferentes
horas del día en el comedor de su casa o en el domicilio del suplente.
—¿Vas
a ganar, mami? –pregunta uno de sus hijos pequeños.
—No
hijo, pero cumplí con el deber de competir por el PAN.
—Recuerda
que el PRI nunca pierde y cuando pierde arrebata –dice uno de los mayores.
El besamanos
El
día de las votaciones llega. López Portillo no tiene rival en la urnas presidenciales y es el nuevo
representante del Ejecutivo en el país.
Como
era de esperarse hubo muchas irregularidades electorales en la elección de
diputados, pero los representantes panistas de la casilla del Distrito de María
Elena, levantaron actas, y Abel las entregó a la Comisión Electoral. Él es comisionado
del PAN ante este organismo.
Después
de recorrer una larga valla de personas que le abren camino al Congreso de la
Unión, López Portillo es ungido con la
banda presidencial y se anuncia por televisión
que es el nuevo presidente. Los priistas
aplauden como si de verdad hubiera
sucedido una lucha electoral. Y ni por
asomo imaginan el costo de su inocente
voto. Corre tiempo: faltan seis años para la gran decepción.
Cambio de letra
Después
del ajetreo de las elecciones, María Elena sólo quiere concentrarse en sus
capacitaciones. Su Instituto Sicológico
está en boga, sigue capacitando a padres y maestros en la novedades educativas que le llegan de
Estados Unidos, y el curso sobre Modificación de la Conducta es un éxito. Además el problema, del cambio de letra manuscrita a
la de molde, continúa en las escuelas. Ahora la invitan a dar un curso para maestros en Jalisco. Ella deja la casa
en el mejor orden posible, el colegio a cargo de una maestra muy competente y los niños en las manos de Abel, y sale a Guadalajara a impartir sus cursos.
Cuando llega al hotel le espera un mensaje de
su marido:
—¡Felicidades
diputada!
Veinte y ocho mil quinientos votos
—¡Ganaste,
María Elena y tienes que venir a tomar protesta! –exclama su marido entusiasmado.
La alegría y el
miedo, dos emociones tan disimiles inundan a María Elena.
—No puedo ir. Es
imposible que cancele el curso, son maestros de muchas escuelas, todo está
organizado, por favor, Abel, pide que vaya mi suplente… –le contesta mientras
medita en su nuevo cargo.
Ella sabe que
corren malos tiempos para los diputados, tienen muy mala fama, y el sueldo es muy bajo porque los legisladores
panistas sólo reciben lo que marca la Constitución y hay que entregar una parte al PAN. No
comenta con nadie su éxito electoral, prefiere dar sus cursos, porque gana más dinero y con eso cubre muchos
de los gastos familiares. También es consciente de que ella sabe ser oposición,
recabar fondos, organizar reuniones, motivar mujeres, pero de eso a legislar…
—Por
favor Abel, dile a Gonzalez Hinojosa que no puedo aceptar que ponga a mi
suplente.
Abel,
habla con el presidente del Partido,
pero él le dice que eso no puede ser, que tiene que aceptar, luego un
funcionario de la Comisión Electoral, al ver la preocupación de Abel porque su mujer no se presentará a la toma de protesta, lo tranquiliza y le dice:
—Nadie lo notará, puede firmar en el Libro de
Asistencia cuando llegue.
Diputada de la L Legislatura
Días después una
tímida María Elena siente que el enorme edificio con el Escudo Nacional más
grande que ha visto se le cae encima. Atraviesa la amplia puerta del Congreso,
entra a la Cámara de Diputados, firma y ocupa, por primera vez, un escaño. No
siente que haya realizado un sueño muy deseado; con desconfianza y temor voltea
a los lados. Durante años criticó el comportamiento de los diputados priistas,
y ahora son sus compañeros de trabajo.
En casa sus hijos le cantan una y otra vez el
estribillo de su campaña: ¡Soñar con un sueño imposible, soñar! Pero de pronto,
ella, que le bastaba la mirada de aceptación de su padre para considerarse en
el lugar correcto y en el momento exacto, se siente, por primera vez en su
vida, totalmente inadecuada.
Al
pasar de los días se desata en su interior una lucha. No es que se sienta poco preparada para hablar en la tribuna, es
que lo está. Además, a los panistas no
los toman en cuenta para integrar las comisiones, que es donde se hace el verdadero
trabajo legislativo, es ahí donde se analizan y estudian las iniciativas de ley propuestas por los diputados,
y ella como panista ni siquiera es
requerida. Adiós a la intención de que se ayude a los niños con su problema de
la escritura.
Doble discriminación
Los
diputados panistas entran en crisis, están divididos. Ella sufre doble discriminación: ser mujer y
panista. Tampoco se da a conocer el Orden del Día en las reuniones y
nunca se sabe qué asunto se va a tratar. Elena llega a ciegas a la Cámara, tensa, y eso le cambia el humor. Cumple dieciséis
años de casada y tiene cinco
hijos, sabe administrar con los ojos vendados una escuela y una casa, y expone, de memoria, las técnicas de
Modificación de la Conducta, pero un extraño
sentimiento de incomodidad sigue acompañándola
en la tribuna: el discurso político no le fluye tan fácil. Y es que para
la arenga política está su marido; y
ella, aunque se sabe sus disertaciones
de memoria, no tiene práctica; además tantos ojos misóginos
en el Congreso le asustan:
—No
estoy preparada para legislar –se queja con Abel.
Un hombre de casta
Recorrer
toda la Calzada de Tlalpan en el Distrito Federal para llegar al Congreso de la
Unión, es un mundo de tráfico. Elena no sabe si vale la pena el tiempo que le
está dedicando a esta acción. Es el gobierno de Echeverría; él quiere que día y
noche los diputados estén en el
Congreso. Teresita y Cecilia ya son grandes, cumplen con responsabilidad en sus
estudios y le ayudan con sus hermanos, pero que mamá este tan abrumada de trabajo y responsabilidades
también las agobia. Los más pequeños requieren mucha atención y aunque María
Elena practica sus conocimientos sicológicos con la familia, de pronto siente
que falla, que la armonía del hogar se pierde, que todas la buenas intenciones se desmoronan y que tiene que comerse el mundo
sin tener hambre. Abel está ocupado con el despacho, con sus clases en la UNAM y su lucha desesperada ante la
Comisión Federal Electoral. El fue
huérfano de padre desde los cinco años, su madre trabajó de secretaria toda la
vida, por eso, que su mujer trabaje tan intensamente le parece lo más correcto. Ahora la pareja se ha
repartido el quehacer con los hijos, muy
de mañana él deja a una de las chicas en
la escuela y más tarde María Elena lleva
a los otros. Cuando no hay sesiones en
el Congreso, ella se queda en el
Instituto a revisar programas, a despachar pendientes, o en el Colegio a
resolver problemas escolares. A finales de diciembre, en plenas sesiones de la Cámara,
Elena sale muy noche, pero Abel saca su
casta de hombre cabal y se lleva a los niños de vacaciones a Cuautla.
El Partido de los ricos
Lo peor de la diputación, para María
Elena, es verse involucrada en
enfrentamientos verbales con la diputada del PPS, el Partido fundado por Vicente Lombardo
Toledano que se dice de izquierda, pero apoya al PRI. La diputada es su hija, Marcela Lombardo, ese
día toma la palabra para atacar al PAN, dice que es el Partido de los ricos,
que explota a los trabajadores:
—Como lo dice Marx el capitalismo crea dos
posiciones: los explotadores que son los empresarios y
los explotados que son los trabajadores.
Para que un país salga adelante tiene que haber igualdad social. Nosotros defendemos
esa igualdad. El PAN es un Partido de caciques. ¡Hay que extinguir la diferencia
de clases, como lo pide el socialismo! hay que
socializar los medios de producción, que el Estado sea dueño de todo.
—Elenita
le toca a usted rebatirla —le piden sus
compañeros.
—Es
mujer, usted sabrá como contestarle –le insinúan otros.
Pero
María Elena ha leído mucho de humanismo, poco de socialismo. De esta filosofía sólo
sabe la poesía que exigía el presidente Cárdenas en el
saludo a la bandera cuando era niña.
—La
religión es el opio de las masas. Una droga que se da a los pobres para que
sigan agachando la cabeza –termina diciendo la diputada Lombardo. Cuando María
Elena sube a tribuna, improvisa y habla
sobre la dignidad de la persona, principio de la doctrina del PAN, que,
finalmente, tiene la misma intención que el socialismo: la plenitud del ser
humano.
—Es
el método y la corrupción del corazón
humano lo que provoca la diferencia –dice, y con gusto ve que Marcela está distraída
mirando unos papeles y no continuara con su diatriba.
Difícil, sin estar preparada
—Ya no voy a
estudiar Psicología Educativa como había pensando –le dice a Abel—. Entraré a Ciencias Políticas. Necesito estar
bien preparada.
Su marido le pide
que ya no piense más en esto o aquello, también hay que distraerse y la invita
al cine. Juntos disfrutan de La Novicia Rebelde, película de Julie Andrews que
es un éxito en todo el mundo y que trata de
una joven que cuida a los hijos de un guapo capitán y termina
enamorada de él. La Novicia Rebelde se vuelve la película preferida de María Elena.
Erosión en el alma:
El
trabajo de legisladora se torna más
difícil aún, vientos grotescos golpean al Partido, se sufrió para llegar a conformar un grupo en
el Parlamento, pero curiosamente los
panistas no se ponen de acuerdo, nadie cede, se desestiman las opiniones de
otros, se dan patadas bajo la mesa, y como resultado el coordinador del Grupo
Parlamentario del PAN deja el Partido.
María Elena dice a sus compañeros panistas:
—Si
la rocas son erosionadas por el tiempo,
imagínense nosotros, que somos carne
blanda. Esta dictadura partidista
nos agota, pero retirarnos ahorita que hemos logrado esto, es suicidio.
Los dinosaurios
La
democracia panista cuesta mucho dentro del propio Partido. Hay que ser ecuánime para la toma de decisiones, para
lograr los objetivos, pero las pasiones
personales, el ego, el deseo de poder, se desborda con tanta frecuencia en los diputados
del Partido. Nadie medita en que el
éxito del PRI está, precisamente, en que
todos se alinean a las propuestas de sus compañeros, gústeles o no. Y no
eliminan ni a los dinosaurios ni a los jóvenes enjundiosos, sólo los
mueven como valiosas piedras de ajedrez.
Los
días pasan y el Partido continúa con su conflicto interno. Está dividido en grupos antagónicos, hay
pugnas entre efrainistas y conchellistas
para elegir al nuevo presidente del Partido. Algunos prominentes panistas piensan hasta en
desaparecer a Acción Nacional.
El día de la elección democrática para jefe nacional del Partido, María Elena y Abel Vicencio llegan a la reunión de Consejo para elegir al presidente.
Se propone a Diego Fernández de Cevallos. González Hinojosa, el presidente
saliente, apunta a su propio candidato.
Otro grupo presenta a Abel. María
Elena se levanta de prisa y habla con González
Hinojosa —el mismo que le pidió
ayuda y por ello resultó diputada— y le suplica:
—Don
Manuel, no es nuestro momento, nuestros hijos están tan chicos.
—No
sé preocupe, Elenita, es sólo un requisito para la contienda. No va a ganar.
Abel, presidente del Partido
Para suerte de
Acción Nacional, Abel resulta ganador. De nuevo la alegría y el temor se
mezclan en el corazón de María Elena. Le encanta la política y ser esposa de este
hombre tan dedicado, pero hay un ingrediente que no le rinde: el tiempo. Hay
que atender a la familia, los días se vuelven cortos con tanto trabajo, y los
hijos crecen sin pedir permiso. Guarda sus temores, lo felicita y le recuerda
que su causa es causa de los dos.
Cuando
Abel se entrega de lleno a la reconciliación de Acción Nacional y a reafirmar
al Partido en los estados de la República, ella se reparte en muchas: su último
año de diputada, directora del Colegio la Paz, capacitadora del Instituto
Sicológico y madre de cinco hijos de todas las edades.
Dinero a la democracia
Con
sorpresa los panistas se enteran que la Reforma Electoral promueve dar dinero a los Partidos. Abel Vicencio, en medio del huracán, tiene que decidir si acepta o no la propuesta del Gobierno. El
considera que contar con un apoyo económico es positivo, podrían ampliarse,
hacer campañas de altura, pero también serían susceptibles de corromperse. Son intensas las deliberaciones entre los consejeros, Abel
sale de madrugada y regresa noche. En el desayuno él dice a María Elena que siente como si sus hijos
tuvieran un padre de medio tiempo y le pide que soporte el paso, que lo
comprenda, que lo fortifique.
Ese
día por la mañana, María Elena, recibe una llamada de la viuda de Gómez Morín:
—Si
mi esposo viviera en este momento volvería a morir. No pueden aceptar que el Gobierno
les dé dinero.
El dos
de mayo de 1979 aparece publicado en La
Nación un comunicado:
"Rechazamos
todo tipo de ayuda económica a candidatos y campañas. Atentamente: Abel
Vicencio, presidente de Acción Nacional".
María
Elena, desde su óptica de militante panista, se da cuenta de que González Hinojosa renuncia a su candidatura
como plurinominal pues no está de acuerdo. Otros militantes más se retiran del Partido.
—Hay
que aprender a conciliar –le comenta a Abel—. Olvidarse de los caprichos
personales.
V
Ciencias Políticas
La ventaja de los hombres
es
que escriben la historia
Jane
Austen, Orgullo y Prejuicio
Crisis familiar
En las cuestiones del hogar la familia se sacude.
—Mamá, papá, voy
a dejar el seminario –les anuncia Felipe de Jesús.
—Pero si faltan
unos cuantos meses para la ordenación... –dice María Elena, consternada.
En realidad, ella
no sabe si lamentarlo o respirar aliviada, porque los últimos años lo ha visto
muy inquieto, confundido con sus puntos de vista sobre el apostolado. Como
fieles católicos lamentan la decisión, soñaron mucho con un hijo sacerdote. Sin
embargo lo aman, y respetan sus deseos. No ha sido únicamente él, sino todo el
grupo de seminaristas. Para apoyarlo lo invitan a dar clases en el Colegio la Paz, y al paso de los días la familia vuelve a la
armonía. Y es que el día a día cobra su paso, Abel
Carlos cumple ya quince años y pasa a la preparatoria y Armandito, el más
pequeño de la familia, entra a secundaria, ya casi son independientes como sus
hermanos. Armandito se parece mucho a Abel, quiere ser abogado y dar clases en
la UNAM como ha visto que lo hace papá, año tras año. De acuerdo con los deseos del padre de la
familia se decide abrir preparatoria en el plantel y Abel Carlos seguirá
estudiando ahí.
María Elena tiene grandes motivos para estar
agradecida con la vida, sus mujeres, Teresita y María Cecilia, son un orgullo. Teresita
estudia en el claustro de Sor Juana y
trabaja en una biblioteca y Ma. Cecilia, que ya cumplió diecisiete, estudia
como ella para maestra normalista.
Igual que un hombre
—El
punto de vista femenino enriquece y complementa. Evitemos la discriminación de
sexo —dice Abel en la inauguración del
Congreso Femenino en Guadalajara en 1980
como presidente del Partido y las mujeres le aplauden con la certeza de
que se inicia una nueva era para ellas.
María
Elena sabe que su marido habla por lo que ha visto trabajar a las militantes, y
a ella misma en Acción Nacional. El PAN
no sería lo mismo sin sus mujeres, ellas organizan, venden, tocan puertas, se arriesgan y
discuten predicamentos humanistas.
Gracias a la intervención de Abel y al empuje que trae la sección de mujeres y la de jóvenes, Acción
Nacional se activa y resurge.
María
Elena, hace un recuento de su azarosa existencia. Se ha ganado el sustento desde los quince años y ahora que cumple cincuenta sigue levantándose de madrugada y acostándose muy noche. Cumple con el hogar, su trabajo de directora y capacitadora, su diputación.
¿Por qué ella sí, y otras mujeres no salen adelante? Se pregunta
con frecuencia. Al terminar su Legislatura
se siente más segura, más competente, puede trabajar al mismo nivel de un hombre. Y todas podemos hacerlo, se dice. Pero hay demasiado machismo, no todos son
como Abel, que le parece natural que ella trabaje. Se necesita un cambio en el pensamiento de
los mexicanos y debe de impulsarse desde
arriba, desde donde se legisla, se recuerda.
Sin
embargo, al dejar la diputación, siente
que le ha faltado demasiado por hacer; ahora en la Cámara exigen que se
despenalice el aborto porque viola los derechos de la mujer, y ella se pregunta
si las feministas buscan libertad o
libertinaje.
A
Abel le piden sea candidato para la elección interna del PAN con miras a contender para la Presidencia de la República. Pero decide no aceptar y declinar a favor de Pablo Emilio Madero.
—El
PAN apenas se está recuperando–le dice a
María Elena con objetividad–. Ahorita soy más útil reorganizando el Partido.
Meses
después, Abel es, por segunda vez, electo presidente nacional del Partido.
Soñar lo imposible, soñar
María Elena va moldeando su sueño: estudiar una licenciatura.
Este es su ideal,
la estrella alcanzar, como dice la canción. Ya ha cursado algunas materias de Sicología que puede revalidar, pero
cuando recuerda a Marcela Lombardo Toledano y su perorata sobre Carlos Marx, la
lucha de clases y la explotación del
proletariado, decide que tiene que aprender política.
—Entraré
a Ciencias Políticas –anuncia a la familia—. Quiero aprender a debatir mis
ideas con fundamento. Quiero saber sobre Administración Pública. Conocer de Economía,
de movimientos sociales; es terrible no tener fundamentos para discutir.
Abel
se alegra mucho.
—Te
ayudaré con los niños cuando tengas examen
—le ofrece humildemente.
Ella ruega a Dios
que Abel recuerde lo que han practicado sobre modificación de la conducta a la
hora de lidiar a los chicos.
Su amiga Carmen
Lozada que sigue activa en Acción Nacional la felicita porque va a estudiar. Su
aliada en cuestiones académicas, Blanca Magrassi, que sigue viviendo en la
Ciudad de Chihuahua y se ha aventurado a estudiar un Doctorado en Washington,
Estados Unidos, la anima y le dice que
los años se pasan tan pronto, que de un día para otro estará graduándose.
A los cincuenta años va a la universidad
El
hombre es político por naturaleza, poli
significa ciudad, todo aquel que vive en sociedad necesita un gobierno. Cuando María
Elena lleva la materia de Filosofía
Política Clásica y tiene que estudiar a Platón y Aristóteles se da cuenta que estos filósofos debatían
sobre cómo debe comportarse un hombre que tiene el poder de gobernar un pueblo.
Gobernar bien, es una cuestión muy estudiada desde la antigüedad.
Son los años ochenta, el mundo está cambiando,
Rusia y Estados Unidos declaran el fin de la Guerra Fría, se termina el temor de que alguna de
estas dos potencias presione el botón de
la, tan mencionada, bomba atómica. Latinoamérica está invadida de dictaduras militares,
promovidas por Estados Unidos para
evitar que cunda el socialismo; pero los
jóvenes sueñan, creen que pueden cambiar el rumbo de sus países y se manifiestan contra sus gobiernos. A pesar
de que Rusia se retracta sobre el comunismo y Alemania tira el muro de Berlín,
todavía se cree que el socialismo puede funcionar. María Elena quiere saberlo todo, por qué nacen
estos movimientos sociales, cómo se desarrollan, por qué mueren.
La Política como ciencia es una disciplina
reciente que nació de la necesidad de criticar los cambios sociales de las
naciones y estudiar el impacto que causan
en los pueblos. Para ser licenciado en Ciencias Políticas ella cursa Ética,
Filosofía, Economía, Historia, Sociología,
Antropología, Estadística, Administración Pública, Teología y Jurisprudencia. Todas una belleza. Abel, con todo y sus múltiples compromisos como presidente
nacional de PAN se mantiene al pie en cuanto apoyarla. Cuando ella tiene exámenes se lleva los niños
al cine o a pasear por Chapultepec. Un
día preocupado le comenta:
—Parezco
padre soltero.
Ella lo mira con pena y picardía. En el fondo está muy orgulloso, y le lleva sus trabajos escolares a su madre para que vea las
excelentes calificaciones de su mujer
Un príncipe virtuoso
María
Elena estudia a Maquiavelo, a quien se le atribuye ser el padre de la política moderna: "…sólo una república bien organizada
sobrevivirá", escribe en El Príncipe. Ella aprende que por muy virtuoso que sea un rey, cuando muera se llevara su
estilo de gobernar, en cambio en el método republicano los hombres van y
vienen utilizando la misma directriz,
justo lo que busca el PAN.
Otro tipo de criatura
María
Elena se formó en la oratoria desde que le declamaba a su familia una y otra vez, sus poesías y obras de teatro, en su casa de
Zamora, Michoacán. Los aplausos de
padres y vecinos forjaron su espíritu y aprendió a estructurar su pensamiento para trasmitirlo
verbalmente. Luego fue la dirigente de
Acción Católica, y apenas ingresó al PAN el Partido estaba tan hambriento de líderes que
de inmediato la solicitaron como dirigente.
Ahora en la UNAM, participa en las ponencias, recupera su voz firme y
voluntariosa, y habla sobre la
discriminación de la mujer, esa espinita
que se le ha clavado. Ha leído la equivocada versión de Aristóteles, el gran
filósofo que murió sin armonizar con quien lo había parido, diciendo que
el hombre está cerca del espíritu y la
fémina de la materia; María Elena, ante
cientos de estudiantes, dice al respecto:
—Aristóteles
consideraba a la mujer un ser sin raciocinio, otro tipo de criatura y con esa reputación hemos venido cargando las
mujeres desde hace más de dos mil años.
Monumento discriminatorio
—El
Derecho Romano, institucionalizó la inferioridad de las mujeres —expresa a sus
compañeras en la UNAM, provocando risitas nerviosas—. No se trata de que el
hombre friegue pisos y ella pague las cuentas. La liberación femenina no es una
lucha de poder, es el camino hacia la
igualdad de derechos y obligaciones;
cierto que a la mujer le tocó parir
el fruto de la naturaleza, ser físicamente más débil, pero que no sea por
ello devaluada. Igualdad no es que la
mujer desempeñe todos los trabajos del hombre, igualdad es que a mismo trabajo,
misma paga.
La auto devaluación
Sin
embargo, María Elena sabe que el gran obstáculo es la auto devaluación que la mujer hace de su
persona; dice en otra ponencia:
—El
haber vivido sojuzgadas ha alimentado
nuestros sentimientos de inferioridad. Con una imagen valorada de nosotros mismas aportamos riqueza a la pareja:
siendo compañeras damos más felicidad que de sirvientas.
Un enfermo y una graduación
Para mediados de
marzo de 1982, Abel cae enfermo. Se
había quejado de mala digestión; al
realizarse un estudio, los resultados detectan cáncer.
Con los análisis
en la mano, María Elena y Abel se dirigen a
la ceremonia de graduación de Cecilia.
Ella es ahora una maestra normalista, desde niña le gustó dar clases,
organizar material educativo y enseñar a
los pequeños.
Con el alma a media
felicidad María Elena le da un
largo abrazo a su hija:
—Ya estás
preparada para la vida, el Colegio La Paz te ofrece trabajo –le dice
entusiasmada, mientras la angustia por la salud de su marido le remueve las entrañas.
La
pareja hace los arreglos necesarios para
la operación y le dan la noticia a la familia.
Abel, como presidente de Acción Nacional, reparte los pendientes del Partido porque las elecciones presidenciales están próximas. La contienda es entre Miguel de la Madrid contra Pablo Emilio Madero. María Elena tiene grandes esperanzas de que
gane el PAN porque hay rumores
de desatinos por la manera
desmedida en que creció la corrupción con López Portillo, el presidente saliente.
Un ídolo tan humano
Cuando Abel entra
al quirófano sus hijos se miran preocupados y tristes, su ídolo es tan humano
que hasta se enfermó. Siempre lo han visto como un hombre fuerte que todo lo puede. María Elena entra en la capilla del hospital y se abandona a rezar y a pedir. Le suplica a
Dios que si va a quedar bien que lo deje vivir, que no quiere verlo sufrir, a
él, un hombre tan esforzado, tan recto,
tan cumplido con la vida.
Dichosos los que
creen. Cuando María Elena abandona la capilla sale muy reconfortada, segura de
que todo será como lo ha pedido. En la operación participó Alfredo Vicencio,
médico cirujano, hermano de Abel.
—Todo salió bien.
La cirugía ha sido muy a tiempo. No habrá consecuencias ni requerirá quimioterapia.
El día de las votaciones de Madero contra Miguel de la Madrid, María Elena lo lleva a votar en una silla de ruedas, los hijos los
acompañan y el médico ha insistido en ir con ellos, llegan a la casilla ochenta
y uno, del Primer Distrito, en la calle Querétaro. Con voz apenas audible, ella,
lo escucha decir a la prensa:
—Votar es el mejor
instrumento para defender la Patria.
Inflación estrangulante
Días
después de las votaciones se anuncia que gana Miguel de la Madrid. En el último informe de su gobierno, López
Portillo, el presidente saliente, expropia la Banca Mexicana y llora lágrimas
hipócritas. Comienzan los días siniestros. El peso se devalúa. La radio
comunica sobre una casa, a la que nombran el
Partenón, propiedad de un corrupto funcionario público. Brotan el nepotismo,
la corrupción, los escándalos amorosos y
los fraudes que se cocinaron en seis años.
No
hay nada
nuevo bajo el sol, se dice María
Elena. El PAN perdió de nuevo y la corrupción es la misma, o tal vez peor. Abel envía una carta a Miguel de la
Madrid protestando por fraudes y agresiones en Campeche, Michoacán,
Zacatecas, Chihuahua y Durango.
Con
la inflación la población se siente
herida de muerte. De un día para otro el
huevo, la leche y la carne, cuestan el
doble. Los privilegios de la clase acomodada decaen. Muchos despiertan su
conciencia electoral: si no votas no te quejes.
Días
después Abel se repone. María Elena está
muy inquieta respecto a su tesis de la carrera de Ciencias Políticas, y platica
largas horas con él. Abel es un escritor consumado, le ayuda a aclarar
su pensamiento, a darle camino a sus ideas y la
anima a hacer su tesis sobre
el Partido Acción Nacional. Ahora, él asume regímenes de ejercicio y alimentación
más sanos, cumple con sus obligaciones
en el Partido y en el despacho. La vida
vuelve a una feliz normalidad.
Pequeños triunfos, grandes pasos
Al siguiente año tocan elecciones en estados y
municipios. Gran cantidad de mexicanos
ingresan a las filas panistas con la firme esperanza de hacer algo para
que la terrible inflación y devaluación
que están viviendo no vuelva a suceder. Para 1983 en el Estado de Chihuahua,
donde vive Luis Álvarez, el esposo de su gran amiga Blanca, se reconocen, por
fin, triunfos en municipios importantes como Ciudad Juárez, Chihuahua, y siete localidades más, además de cinco diputaciones. En Durango se obtuvieron otros. Nunca el Partido había ganado tanto. Por estos tiempos se decide aceptar la
participación económica gubernamental para hacer crecer el Partido y aumentar
las posibilidades de acceder al poder.
María
Elena siempre está activa en algún cargo
de Acción Nacional, y ahora funge como miembro del Comité Regional y del
Consejo de Acción Nacional en el D. F.
Combinar todas sus actividades y estar al
pendiente de la familia, es complicado pero se hace más fácil cuando se piensa cómo ayudar a los demás a
ser útiles y felices, sobre todo si son sus hijos. Armando, el más pequeño de sus vástagos,
se involucra en todo con las actividades
de mamá, y como un día lo hizo Felipe, quiere dinero para salir con sus
amigos. María Elena sigue dando sus terapias para niños en su Instituto y
necesita material, así que le da trabajo a Armando y lo pone a recortar y a forrar frases, a hacer formas, letras y mapas. También en esta semana, a ella, le toca ira a Valle de Bravo a capacitar
sacerdotes, madres de familia y
maestros, estará muy ocupada, le sugiere
al chico que le ayude con la contabilidad del Colegio, él acepta gustoso y se queda bastante ocupado por
esos días. Aunque, en breve, María Elena
contratará a un contador pues ahora
que se
ha abierto preparatoria, la administración se ha complicado y es demasiado trabajo.
( foto de su trabajo en el PAN)
VI
Alternativa Democrática
La dictadura perfecta no es el comunismo, es México.
Vargas Llosa
Modernidad galopante.
A
mediados de los ochenta, en la Ciudad de México, soplan brisas de modernidad;
nunca antes hubo tantas mujeres trabajando, sobre todo de la clase media. Las campañas que ha llevado a cabo el Gobierno
sobre planificación familiar han dado resultado y casi todas las mujeres casadas usan anticonceptivos. María Elena y amigas, sus antiguas compañeras de Acción Católica, no opinan lo mismo.
—Hay
métodos naturales para evitar el embarazo —dicen entre ellas.
Alguien
agrega que escuchó decir a un médico que
al tomar anticonceptivos sucede un micro aborto cada mes.
En
la UNAM, el tema es candente; María Elena defiende su postura del derecho a la
vida. Una de sus maestras es pro aborto,
organiza debates y la invita a mostrar al mundo su criterio:
—En muchos países democráticos el feto es sujeto de heredar bienes, y en Australia
puede recibir indemnización en caso de accidente de la madre, esto nos
comprueba que ya son seres vivos, personas.
—¿Y
Dios está de acuerdo en que se engendre un hijo en una violación? —le preguntan
sus detractores.
Criada
en el deseo de servir a Dios, María Elena, se expresa con dureza con quienes no
intentan congraciarse con la religión.
Seis abortos
A
Elena le han dicho que su profesora
promueve el aborto porque ya lleva seis.
Ella se santigua. Y es que la
maestra ha puesto su mirada en ella y
la invita a otro debate: es importante que la sociedad conozca ambos puntos de vista, le dice.
María
Elena decide participar:
—¿Entonces,
tú estás de acuerdo en que se destroce a una mujer clandestinamente en vez de ir a un hospital adecuado? –le
pregunta su contrincante en el siguiente debate.
—No,
yo no estoy de acuerdo en eso. Yo defiendo el derecho de un ser vivo.
—Pero
anulas los derechos de la mujer por los de un feto.
María
Elena siempre pierde en los debates. Sale de ahí humillada, desilusionada de
las personas, cuestionándose si vale la pena ese desgaste por defender sus
creencias. Le parece que la maestra la
utiliza, ella a sus cincuenta y tantos años es demasiado grande para pensar
como sus jóvenes compañeras que utilizan
anticonceptivos y no les espanta el
aborto. Dónde va a encontrar, mi
maestra, a una radical con ideas como las
mías, se pregunta a sí misma, y la respuesta le asusta.
Diez
años después esta experiencia le sería indispensable para abrir
su corazón y su mente.
Amando el comunismo y desconociendo el
panismo
En
la Facultad le han dejado claro su amor a la izquierda, le hacen leer a Lenin
una y otra vez, y cuando le piden un ensayo sobre el líder ruso, María Elena expone su
criterio: el gobierno de Rusia destruye
la célula primaria de la sociedad, que es la familia, al
enviarla a vivir y trabajar en comunas;
además prohíbe la religión, y al no
creer en un ser superior las personas nos volvemos cínicas. Si Dios nos hizo
diferentes, igualar a todos los hombres
termina con su creatividad.
La
calificación que le da, su maestra, en su trabajo es un seis. María Elena se
desespera, le ha bajado su promedio, pero
no va a ponerle a Lenin adornos que no tiene.
Definitivamente
la filosofía de Gómez Morín es bastante más acertada que los sermones socialistas de sus profesores. María Elena ha
descubierto que la facultad es facciosa
y de izquierda, no es plural ni objetiva. Durante tres semestres han leído y analizado el libro El Capital, de
Carlos Marx, un viejo
texto que ya cumple cien años, en el que está basado el comunismo, el sistema económico que por estos días se derruye como castillo de
arena, en Europa. Pero los maestros de
su carrera parecen no darse cuenta, ciclados en sus conceptos igualitarios. El Capital, es una crítica a la economía política, pero muchos lo
interpretan como un tratado sobre política económica. El colmo es que la mayoría de los estudiantes de la UNAM nada
saben de la lucha del Partido Acción Nacional y ven, a María Elena, como si perteneciera a otra
dimensión cuando habla del PAN. Acción
Nacional tiene cincuenta años luchando por la democracia, con unos principios
éticos preciosos y un fundador que fue considerado sabio, pero los maestros, fruncen el seño al
escuchar la opinión panista de María Elena. Sus profesores les enseñan sobre los
movimientos sociales de todo el mundo,
siglo por siglo, pero no analizan su propio momento político. Lástima.
Para la UNAM no existe el PAN
En
la UNAM enseñan a sus alumnos a estudiar el comunismo como si la situación
económica y política en Rusia, Cuba o
China, fuera un paraíso al que hay que acceder. Lo peor es que los movimientos sociales que ha habido en México
no son plasmados en los libros de Historia de los educandos; la versión oficial
dista mucho de ser la verdadera. María Elena
concluye que el Partido gobernante
minimiza los esfuerzos que hacen tantos mexicanos como ella por mejorar la política,
y lo peor es que prefieren consentir que los maestros enseñen a soñar
con el socialismo, que afrontar
la realidad política de México: falta de democracia.
No
se puede confiar en los libros oficiales puesto que no hay uno que sea íntegro.
Ella decide, al finalizar su carrera, escribir un texto que resuma todo lo que
es su Partido, que lo explique como ente,
que lo cuente desde que se prendó a la
mente de su fundador. Es 1985, es tiempo ya.
No a la tesis sobre el PAN
Para
terminar su carrera de Ciencias Políticas, María Elena tiene que hacer el
servicio social. Ella pide a su maestro
la autorización para hacerlo en el PAN:
—No
está permitido –le contesta.
—¿Por
qué no está permitido?
—Porque
es un Partido.
—¿Y
entonces por qué la mayoría de mis compañeros lo están haciendo en el PRI?
—Yo
no puedo aceptárselo. Hable con el director de servicio social.
Lo
mismo le sucede con la elaboración de su tesis, se niegan a permitirle que la
haga sobre el PAN. Cuando María
Elena le comenta esto a Abel, él le recuerda que Reyes Heroles ha
dicho que los Partidos son entidades
de interés público y esto ya está
escrito en la Constitución.
—Por
lo que tú puedes, con todo derecho, hacer una tesis sobre una entidad pública.
Ella acude al director y le plantea su inquietud:
—¿Y
para qué lo quiere hacer ahí? –le contesta el funcionario.
—Para
explicar su doctrina, sus principios. El PAN no está creado por generales de la
Revolución. Tiene fundamentos filosóficos, ideología, principios, estructura.
—No
tenemos permitido, es un Partido político.
—Pero
los Partidos políticos son órganos de interés público según la Constitución ¿No
lo sabía?
—Sí,
sí, claro que lo sé. Lo malo es que no
va a encontrar un maestro que la sustente.
—Y
si lo encuentro me permite hacer mi tesis sobre Acción Nacional.
—Pues…
sólo porque lo dice la Constitución.
Contar la historia desde dentro
María
Elena, encuentra a Jaqueline Peschard
Mariscal, una maestra que se muestra entusiasta, y le cuestiona
sobre lo que quiere hacer:
—Sería
un texto donde se sintetice la historia de Acción Nacional. Que los jóvenes
conozcan la alternativa política que representa
el PAN. Hay tanta censura en los medios que los ciudadanos no tienen una buena
impresión del Partido. Puedo contar la
historia desde dentro, porque llevo casi treinta años como militante, he sido diputada
y he tenido algunos cargos.
Jaqueline
acepta gustosa, le da claves sobre la
metodología correcta para elaborar una tesis y acomodan en el calendario las
reuniones que tendrán para discutir los avances.
En
casa ella entrevista a Abel. Si alguien
sigue la ideología de los fundadores es su marido, él le da respuestas concretas sobre los ideales
del Partido. Además le corrige aquí, le
da una opinión más allá, una coma, un acento, es un gran corrector de estilo, un
ensayista político consumado.
En el Partido
no hay suficientes libros que cuenten la historia y filosofía de Acción
Nacional. Con frecuencia se editan
folletos con la doctrina panista, muchos de ellos impulsados por la propia
María Elena, ahora ya es tiempo de que se editen textos más profesionales por
el mismo Partido y de esa manera
difundir el pensamiento humanista. Por largos meses, golpe a golpe en su máquina de escribir
Hermes Baby, brota su primer libro: Alternativa Democrática, Ideología y Fuerza
del PAN.
Mención honorífica
La
mañana de su examen profesional María Elena está nerviosa, decide no mencionar
a la familia que hoy es el día final de su carrera en Ciencias Políticas. Curiosamente en esa misma fecha su hijo Felipe llega de Guadalajara, se ha graduado de
licenciado en Filosofía y quiere mostrarles su título. Ella, para honrarlo
le ha avisado a los otros hijos que hará una cena especial. No ha
comentado a nadie sobre su examen porque
tiene temor de no pasarlo. Abel es el Presidente
de Acción Nacional, maestro de la UNAM.
Ella no está para hacerlo pasar vergüenzas.
Tratándose de títulos…
En
el examen, María Elena defiende su
tesis:
—El
PAN es un Partido fundado en bases humanistas, después de casi cincuenta años
de trabajo entregado, gratuito y constante se ha convertido en la segunda
fuerza política del país.
Ella se sabe los capítulos de su texto de
memoria, a fuerza de repasarlos y
corregirlos cien veces. Le ha dedicado más de tres mil horas, entre investigación,
escritura y corrección. A la hora del
examen, a sus sinodales les sorprende la
entrega a su causa, su trabajo tan bien hecho, sus respuestas impecables. Con un peso menos encima y mareada de alegría,
recibe las amplias felicitaciones de sus maestros y la mención honorífica. Al
salir de la escuela y llegar al automóvil
el llanto le brota, llora porque
terminó la tensión, el miedo a fallar.
Ahora es licenciada en Ciencias Políticas.
Pasados
los espasmos se va al supermercado, hay que preparar la cena de Felipe.
A él le han revalidado algunos estudios del seminario y ya se ha graduado de Filosofía en la Universidad
de Guadalajara.
Con
la emoción en el pecho, cocina los tallarines con espinaca, el platillo preferido de su hijo. De
postre prepara un budín de panqué con natilla, cubierto de fresas. El vino tinto, favorito de Felipe, se enfría en la nevera
mientras arregla la mesa.
Cuando
la familia llega, todos felicitan a Poliche y él muestra, orgulloso, su título. Se sirve la cena, y a la hora del postre ella dice:
—Y
bueno, tratándose de títulos, aquí está
la carta aprobatoria de mi examen profesional, he sacado mención
honorifica.
—¿Tu
examen profesional! ¡Cómo pudo ser posible que no nos invitaras! –dice Abel, sorprendido—. Yo quería ir,
estar presente.
—Tuve
miedo de hacerte pasar una vergüenza –lo
reconforta ella.
—Vamos
papá —dice Felipe, preocupado—. Se te
está olvidando felicitarla.
Abel,
apenado ante los ojos de sus hijos, le da un cálido abrazo, y la felicita.
Alternativa democrática, el libro
Una
noche de lluvia lenta, el Partido está
de fiesta con la presentación del libro de María Elena. Ella pisa fuerte, ya no es una política advenediza, ostenta un título duramente ganado
y se estrena como ensayista política. Frente a sus hijos, su familia y la de
Abel, y gran cantidad de amigos panistas, presenta el texto que ha escrito, sin esperar que le retribuya
siquiera un centavo sino muy agradecida de que el PAN se gaste algunos pesos en
editarlo. Este estudio no es únicamente en servicio a su Partido, sino en
ayuda al universo político mexicano, a la practica de la democracia,
disciplina saludable a la República.
Criatura de Dios
Alternativa
Democrática es un texto que todo nuevo panista debe leer. En él, María Elena,
deja impreso el ideal de sus fundadores,
los principios de su doctrina, los estatutos generales, su organización y estructura jerárquica, explicada por medio de un claro
organigrama. Los presentadores hablan
del texto, de cómo ella plasma en letras
el principal objetivo del Partido Acción Nacional: despertar la conciencia
política. Si el ciudadano se politiza,
el PAN tiene muchas posibilidades de acceder al poder, y si llega al poder puede realizar los
grandes cambios que necesita México. María Elena muestra
que la doctrina de Acción Nacional y el humanismo cristiano coinciden en que consideran al hombre criatura
de Dios, ese ser espiritual y
material, digno y respetable que debe
sacrificarse en bien del interés común. Luego enumera
las contiendas electorales y sus comportamientos: del inicio del Partido
en 1939 hasta 1962 nunca se ganaba y se iba a la cárcel por pegar propaganda; en
la segunda etapa que abarca de 1962 a 1979
lo más importante fue la entrada
de los plurinominales, diputados por derecho de votos que lucharon desde
adentro de la Cámara; la tercera y última parte corresponde al despertar,
cuando se logra el extraordinario número de cuarenta y tres diputados panistas
en el Congreso en la LI Legislatura. En
el texto, María Elena también hace una remembranza de los primeros veinte años del Partido
donde sólo treinta diputados de Acción
Nacional llegaron al Pleno, y hasta la
fecha no hay, todavía, un senador panista.
Falta demasiado por hacer.
Misión: que la ciudadanía participe
En
los capítulos finales del libro, María Elena, hace un balance de la principal aportación
que el PAN ha hecho a la sociedad
mexicana: despertar la conciencia política de los mexicanos. Objetivo cumplido.
Comenzando la maestría
Días
después María Elena, muy animada, se
inscribe en la maestría. Lleva sólo dos materias por semestre, pero no tiene
prisa.
—Creo
que me tardaré seis años –dice a sus descendientes que la ven con admiración.
—Está
bien que quieras aprender más —le dice
Abel—. Sólo recuerda que hay que compartir nuestros conocimientos. Sería bueno que escribieras en el periódico.
—¿En
el periódico? Tú crees que pueda hacerlo.
—Ganas
mucho con intentarlo.
Tímidamente
pide un espacio al diario El Economista
y le es concedido, ahí comienza un apasionado amasiato con la literatura
política, que nunca le ha de abandonar.
Los
hijos están muy grandes, ya no necesitan que nadie los lleve y los recoja, ahora
ella tiene tiempo de todo y se
compromete como secretaria nacional de capacitación
del PAN.
(fotos de
la boda de Cecilia)
VII
El nido vacío
Tus hijos no son tus hijos
Son hijos
del anhelo de la vida.
Gibran Kahlil
Les salieron alas y volaron
En
1986 María Elena cumple cincuenta y seis años. Abel y ella, tan ocupados en un
proyecto político tras otro, ni siquiera han terminado la casa cuando Cecilia
les anuncia que desea casarse. María Elena
mira los árboles que están en el patio, crecieron tanto que rebasan los dos
pisos, y ella apenas se percató. Con
nostalgia, acepta que a sus hijos les salieron alas y
están volando solos.
El
PAN, como sus vástagos, también ha crecido. Ahora que ella es secretaria nacional de capacitación del PAN,
viaja a todos los estados de la República y se da cuenta del ánimo con que
se afilian cada día los nuevos militantes. Y es que se vive un momento único en
el Partido, hay ruido por doquier; ante los fraudes del PRI en estados y municipios
se intensifican las marchas, la resistencia civil, las huelgas de hambre. Hay una politización
nacional. Un despertar. El PAN es la
gran esperanza de México.
Abel está trabajando más en el despacho,
porque aunque promovió sueldos para los diputados
y senadores, él no se siente capaz de
cobrar un cinco por su trabajo como dirigente de Acción Nacional y los recibos
de servicios por pagar se acumulan en el hogar.
—Es
como si todavía estuvieras en Acción Católica haciendo tu apostolado –le dice
María Elena, acatando su voluntad.
Sabe
que Abel es así de congruente. Le han pedido que sea secretario general del Partido,
y les ha dicho que sólo puede medio
tiempo, pues se está ejercitando, llevando una vida familiar más plena y trabajando duramente en el
despacho con el fin de generar más ingresos
que permitan a sus hijos avanzar en sus estudios. María Elena sigue admirándolo
y amándolo, le ha dado un gran susto con su enfermedad, pero evita pensar en el
futuro y disfruta el presente.
Los aciertos cometidos
En
los primeros días de 1986, María Cecilia, la tercera de la familia, maestra normalista, licenciada en Pedagogía
y encargada del Colegio La Paz, es solicitada en matrimonio. Los
sentimientos de María Elena son confusos, por un lado la satisfacción de verla
feliz midiéndose el vestido que ella misma usó, hace casi tres décadas, en su
boda con Abel, y al mismo tiempo el dolor de ver al primer hijo volar. Lo hecho, hecho está, los aciertos y errores
cometidos en su educación se van con ella, medita María Elena. No se puede cambiar el pasado.
El día del evento
la novia luce admirable. Con su vestido blanco y su feliz sonrisa de enamorada
da el sí y se convierte en esposa. Felipe
hace una composición musical para la
misa y su voz potente y timbrada armoniza el sagrado recinto. Se va Cecilia, se
dice María Elena, es la ley de la vida. La familia Vicencio Álvarez sufre la
partida de uno de sus miembros. El nido se ha abierto al mundo.
Ana, la primera nieta
Apenas transcurre
un año, Felipe, que está dando clases en la Universidad de Guadalajara, avisa
que se casa con Lucero, su novia de hace tiempo. En noviembre de 1987, María Elena organiza un
reunión familiar para festejar su boda civil, en el jardín de la casa de
Tlalpan, entre el frondoso árbol de nogal y el de aguacate. Familia y amigos brindan por la pareja y les
desean una larga vida de casados. La
boda religiosa es en Guadalajara.
Once meses después llega la primera nieta,
hija de Felipe, y la bautizan con el
nombre de Ana. María Elena está alborozada, la bebita es rechoncha y muy
risueña, tiene la carita redonda y el pelo castaño. María Elena cambia su
perspectiva, los nietos no piden permiso, su hijo ahora es padre y ella abuela,
la vida ha dado la vuelta, y eso la llena de una novedosa y pacífica felicidad.
Abel, se está
cuidando mucho, se alimenta bien y corre todos los días. Una tarde se pone mal,
siente unos dolores fuertes originados por piedras en el riñón; para
extraerlas, lo operan, y ahí descubren un gran tumor en el hígado. No pueden
quitarlo al momento, tendrá que esperar.
Quimioterapias
Un mes después le
extraen el absceso y le dan una serie de quimioterapias. Desafortunadamente
este procedimiento se repetirá cada tres años.
María Elena aprende a vivir con ello, a seguir
adelante, a dejarlo todo en manos de Dios y a estudiar y trabajar para pensar
menos y no solazarse en el dolor; ella
es uno de esos seres resilientes.
Teresita
su segunda hija, a quien le gustaba trabajar en las bibliotecas y que estudió Ciencias Humanas se gradúa con excelentes calificaciones y al
poco tiempo también decide formar su
propio hogar. Cuando se casa se va a vivir a Tijuana. Un tiempo después es directora del Centro
Cultural en esa capital fronteriza.
Grandes amigos
Cuando
Cecilia
le pone a Pablito en brazos, María
Elena medita en que sus hijos se están reproduciendo muy rápido. Ella y Abel le han ofrecido a su hija y a su marido
una buena parte del enorme jardín para que construyan su casa, y la nueva familia ha aceptado gustosa. El
nietecito le queda cerca a la abuela.
Junto a los
primeros nietos de María Elena, también han nacido los de Máxima, la señora que le ayudaba en el
quehacer de la casa, son hijos de Mari, que es, ahora, la encargada de mantener
limpia la casa. El esposo de Mari es el jardinero del Colegio La Paz. Cuando sus
niños comienzan a hablar también le dicen abi a María Elena. Cuando cumplen la edad para asistir a la
escuela, el Colegio La Paz, les otorga
una beca.
Para 1990, Pablito, el hijo mayor de Cecilia, se
ha ganado la atención del abuelo y juega
con él a las escondidas; además este año recibió un hermanito: Bernardo.
Ya
son tres los nietos de la pareja.
Nueva contienda: Maquío, Salinas y Cárdenas.
La
contienda presidencial ya llegó y ahora
es Manuel Clouthier el candidato del PAN
que disputara a Carlos Salinas del Partido oficial y a Cuauhtémoc Cárdenas
del PRD, la presidencia de la República.
Las campañas son intensas, el PRD surge con fuerza en el Centro Sur del país y Clouthier en el Norte. México está politizado, pero dividido por
ideologías, se siente fervor en el ambiente, mucha ilusión.
Hay
gran movilización, campañas de altura de todos los Partidos. El día de la
elección los votantes dan muestra de civilidad.
Los representantes panistas en las casillas están dispuestos a llegar
hasta los golpes si ven algún indicio de fraude. La jornada se
desarrolla amablemente hasta que se descubre que hay un doble sistema de computo
para el conteo de votos: el real y el favorable al PRI.
En esta ocasión el fraude no se realizó en la
casillas y con la fiel ayuda de los militantes priistas, sino que se orquestó a
grandes dimensiones. Al verse
descubiertos, los priistas, liderados
por Manuel Barlett, desconectan el sistema y el nombre del ganador se pierde
para la historia, en el espacio
cibernético de la nada:
-¡Se
cayó el sistema! –es la frase más repetida en esos días.
Pero
Maquio, como apodaban a Clouthier, no se da por vencido, organiza actos de
protesta y habla a los legisladores. Luego crea un Gabinete Alternativo que dará
seguimiento al gabinete del presidente ilegítimo. María
Elena es secretaria de este nuevo
organismo.
¡A buscar los paquetes!
Los
expertos dicen que la única manera de saber quien ganó es abriendo todos los paquetes electorales, que
están bajo custodia del Ejército, en los sótanos del Palacio Legislativo.
Abel
Vicencio ha salido de su casa más pensativo que de costumbre y le ha comentado
a María Elena que tiene dudas de que
realmente los paquetes estén ahí.
En la sesión de ese día en la Cámara, invita
a la oposición a bajar al sótano y abrir
los paquetes que contienen las boletas electorales. Treinta osados diputados del PAN, otros de Corriente Democrática, y uno
del PMS se deciden a acompañarlo.
Los soldados se enderezan
Cuando
el grupo de personas se presenta
en el sótano, los soldados se enderezan en sus puestos, aprietan sus
armas y les cierran el paso quedando
frente a ellos. Un metro los
separa, ambos bandos se miran con miedo: unos, de recibir la orden de
disparar, y los otros de ser
disparados. Hay temor, y aún así
prevalece la rabia. Mexicanos contra mexicanos, piensa Abel furibundo, mientras
allá arriba se ríen, y festejan un fraude más. Entre el grupo van reporteros y
fotógrafos, se empujan unos a otros de
manera insinuante, la violencia busca salida.
—¡Provocaciones
no! –grita Vicencio Tovar.
Todos
quedan congelados.
—Señores
militares, ¿díganme ustedes con quién puedo hablar? ¿Quién es el comandante a cargo? –pregunta a
los soldados.
Los
soldados le abren valla a Abel y a un diputado
del PMS. Caminan y se paran frente al comandante. Hablan con él. Después de unos minutos, regresan.
Abel dice al grupo en voz alta:
—¡Le
hemos dicho al comandante que tenemos facultades para estudiar los paquetes electorales y que nos permita pasar a verlos!
Se
voltean a ver unos a otros. Están petrificados, intentando adivinar qué sigue, qué sugerirá Vicencio y qué hará cada quien.
¿Enfrentaran las armas, se tirarán a matar?
Todos sudan caliente.
Los
soldados tienen las dos manos en sus metrallas. Totalmente alerta.
—¡Qué
no tiene llaves, nos dice el señor, y
qué tiene órdenes de disparar a quien se acerque! –Agrega Vicencio mirándolos
de frente.
Pasado
un segundo, Abel da la espalda a todos y camina de regreso a su curul.
Un
diputado priista aparece de las sombras y, agitadamente, alienta a todos a regresar.
—¡Vamos
muchachos, vámonos ya al salón! Esto se arreglará por otros recursos.
Momentos
después en el Pleno todo es susto y
reclamo. A los del PPS los han acusado
de miedosos.
—Era
una imprudencia –dijeron los del Frente Cardenista para disculpar su ausencia.
Con
los ánimos calmados se le pregunta a Abel
por qué se regresó.
—Quiero
ver los paquetes en un acto ordenado y legal. De esta manera no iba a serlo. Lo
primero es el respeto a la Ley.
El
incidente se comenta por días en la Cámara, cuando María Elena se entera
cuestiona a Abel:
—¿Crees
que iban a dispararles?
—Por
supuesto. Ellos sólo obedecen órdenes.
A
ella se le pone la piel de gallina.
La lucha se continuó con diversos actos de
protesta pacifica como un ayuno y la exigencia de una reforma electoral verdaderamente
demócrata. El 1o. de octubre de 1989, Manuel Clouthier muere en un accidente automovilístico
prensado por dos camiones de carga.
Columnista
María
Elena, resignada ante los acontecimientos continúa su propia lucha escribiendo
en la revista Palabra, ahí hace referencia a lo que ha hecho Acción Nacional con y
por la mujer mexicana. Ella insiste en que el Partido no sería el mismo sin sus
esforzadas mujeres, desde sus inicios el PAN dio una importancia principal a las féminas
impartiendo conferencias a las esposas, madres, y novias de los militantes para concientizarlas sobre
lo importante que es votar.
En
la revista La Nación, expone que le
cuesta más a la mujer que al hombre tomar conciencia de la realidad política
nacional. Ella escribe:
"…las
mujeres hemos metido la cabeza como
avestruces ante los embates
masculinos, y hemos permitido que el
hombre tome decisiones que rigen nuestras
vidas, y si esas decisiones son
equivocadas hay que lidiarlas hasta el cansancio. El hombre es nuevo en el
planeta, en la línea del tiempo
apenas hace unos segundos que se
descubrió la rueda. Desde entonces la
evolución corre. Aseguradas la alimentación y la casa el ser humano creó leyes para
armonizar en sociedad. Hoy 1989, vivimos
en el esplendor de la civilización, las mujeres de hoy no necesitamos la fuerza física del patriarca de la familia para que nos
defienda de otros hombres. La educación, la civilidad y las leyes hacen
este trabajo. Sin embargo la maternidad
y la función de alimentar y cuidar de
los críos no ha dejado de ocupar a la
mujer, y apenas estas últimas décadas
las damas han salido de sus casas para
comprobarse a sí mismas que pueden hacer
los mismos trabajos que el hombre".
Relaciones Iglesia Estado, y Logros y Retos del PAN
Son
días de escribir, de otra paciente investigación, de hacer algo
útil con los miedos que las crisis
y las quimioterapias de la enfermedad
de su marido le provocan. Picando tecla tras tecla nacen otros dos textos:
Relaciones Iglesia Estado, formado por
una compilación de escritos y
publicaciones que el PAN ha hecho
sobre este binomio a través de los años, y otro libro: Logros y Retos
del PAN, una recopilación que también es publicada por la editorial del Partido por medio de
patrocinadores civiles.
Abel, el cuarto hijo de María Elena también se
casa, su pareja es periodista y tienen una hija a la que bautizan con el
nombre de María Fernanda. Cecilia, está
construyendo su hogar en la parte final del jardín de la casa familiar.
Los nuevos abuelos están siempre muy acompañados y desde Guadalajara, Felipe
les ruega que vayan a conocer a su segunda
hija, Aranzazú, nacida en agosto.
VIII
la rueda de la vida
La gratitud es la fuerza del corazón
Abel Vicencio Tovar
El tiempo que Dios nos asigna
En
1992, a Abel le extirpan un tumor del pulmón. Después de la operación la
pareja decide pasearse y viajar por el mundo.
Consiguen un vuelo tan peculiar que para llevarlos a Europa primero visitan
Argentina, Brasil y Paraguay, de ahí
vuelan a Tierra Santa y finalmente a
Madrid. En Barcelona se les une Teresita
y disfrutan plenamente de las
Olimpiadas.
Y es que María
Elena y Abel se han propuesto hacer de la enfermedad algo cotidiano. Planean
los viajes tomando en cuenta las quimioterapias. Abel muestra su fuerza de atleta y la gran
resistencia al dolor que siempre le acompaña. Ella carga
con ampolletas para inyectarlo en los aeropuertos, en el avión o en los lugares
turísticos que visitan, donde le ataca
el malestar. Él quiere conocer las soberbias capitales de estos países y sabe
que el tiempo es corto.
—Hay que vivir
sin pensar en la enfermedad –le dice resignado.
María
Elena está orgullosa de él, ha tomado su
enfermedad con humildad, agarrado de su fe.
Cuando regresan del viaje sigue impartiendo sus clases. Sólo deja de asistir a la universidad los días que está hospitalizado.
En cuanto se recupera, vuelve a hacer ejercicio y corre por las mañanas. En esos
días, la familia, está atenta al embarazo de Cecilia porque ya pronto dará a
luz a Rodrigo.
El último de sus hijos, Armando, se gradúa de abogado,
luego se casa. Ahora el nido está vacío.
Sus nietos son el futuro.
Dividir la casa
María
Elena y Abel le proponen a Armando que
se quede a vivir en la planta baja de la casa, y ellos acondicionarán la parte de arriba. Los nuevos
esposos aceptan y se organiza el hogar.
María Elena y Abel adecuan una cocina pequeña, suficiente para ellos, la biblioteca se traslada a la planta alta y
queda forrada en madera y tupida de
libros, luego acomodan su antiguo
comedor junto al ventanal, desde ahí se
aprecia el jardín verde donde jugaron sus hijos de pequeños, y ahora corretean
los nietos.
Comisión de Asuntos de la Mujer en el PAN
Las
mujeres de Acción Nacional están dispuestas a movilizar a las de su género y en
el Partido se crea la Comisión de Asuntos de la Mujer. María Elena es la
presidenta. Uno de sus objetivos es promover más arduamente la participación de
la mujer en la política.
Tocar fondo
En el país la corrupción y la injusticia tocan
fondo. El primero de enero de 1994 surge en Chiapas el Ejercito Zapatista que intenta derrocar el
gobierno de Salinas de Gortari. El subcomandante
Marcos le declara la guerra al Ejercito Nacional y en los enfrentamientos caen muchos indígenas. Luego el arzobispo de
Guadalajara es asesinado en el aeropuerto.
Meses más tarde el candidato a la
presidencia de la República por parte del
PRI es destrozado con un tiro en la
cabeza, y días
después matan al secretario nacional de ese mismo Partido. Como en
tiempos de la Revolución los caudillos
se matan unos a otros. El asombro ante
la realidad política, que muchos mexicanos ni siquiera intentaron ver, les abre
los ojos con terror.
Entre
estos tenebrosos eventos Acción Nacional
lanza de candidato a Diego
Fernández de Ceballos, hombre de respuesta envolvente, que gusta a los
mexicanos y agrega adeptos al Partido. Las condiciones están puestas para el triunfo del PAN, hay mucha
movilización, deseos de cambio.
El
primer domingo de julio, la jornada
electoral es un ejemplo de civilidad, los mexicanos salen a votar como
nunca. Por la noche llueve como si
alguien llorara, María Elena y Abel esperan los resultados frente al
televisor:
—El
PRI gana, arrasa de nuevo en toda la República –anuncia la prensa.
Diego acepta la derrota
¿Cómo
es que les estalla la granada en la cara y aún así votan por el PRI? Comenta la
pareja. Ernesto Zedillo es el nuevo
presidente, Diego Fernández sale en televisión, y con la dignidad que lo
caracteriza, acepta la derrota; no hubo fraude electoral como antaño, el PAN
pierde, una vez más, la presidencia de la República. La sociedad mexicana así lo decidió.
Ignorante
es el que no conoce la historia y por eso la repite: para noviembre de 1994
el peso se devalúa. Como en 1982 la economía se desploma, pero ahora es llamado el
error del 94. Hay fuga de
capitales, las reservas monetarias están en ceros, al hermano incómodo del Presidente
le brotan cuentas millonarias en Suiza, mientras tanto, los ciudadanos comunes
se asustan ante su crédito de vivienda que
ha aumentado el triple, por la inflación. El préstamo adquirido para un automóvil
familiar se vuelve impagable y aunque se retorna el auto
a la agencia y se anda a pie, se
sigue pagando la deuda por dos años más. Los empresarios con créditos en
Estados Unidos se infartan, algunos mueren,
las amas de casa ven disminuir los
platillos en su mesa. Luego los priistas inventan el Fobaproa y también se lo
engullen.
Llave que no cierra
A Elenita, como la llaman sus compañeros en el
Congreso, los acontecimientos políticos
de México la dejan impávida, ha visto lo
mismo una y otra vez, cada sexenio. —Si
cuando menos la gente comprendiera su derecho a tener mejores gobernantes –dice
en las comidas familiares con un tono de resentimiento—. Luchamos tanto y
logramos tan poco.
En la LVI Legislatura, la han nombrado diputada plurinominal, y aunque ya
tomó protesta y se sentó en su
escaño en el Pleno, su mente y ánimo están alicaídos. En esos días ve cómo, a
su compañero de vida, la salud se le
escapa como un llave de agua abierta que
no puede cerrar.
En noviembre de 1994 es
cumpleaños de Abel, en su conversaciones
filosóficas sobre la vida, él le dice:
—Tenemos
un tiempo, el que Dios nos asigna. El
mío se terminó.
Él
cree que morirá pronto y le pide a María Elena que llame a una reunión de familiares y amigos. Ella
cumple su deseo, se muestra fuerte, se
aferra a los designios de Dios, trata de concederle las peticiones que le solicita.
El
día de su cumpleaños Abel mira con
agradecimiento la vajilla, los amigos,
los familiares, el verde césped y a sus
hijos sentados a su lado; que lejos quedaron los días en que difícilmente
podían estar quietos, los momentos en la mesa
en los cuales corregía a uno y a otro para que tomaran bien los
cubiertos. Ahora todos son adultos. Sus nietos, los hijos de sus hijos, son los
que ahora corretean y no quieren sentarse a la hora de comer. Ana, la mayor, persigue a Pablo, mientras Aranza y Fernanda brincan un escalón y cada salto las hace reír; están llenos de
vida, y no entienden las caras tristes de sus padres. Berni
trae de la mano al pequeño
Rodrigo que empieza a
caminar.
Abel dice a todos:
—El
agradecimiento es la fuerza del corazón, viví
con dignidad el tiempo que Dios me regaló, fui congruente, utilice mi
inteligencia lo mejor que pude para
ayudar a los demás y cumplí con mi deber. Gracias a todos por su cariño.
Todos
derraman lágrimas, parece sólo una reunión familiar más. Los nietos no saben
que sucede. Pablito a quien le gusta esconderse
y que Abel lo busque no entiende por qué
el abuelo habla con tanta
ceremonia, y ya no quiere jugar.
Y
es que el círculo de la existencia no se detiene, Abel está despidiéndose, el
tiempo asignado se le termina.
Caminos inescrutables
María
Elena voltea hacia atrás, ve todos esos años, juntos, de trabajo y lucha, y no comprende qué salió
mal; si siempre hicieron lo correcto,
vivieron como Dios manda, con honestidad, dando servicio, ¿por qué la
enfermedad? Abel tiene la mente intacta
y el espíritu fortalecido con su
religión, pero el cuerpo se le deshace.
—Los
caminos de nuestro Señor son inescrutables —le recuerda mamá Elena.
A la siguiente semana un grupo de alumnos de la clase de posgrado lo lleva a su casa
volteado del dolor. Él cae en el campo de batalla, dando sus clases en la UNAM, formando nuevas generaciones de
abogados probos y honestos. María Elena
está ante la prueba más difícil de su vida: dejarlo ir. Quedarse sin su otra mitad.
Un día brumoso
Abel reposa en cama siete
días más, cuatro consciente y tres inconsciente.
El
veinte y seis de noviembre de 1994, un día brumoso y triste, muere. Se queda quieto y tranquilo en su cama, acompañado de un amigo sacerdote y de todos
sus hijos.
A María Elena
se le parte el corazón frente el cuerpo sin espíritu de su hombre; y llora por la voz que no timbrara nunca
más. El brillo de sus pupilas se opacó
para siempre, su mente espléndida no debatirá más, sus manos hechas para la
oratoria están tan, espantosamente, quietas.
Ella gimotea, ve al piso, solicita ayuda a Jesús, se resigna. Un tumulto de
emociones tristes fluyen por su alma.
Los
del PAN cubren su féretro con dos banderas, la del Partido y la de la Patria. La
línea de las personas que le dan el pésame es larguísima, son tantos los afligidos, los que sabían su valor como ser humano. La
pena es menos entre un abrazo y otro, eso alienta a la familia, les da la
certidumbre de que el esposo y padre vivió una vida correcta. La ceremonia deja
a la familia apabullada, se sostienen unos a otros. A María Elena sólo sus
alegres nietos le recuerdan que la vida
es así, que ellos siguen, que como lo dijo su abuelo: todos tenemos un
tiempo asignado y el de estos niños apenas comienza.
Sed Perene
Aunque
los días pasan, el dolor no disminuye. A
María Elena la pena se le ha instalado
en la sombra. El vacío es una sed
perene que no se satisface aunque
beba litros de agua. Todo es
recuerdo, la taza del café, la cama, la
ropa; qué rápido se termina el milagro de la vida. También el parlamento, la tribuna, su escaño,
su lucha. ¿Valió la pena tanto esfuerzo por México? Tal vez si Abel hubiera
sentido menos coraje ante la injusticia sus células no hubieran mutado, si
hubiera trabajado menos, si hubiera… verbo inactivo, irreal, quimérico. No existe el hubiera, hay que resignarse.
Por
las noches, ella se estira para abrazarlo y toca el aire. Está de viaje, se
dice entre sueños. Luego despierta y la realidad le punza. ¿Quién le autorizó
irse sin ella?, si tenían casi cuarenta años durmiendo juntos, despertando
juntos. Todo lo deberían haber hecho juntos.
Meses
después Abel tiene su primer hijo y lo bautizan
con el nombre de su padre y su abuelo. Es el tercer Abel en la familia. Ahora
que su marido no está, María Elena, piensa en esos nuevos niños que no conocieron a su abuelo, y le surge la idea de poner por escrito las principales frases que él predicaba sobre la filosofía del Partido.
Así nace un libro pequeño al que llama Ideas Fuerza, Mística de Acción
Nacional. En la Comisión Editorial del PAN lo editan. Algunos de los militantes
que lo leen, reconocen su mensaje y las
nuevas generaciones que recién ingresan al Partido se sienten estimuladas
a copiar sus ideales. En el Partido le piden a María Elena recopilar el pensamiento de los
fundadores y algunos filósofos del PAN, de esta labor resultan otros tres
textos con la ideología de Gómez
Morín, González Luna, Adolfo Christlieb
Ibarrola. Los dirigentes panistas se dan
cuenta que el Partido es tan nuevo que no tiene una cronología propia, así que se pide al señor Calderón,
padre de Felipe Calderón, que compile los ensayos y escritos que se han
publicado a través de los años, para formar un archivo. La historia de Acción
Nacional es realmente nueva.
Salir del marasmo emocional
La
vida comienza cada vez que sale el sol, se dice, María Elena. Abel vivió una
buena vida, con dignidad, y así se fue, dignamente. Ahora ella tiene que regresar a la realidad, cumplir con esa
importante función que el pueblo de México le ha asignado y que su esposo amado le exigiría hacerlo bien. Al fin, su quehacer
político la saca de su marasmo
emocional. Su diputación es de 1994 a 1997.
Todo
será diferente, se dice una mañana frente al espejo, estoy preparada, mi carrera
me ha dado los recursos, ahora sí, que se aparezca en el Pleno Marcela Lombardo Toledano y
su arenga de bendiciones al comunismo,
para contestarle lo que debí haberle contestado en 1977.
Con
mucho orgullo anuncia a la familia y a sus compañeras de la Cámara que ya termina la maestría en Ciencias Políticas.
(fotos de su diputación 1994)
IX
Diputada 1994—1997
El control de la natalidad, permite a la
mujer escoger la maternidad.
Simone de Beauvoir
Cómo se formula una iniciativa
Su
trabajo en la Cámara es un aliciente
para levantarse de la cama y activarse.
María Elena, como legisladora, primero
presenta al coordinador de su Partido el tema que requiere una reforma a la Ley,
si él está de acuerdo, ella lleva a cabo la investigación y el proyecto y lo
arma como iniciativa. Cuando la
propuesta está lista y aprobada por el coordinador, la presenta en el Pleno de
la Cámara de Diputados. Si es aprobada
por la mayoría de los diputados, se turna a la comisión correspondiente para
que se analice y se fundamente como ley. La comisión, es el lugar donde se hace el
verdadero trabajo legislativo; ahí se
analizan y dictaminan las iniciativas y se reforman leyes. Las comisiones
están formadas por representantes proporcionales de cada Partido.
Los presidentes de las comisiones tienen que
estar al pendiente de que si se va a
cerrar un agujero, que no se abra otro con esta nueva ley. Que no haya consecuencias desastrosas para
quienes adquirirán obligaciones. Evitar perjudicar a terceros, es una de las
consignas del presidente de una comisión.
Análisis y dictamen
Entre
los deberes de un diputado está el
integrarse a alguna comisión para ayudar en el análisis y formación de las iniciativas. María Elena se une a varias. Para profundizar en una
iniciativa, se asesora con expertos y abogados, y luego promueve foros con la sociedad para saber su
punto de vista. Si después de pasar por
este cedazo encuentra bien fundamentada la propuesta, ella da su voto favorable para que se convierta o
reforme la Ley. Es en el renglón de las
votaciones donde, María Elena, reniega: los
Partidos que son mayoría hacen sentir su
poder, y si el PRI lo es, y no está de acuerdo, la iniciativa se irá a la
congeladora.
—Lo
que se puede hacer es que quienes promueven la iniciativa, convenzan a los que
no están de acuerdo, para que voten a su
favor –recomienda a sus compañeros.
Los debates
El
tema del aborto a tomado a la prensa por
asalto; sólo se habla de eso. Las iniciativas sobre despenalizarlo surgen
diariamente y el PAN ha negado su voto en la Cámara. La sociedad se ha volcado a escuchar los
debates y a María Elena la solicitan un
día y otro para dar su opinión. Ella dice en un debate en los medios en junio
de 1997:
—Ni
científicos, ni no científicos son capaces de
decir en que momento el embrión se convierte en persona. Para algunos
son algunas semanas de gestación. En mi Partido
creemos que desde la concepción.
La
prensa dice que en la industria maquiladora de la frontera se tapan los baños
porque algunas mujeres durante la jornada laboral sufren abortos provocados. Por estas situaciones es que, María Elena
tiene que luchar, dejar bien claro la
postura del PAN: el no nacido es
persona. Insistirá en que engendrar un hijo es una fortuna divina. Ella es tan
feliz siendo madre y, ahora, abuela. Y
jamás vio a mamá Elena rechazar o
quejarse en alguno de sus quince embarazos. Todos sus hermanos han sido una
bendición.
Cuadro vacío
Por
esos días, le llega la invitación personal a una cena y
decide asistir. Quienes la invitan pertenecen a una ONG, organización
no gubernamental en pro del aborto.
Se
sorprende al llegar, la casa es espléndida, los muebles de impecable cedro blanco. En la sala hay un
enorme cuadro, un marco vacío sin litografía, María Elena se queda viendo el
espacio y se pregunta si su anfitriona estará esperando alguna
exótica y costosa pintura del otro lado
del mundo para ponerla ahí.
—Míralo
bien, Elenita, lo puse así para que cada quien se imagine lo que desee. Enmarca
lo que quieras y disfrútalo –le dice la dueña de la casa, sorprendiéndola.
Presente en su vida
Momentos después, María Elena, se retira de
esa habitación y continua observando el lugar, camina hacia la sala y ve una fotografía de cuerpo entero de un
joven bien parecido que le asusta por su tamaño. La dueña de la casa se acerca
y le cuenta que él se suicidó, y lo tiene ahí para conservarlo presente en su vida diaria.
La
cena se sirve más tarde y transcurre en tono agradable; el vino y la plática son
interesantes. Todas ellas son unas personalidades, luchadoras sociales,
ensayistas, escritoras, que han trabajado mucho para llegar a donde están. Con la animación del vino algunas comentan sobre las tristezas de su
vida, lo que les ha tocado afrontar. El suicidio del joven penetra en la
sobremesa. María Elena las observa, han
tenido acontecimientos difíciles en sus vidas que afrontaron con valentía,
y trabajan continuamente para conseguir
beneficios para la mujer mexicana. Ahí le cuentan que la ONG mundial a la que pertenecen
promueve los derechos de la mujer, entre
ellos decidir si se es madre o no.
—Elenita,
usted es un elemento muy importante en este asunto de la despenalización y queremos
invitarle a otro debate sobre el aborto,
mañana por la tarde, será trasmitido a nivel nacional… ¿Qué le parece? –le
comentan.
María
Elena, impresionada por su amabilidad y cultura, y con la intención de convencerlas de que se
respete al no nacido, acepta.
Piensan diferente
De
regreso a casa medita profundamente. Sensibilizada ante las vidas de sus
compañeras de Cámara deduce que su manera de pensar y la de las feministas es
diferente. Yo vivo alrededor de mi fe y mi familia, ellas no tienen ninguna de
estas dos anclas, se dice mientras se pone la ropa de dormir y reza sus
oraciones. De pronto viene a su mente su
maestra de la UNAM, los enfrentamientos que tuvo con ella, ninguna cedió, la
maestra estaba convencida de su postura y
María Elena de la de ella. Fue desgastante y nunca llegaron a un
acuerdo. Esto sucedió porque la legalización
del aborto es un tema sin fin. Hay razones reales por los dos lados, se
debe respetar la vida del no nacido, pero no se puede vulnerar el
derecho de la madre a decidir. Ambos
criterios son correctos, deduce.
Cuestión dolorosa
María
Elena acude al debate, las feministas
hablan sobre los derechos de la mujer, se trata de libertad y de salubridad,
dicen ellas. Piden que el sector salud
preste el servicio de aborto en forma gratuita, y hablan sobre el número de mujeres que se han
muerto por interrupciones de embarazo mal aplicadas.
Cuando toca el turno a María Elena y con todas
las cámaras de televisión grabando, ella dice:
—No desear un hijo y estar embarazada
es una cuestión muy dolorosa, si la mujer quiere continuar el embarazo o
interrumpirlo es una decisión tan íntima y personal que los demás tenemos poco
que decir. Nosotros, la sociedad y el Gobierno debemos ayudarla en lo que
decida.
Las
feministas se quedan esperando que contradiga sus opiniones, pero
María Elena a abierto su corazón y su mente: es una
cuestión íntima y muy dolorosa.
Es inútil desgastarse en opiniones.
La solución es educar
Los
siguientes días, María Elena, se reúne con las diputadas de Acción Nacional y concluyen que incluso
la iniciativa que envío Salinas
de Gortari para que no se castigara a la madre abortista de escasos recursos, es
una perdida de tiempo. ¿Qué sabe el Presidente
de ser madre y de ser pobre? Sólo está congraciándose.
La
solución es educar, comentan entre las panistas ¿Cuántas mujeres violadas en México ignoran que todos los Códigos Penales
aceptan la interrupción del embarazo resultado de una violación? ¿Cuántas,
que sí lo saben, no encuentran un doctor legal que les practique un aborto en
una clínica reconocida? ¿Qué pelean los congresistas,
si la ley se aplica en muy pocos casos
de aborto?
En
los meses siguientes algunos panistas de
los Congresos Estatales consiguen
logros. En Chihuahua al no nacido se le otorgan derechos desde la concepción
según el artículo 215 del Código Penal; pero
la cuestión es desgastante. Supuestamente
hay alrededor de quinientos mil abortos
al año, ¿Están las cárceles preparadas para
hacer cumplir penas de cuatro años a tantas personas?
La virgen lloró
Una
semana después, María Elena, pública en
la revista La Nación sobre el aborto:
"…el
IMSS tiene que crear programas de prevención, tal como el de la diabetes, la hipertensión y la obesidad.
Es más fácil la prevención que las consecuencias".
Los
grupos de trabajo para despenalizar el aborto continuaron, y en
muchos Congresos Estatales lo
aprobaron. Incluso se rumoró que el día
de su ratificación en el Distrito
Federal, la imagen de la Virgen de Guadalupe produjo una luz en su vientre y lloró
una lágrima.
Ellas abiertas
Las
diputadas panistas son invitadas a una reunión en la Universidad del Paso,
Texas, para darle seguimiento a un estudio que esa institución está haciendo sobre la mujer en México. María Elena y sus compañeras de Partido se dan
cuenta que las congresistas de los otros
partidos no se muestran tan entusiastas de
llevarlas de compañeras. Ella plática con sus compañeras de diputación:
—Creo
que debemos ampliar nuestra postura, dejar de ser las conservadoras. Podemos ayudar
mucho con nuestro criterio. La sociedad cambia, va hacia delante con otras
necesidades. Ellas están abiertas a todo. Vamos a la reunión y platiquemos nuestra
lucha, que no ha sido por el feminismo, pero si para que la mujer emita el
voto.
Las
congresistas del PAN la escuchan con atención, su juicio es razonable.
—Ahora
a trabajar: ¿Quién se va a la biblioteca a investigar estas palabras nuevas para
la visita al Paso, Texas? Aquí está el
temario: perspectiva de género, equidad, empoderamiento, transversalidad, misoginia…
Misoginia, palabra antigua
Estos
conceptos que parecen nuevos, son tan viejos
como la escritura griega. María Elena
encuentra en su investigación que muchos
filósofos griegos hablaban de la
misoginia: misogunia (μισογυνία), que significa odio a
la mujer. En este siglo, la
palabra resurgió gracias a los estudios que analizan los prejuicios que provocan la opresión femenina. Bromas, pornografía y
violencia donde se denigre la feminidad
es misoginia cultural.
Cuando
las definiciones de perspectiva de género, equidad, transversalidad, empoderamiento,
y tantos otros conceptos más se ponen
sobre la mesa, María Elena, se da cuenta de que un cambio grande se está formando en el
mundo, y es bueno para sus congéneres.
La gran revelación
En
el Paso, Texas, María Elena dice en su
discurso:
—En
México, nosotras, las panistas, no nos hemos ocupado de la situación de la
mujer, tal y como lo han hecho las de otros Partidos, porque estábamos enfrascadas en la democracia, creímos que al haber libertad
de elección en el país, se iba a derramar a los hogares. Por años hemos buscado sólo el voto de las mujeres y ahora
que la mayoría vota, vamos a dedicar nuestro esfuerzo al tema de la
discriminación de la mujer.
Todas
les aplauden. Entre las congresistas mexicanas se borra la raya de la
diferencia de Partido. Unidas en esa sala, son sólo mujeres sacando la casta de su sexo para
defenderlo y buscar que mujeres y hombres tengan los mismos derechos y
responsabilidades.
De
pronto surgen las bromas:
—¿Saben
cuándo va a haber igualdad entre un hombre y una mujer?
—¿Cuando?
–preguntan todas a coro.
—Cuando
una mujer se mire al espejo gorda, pelona y vieja y se considere la reina de la
creación.
Festejan
la broma, cantan y ríen por México, se acerca una nueva era en la búsqueda de
la equidad para la mujer y deben estar unidas.
Al siguiente día aparece en el periódico:
"…Las
panistas fueron la gran revelación, se habían dedicado a promover la conciencia política ciudadana en
la mujer, ahora que la democracia va
avanzando, el tema femenino será su
trabajo".
María
Elena recorta el periódico y lo conserva como un gran trofeo.
Beijing, China
La ONU convoca a la IV Conferencia Mundial
sobre la mujer, en Beijing China. De
inmediato, María Elena, hace una
investigación con el fin de preparar una
posible participación en tribuna y
comprueba sus sospechas: el analfabetismo es mayor en la mujer. Y a pesar de esto, en México,
los hogares con jefatura femenina ya son
casi diez millones. Por cada tres
hogares, una mujer trabaja; y en cada cinco es la que sostiene la familia, sea por divorcio, viudez, madre sola o porque el hombre no provee lo
necesario. La mujer actual lleva la casa, cumple con ocho horas
de trabajo, tolera la discriminación salarial y a veces
es víctima de hostigamiento sexual. Todavía se exige el certificado de no embarazo para pedir empleo,
como si fuera culpa de la mujer ser fuente de procreación.
México a escala
Los
preparativos para Beijing continúan y a punto están de volar a China cuando
surgen una serie de dificultades. La comisión que irá está desequilibrada. Se
supone que la representación de un país se forma por el Legislativo, el
Ejecutivo y el Judicial, y en las reuniones previas son nueve legisladoras y treinta y dos representantes del Ejecutivo. Salidas por orden de quién sabe quién. María
Elena lo ve todo desde arriba,
esta comisión es una pequeña muestra del país, del modo peculiar y corrupto de vivir
la vida política en México. Los encargados de la comisión escogen personas sin
criterio alguno, y todavía, días antes,
nadie sabe a qué irán esas treinta y dos personas.
30,000 mujeres
Al
fin, el 26 de octubre de 1995 María Elena vuela a Beijing. También va una senadora y una
representante de la Asamblea Legislativa del D.F., es un viaje largo que
ella disfruta leyendo y conviviendo con sus congéneres. Es muy interesante ir
acompañada de las dos ganadoras del
Concurso Literario Camino a Beijing convocado por Promoción Política de
la Mujer de Acción Nacional que premió
los dos mejores ensayos.
Afortunadamente, hay buenos logros, treinta mil mujeres se ponen de acuerdo, Hillary Clinton se pasea por los mismos
pasillos que todas sus congéneres y da una espléndida conferencia. Soplan
vientos nuevos para las féminas a finales de este siglo. Se abordan doce temas
y se hace énfasis en el enfoque de género. Y es que las mujeres de los países ricos tienen superada la pobreza
extrema y por eso sus problemas son diferentes. Hablan de lesbianismo, de
formar familias entre homosexuales, y de
aborto. Este último concepto desata
polémicas fieras, posturas a favor y en contra. María Elena sigue creyendo que en México se debe trabajar en la prevención del embarazo, más
que en legalizar el aborto, y así lo hace saber en su mesa de trabajo. Ella considera que la prioridad en México,
para la mujer es salir de la pobreza e ignorancia: lo primero es primero.
Con el corazón abierto
Durante
la estancia en Beijing surgen desacuerdos en el grupo que representa a México y
las panistas son ignoradas para cosas tan sencillas como la logística.
—Debiéramos
de estar unidas –dice María Elena a sus compañeras.
Pero
las mujeres de Acción Nacional están
acostumbradas a los desaires y se integran con el corazón abierto, convencidas
de que todo es en beneficio de las
mexicanas y no de un Partido.
El
resumen de la conferencia sorprende a quienes no se habían hecho conscientes de esta
situación: hay ausencia de la mujer en todos los puestos de decisión económica,
social y política del mundo.
—Treinta
mil mujeres ratificamos que permitimos que el hombre dirija el mundo —comentan
en el grupo.
En
términos globales el total de
mujeres es el 52 % y sólo el cinco tiene algún puesto en donde
se toman decisiones que afectan sus propias vidas.
—Hay
que promovernos a nosotros mismas, apoyarnos, sacar el líder interno que llevamos
dentro —se escucha decir.
—Sin embargo lo más urgente es la pobreza, la
violencia intrafamiliar, la salud, la educación de las mujeres; incluso los conflictos armados donde las
mujeres mueren sin tener culpa —sugieren
parlamentarias de otros países.
Informe
frente al Congreso
De
regreso a la patria, María Elena da un informe frente al Congreso y dice:
—El
documento que firmamos en Beijing no
tiene carácter obligatorio sino moral. Aquí en México los grupos de lesbianas u
homosexuales son un mínimo de la población,
ahorremos energías en discusiones vanas, es la pobreza y la ignorancia
de las mujeres nuestro compromiso, eduquémoslas, fomentemos la salud mental y física femenina.
En
adelante, ella, junto a las diputadas de
todos los partidos, insistirán en la
necesidad urgente de formar en el Congreso una nueva comisión que se dedique a terminar con la inequidad entre hombres y mujeres en el Pleno mismo, y luego
en todo México.
El comprobante de embarazo:
discriminatorio. Primera llamada.
El
quehacer político de María Elena en la Cámara se enfoca al desarrollo de la
mujer, sube a tribuna y hace su intervención
frente al Secretario de Salud en
septiembre 1996.
—La misión de procrear no debe ser causa de
discriminación. Si se exige el
comprobante de no embarazo, para obtener
o conservar el empleo, se está
discriminando. Señor secretario, ¿qué opina usted del comprobante de no
embarazo?
Reformar la Ley
Federal del Trabajo: segunda llamada
María
Elena medita sobre la situación de la mujer moderna en México, sabe que el
trabajo fuera del hogar no es una opción para la mujer sino necesidad. Se cree
que la mujer labora para darse sus gustos y, además, que el cuidado del hogar y los hijos son su responsabilidad, todos los
Códigos Civiles de los estados mencionan esto último. Ella refuta esta
costumbre, dice en el Pleno:
—La
mayoría de las mujeres laboramos por necesidad económica, y los hijos, al igual
que los deberes de la casa, son de la pareja. Acción Nacional reconoce la urgencia de la participación de
la mujer en el ingreso familiar y propone evitar que se exija el certificado de
no embarazo para la contratación o conservación del empleo. Entre las reformas que pedimos está la de a igual trabajo, igual
salario para hombres y mujeres; que el padre pueda tener dos semanas de
licencia por paternidad; que las
Comisiones de Capacitación de las empresas sean mitad de cada sexo para que sus
intereses sean bien representados; que cuando haya hijos menores de un año
puedan suspender sus trabajos hasta por seis meses sin goce de sueldo, pero
manteniendo sus derechos laborales; que
se aplique el régimen de descansos y reducción
de jornadas cuando nazca un hijo.
¿Permiso
de paternidad? Cuando María Elena sube a
tribuna, algunos diputados se rascan la cabeza.
Derogar el certificado de no
embarazo. Tercera llamada.
La
culminación de María Elena como diputada de la LVI Legislatura la hace apoyando a
la mujer embarazada, la que tiene
la necesidad de darle de comer al producto que germina en su vientre y necesita
trabajar. Ante el IFE, ella presenta el siguiente texto:
—Nosotras,
dueñas del poder de dar hijos a la tierra
por orden de la naturaleza, somos
casi la mitad de la población
activa, por eso traigo aquí la iniciativa de que se derogue el requisito del certificado de no
embarazo para pedir empleo. Y aunque la mayoría priista la ha rechazado,
los panistas la volveremos a presentar.
Como sociedad nos hemos maravillado por la ciencia relegando al corazón
humano, el Gobierno, masculino en su mayoría, olvida que hay que ayudar al
individuo a desarrollar su capacidad de amar y de dar. La mujer tiene el don
natural de dar, de ver por el bien de todos, por eso las mujeres de Acción
Nacional vamos a insistir hasta derogar el certificado de no embarazo.
Acción… diez años después
Habrá
de pasar una década, para que estas iniciativas se hagan realidad y sean parte
medular de la Reforma Laboral. Y ahí estará María Elena...
(fotos de su senaduría)
X
Senadora
a favor de la mujer
La mujer que
sabe administrar una casa,
sabe
llevar un país.
Margaret Tatcher
Lograr acuerdos
1996 es año
de muchos nietos, nace Pedrito en Abril, y días después en la Ciudad de Guadalajara, María, la última hija de Felipe;
también en Tijuana, Teresita tuvo un bebé
a quien bautizó con el nombre de Santiago. Ya son
nueve los nietos. Ahora, la
abuela, invita a dormir a los más grandes en la noche de Navidad.
Ellos construyen casitas con
cobijas y cobertores y caen donde el cansancio los atrapa. Sus ocurrencias son muy divertidas, cuando a
Berni le exigen que coma dice que no porque
se pone "lolito", gordito.
Lo que a María Elena le llama la atención de
la educación actual es que a los niños
se les tiene que dar razones, escuchar sus opiniones y finalmente llegar a un acuerdo que satisfaga las mutuas
necesidades, algo así como conciliar en la Cámara de Diputados. En el tiempo
que ella educó a sus hijos ellos obedecían cualquier orden sin chistar. Cuando
ella era niña, quien desobedecía a sus padres le daban de cuerazos.
Definitivamente si hay avance en la civilización.
De pronto la asalta la tristeza,
medita mientras ve jugar felizmente a sus nietos, es difícil ser
mamá, nadie te enseña, se aprende
equivocándose, a veces los errores no pueden remediarse, ella tuvo
la suerte de apegarse a su religión y a
sus cursos de sicología que le ayudaron a
marcarles un camino entre lo tradicional y lo moderno, sin embargo,
siente que cometió errores y sólo la consuela
ver que sus hijos son buenos padres y se abren camino en la vida lo mejor que
pueden. Ella sabe bien que cada quien hace lo que cree es mejor para su
familia, siempre hay buena intención. Ahora que ve todo desde lejos, se da
cuenta que las teorías educativas ayudan
pero lo más importante es el amor y la aceptación del otro ser humano tal y
como es: el respeto a los hijos.
Equidad
de género
Después
de Beijing, las parlamentarias, más
unidas que nunca, insisten en que se
forme una comisión especial en la
Cámara que se dedique a resolver todos los asuntos concernientes a la
mujer. Ellas piden que si son
cuestiones femeninas ya no se turne a la
Comisión de Asistencia Social, que se le dé un trato especial.
—Es
tan grande la labor, que se necesita una comisión que revise una a una las
leyes mexicanas para detectar la
discriminación de género –dice Cecilia
Romero, su compañera de diputación.
A
pesar de la aceptación que la mujer tiene en Acción Nacional, la misoginia es
cuestión cultural y de educación en el hogar, y por eso son muchas las
ocasiones en que se lucha
contracorriente dentro del propio Partido. Los hombres se seleccionan entre
ellos, miran a las mujeres como bichos
raros queriendo igualárseles. Tanta
insistencia en crear una comisión que se dedique a la equidad entre el hombre y
la mujer, les abruma:
—Nos
cansa su rollo de la igualdad, Elenita
–dice un compañero a María Elena.
—No
es igualdad en todo, ustedes no pueden tener hijos y amamantarlos, es equidad en las oportunidades de trabajo e igualdad de
responsabilidades –le aclara ella.
Ha permitido que el hombre la gobierne
María
Elena sabe que tanta insistencia en la
cuestión de la igualdad de derechos y obligaciones ya incomoda a los varones, pero
la realidad es clara: la mujer ha
dejado que el hombre la gobierne y ella
misma se considera inferior; es tiempo de hacer leyes equivalentes para
educarlos a ambos. Ella hace labor de
convencimiento con algunas
diputadas panistas que no se sienten tan seguras, hay
resistencia a estas nuevas ideas, temor de parecer feministas aferradas.
Senadora por tres años
En
noviembre de 1997, María Elena, es
nombrada senadora en la LVII Legislatura. La leyes de México están tan recién
nacidas que es la primera vez que entran senadores de representación
proporcional o plurinominales al Senado.
Por decisión de los panistas, ella es uno de los ocho escogidos para
sentarse en un curul panista. Durará ahí sólo tres años. La toma de protesta de
los senadores proporcionales es un
acontecimiento nacional muy importante para la democracia del país y es un gran
honor para ella. No va a desilusionar a
los militantes.
Aires
nuevos se ventilan en México, también es
la primera vez en sesenta y ocho años que
el PRI no logra mayoría absoluta
en la Cámara de Diputados; el PAN, PRD, PT y PVEM juntos, son más, y
toman el control de la Cámara relegando al PRI.
Suerte que María Elena este ahí, ella continúa su lucha por los derechos
de la mujer, se propone hacer la
diferencia, legislar a favor de las mexicanas porque ellas representan un rayo de luz en las anquilosadas formas
masculinas de la política.
Algunos creen que son el centro del mundo.
Los
días están llenos de experiencias legislativas. Esa mañana se vota en el Senado por la ley que considera a la violación intra conyugal como
delito. El senador panista, que está al lado de María Elena, del cual se rumora es un rico empresario de Monterrey, no está de acuerdo y le argumenta:
—Están locas. ¿Qué haría yo si a mi esposa se
le ocurre demandarme por esa cuestión y pedirme el divorcio? Que ella se quede
con mi fortuna nada más por eso…
—Bueno,
esta ley no es para ti y tu esposa, que tienen dinero para pagar abogados, es
para un país; imagínate una campesina que su esposo es alcohólico, y aparte
de golpes la viola frente a sus hijos.
El
senador se queda serio. Algunos creen
que son el centro del mundo, murmura Elena para sus adentros, y da su voto
favorable a la nueva ley y con gusto observa que también el senador lo hace.
Preescolar obligatorio
Muchas
iniciativas causan polémica, pero de eso se trata puesto que los senadores son
representantes de las diferentes personas, oficios y empresas que forman un
país.
—Yo
me opongo a que el preescolar sea obligatorio –dice un senador.
—¿Cuál
es tu fundamento? —pregunta María Elena.
—Estoy
en contra de que a las mamás les quiten los niños, si ellos están a gusto en su
casita, al calor de su hogar, qué necesidad tienen de ir tan pequeños a la
escuela.
—Si
lo dices por tus hijos, me parece correcta tu postura, porque seguramente tu mujer se dedica a ellos,
ustedes los llevan de vacaciones, les ponen música, los estimulan a aprender.
Esta ley es para los niños que no tienen esa oportunidad. Para
los que su mamá los amarra a la mesa para ir a trabajar una horas o cuando sale a lavar la ropa. Si se
esperan seis años para entrar a la
primaria ya van atrasados porque los demás seguramente dominan el trazo, los
colores, algunas letras, saben recortar y pegar.
—Pero
que no se haga obligatorio, ¿por qué se tiene que entregar un certificado de
kínder para entrar a primaria?
—Está
bien, ¿Qué te parece si le agregamos a la iniciativa que en caso de no tener certificado de preescolar, los padres presenten un equivalente?, una carta donde consta que el niño aprendió
las letras, a recortar y a pintar con su mamá.
—De
acuerdo, Elenita, así sí doy mi voto a favor.
Hablar
personalmente, platicar, escuchar al otro, es conciliar. Un discurso en general
y para todos, por muy persuasivo que sea, depende de las experiencias que los
demás legisladores tengan en el tema, en
cambio la charla personal ayuda a empatizar, a ponerse en los zapatos del otro.
Legisladores cínicos
María
Elena siente que crece con estas experiencias, ya no se casa con ideas, ve la vida con serenidad porque entiende que la diversidad de motivos y personas es
infinita y hay que entender a las necesidades de la mayoría. Algunos diputados y senadores se vuelven cínicos cuando aceptan iniciativas
sin meditarlas, sólo porque conviene a
sus intereses o a personas cercanas a ellos.
Borrar la autoridad
Como articulista en el prestigiado diario Excélsior hace hincapié en la
igualdad de derechos de la mujer:
"…Así
como se borraron las diferencias entre
los pueblos, entre las personas
de piel oscura y clara, entre los aborígenes
y conquistadores, se tiene que borrar la
autoridad del hombre sobre la mujer.
Es tiempo de que se enseñe, en el hogar y en la escuela, que la mujer no
es inferior".
Comisión de Equidad y Género
Gracias
a tanta insistencia de las parlamentarias de todos los Partidos, en 1997 se
forma la Comisión de Equidad y Género, en la Cámara de Diputados, un órgano con facultades para dar opiniones,
dictar resoluciones, proporcionar informes y desarrollar iniciativas en
cuestión de igualdad entre hombres y mujeres. Bien por la mujer. Con veinticinco
mujeres y tres hombres provenientes de todos los Partidos se inicia una lucha
sin fin por los derechos y la equidad
femenina desde el Parlamento. La diputada
Concepción González Molina del Grupo Parlamentario del PRI, es la primera
presidenta. María Elena aplaude a todas sus congéneres en el Congreso, y sigue soñando grande, más
alto todavía, con una ley, un
organismo con autonomía
para que abarque todos los campos relativos a la mujer, para que se
dedique a promover la equidad, a cambiar leyes, libros escolares, registros
civiles.
María
Elena casi siempre viste de saco y falda como la ejecutiva que es. Aunque su
voz es fuerte, su figura es delgada y menuda. Al Congreso asiste con el cabello recogido
y discretamente maquillada, su temperamento
sosegado, pero firme, impone autoridad. En tribuna insiste en reformar
las leyes para castigar la
violencia intrafamiliar:
—La
crisis económica y la modernidad nos sacaron de nuestras casas.
Algunas nos pusimos a trabajar para cooperar con el gasto familiar y
otras para sentirnos realizadas. Los varones, frustrados, algunos, ante
su incapacidad para sostener
a la familia, responden con violencia. El 85%
de las quejas por violencia en la Procuraduría
son de mujeres maltratadas por el marido. Ante el cambio histórico de la mujer,
la familia puede convertirse en un
lugar misógino y violento. Los senadores
de Acción Nacional damos nuestro voto a
favor de las Reformas al Código Civil
sobre la violencia intrafamiliar, y,
además, rechazamos unánimemente la ridícula penalidad que dicta el artículo 261 sobre el abuso sexual.
Por esos días hay una gran alegría en el
corazón de María Elena, su hijo Felipe, quien había fungido como director fundador
de la Asociación de Municipios de Jalisco
es diputado por el Distrito VI, con cabecera en Zapopan. Felipe se
asemeja a su padre, le gusta enseñar, disfruta mucho la pedagogía, ya tiene más
de diez años como profesor universitario en el ITESO, en Guadalajara, donde da
materias humanísticas; también escribe
en el periódico La Jornada y se dedica a la política. Cuando se reúnen, este
par, platican largamente sobre México y
la necesidad de un cambio político y económico.
Planear la sexualidad
El
DIF de Guanajuato, en agosto de 1998, la solicita para impartir una conferencia en
el Foro Familia, Adolescencia y Embarazo, su conferencia es sobre
la sexualidad de los adolescentes. Dice a los
padres:
—La
mejor técnica sicológica que un padre puede aplicar a la relación con su hijo
adolescente es la aceptación de sus
actitudes y nunca criticar. Analicemos
la razón de la censura que hacemos hacia nuestros
hijos. Solemos juzgar lo que no nos gusta de nosotros mismos y a la edad en que
la vida nos disgustaba. La adolescencia
es una etapa de crisis, por ser el adiós a la infancia, el romper el cordón
familiar y adquirir una identidad propia…
Madre
de cinco hijos, María Elena, vivió todas las etapas de sus hijos. Ese
tiempo en que fueron dedicados y estudiosos
y también en el que se
comportaron caprichosos e inseguros. Además,
cuenta con las técnicas que usaba en sus cursos de Modificación de la Conducta que la
convirtieron en una mamá practica, objetiva y moderna.
Ella no se ciega ante el cambio de la
sociedad, si hay anticonceptivos y si
los jóvenes están teniendo relaciones amorosas más abiertas es necesario
educarlos para que los usen. Elena considera que su adolescencia fue más fácil:
el sexo, simplemente, estaba prohibido. Había más tabú, pero menos confusión.
Las relaciones eran más seguras.
Ante
los ojos azorados de los chicos, María Elena, agrega:
—La
decisión de tener relaciones sexuales es
de cada quien, sólo que primero hay que planear nuestra sexualidad. Yo veo que los jóvenes
eligen a sus amigos, organizan fiestas, escogen qué estudiar; así, de la misma manera, es
bueno que planeen su sexualidad. Hay
muchas adolescentes embarazadas y eso
revela que no lo planearon; y nadie
merece ser madre o padre por una excitación momentánea. Para planear la vida sexual es necesario
analizar el estímulo que la televisión provoca pues su trabajo es vender productos y para ello lo relaciona con
la sensualidad. Chicos y chicas infórmense. Porque la decisión de tener relaciones
sexuales es suya, al igual que las consecuencias…
Los
adolescentes le aplauden entusiasmados, es raro ver a una abuela, senadora, hablando de sexualidad y haciéndoles preguntas que ni ellos mismos se
atreven a cuestionarse.
Números duros: 12% en los
parlamentos del mundo.
Los
viajes nacionales e internacionales son parte del trabajo legislativo del Senado.
María Elena sabe que lo más importante es
que, tomados los acuerdos, haya seguimiento para que lo que se firmó no quede en buenas intenciones y un
paseo gratuito a cargo del pueblo. El 10 abril
de 1999 En Bruselas, Bélgica, ella, asiste a la Reunión de Parlamentarias,
donde, irónicamente, se entera de que la
representación femenina en el Parlamento
Belga es sólo el 13% de mujeres; donde
quiera se cuecen habas. Esto no tiene nada de raro puesto que el promedio
mundial de mujeres políticas es de 12%. Son números duros para las mujeres.
—¿Cómo
es que hemos dejado que el hombre decida por nosotros? —se preguntan unas a otras.
A
su mente ha llegado el concepto sicológico con el que comienza la cura de una
neurosis: darse cuenta: el primer paso.
Mujer vs. mujer
Unidas
por la causa y junto a las senadoras
Beatriz Paredes, Ana rosa Payan, Laura Pavón, Sonia Alcántara y la diputada
Aracely Escalante descubren que la traba
mayor para el desarrollo de la mujer es, indiscutiblemente, la mujer. Para esto deciden que se necesita formar un organismo que sea exclusivo para
legisladoras donde se orienten y comuniquen ellas mismas sin sentimientos partidistas,
que se dediquen a crear esas leyes que
faltan con el fin de equilibrar la
balanza entre hombres y mujeres.
En Bruselas, se tratan temas femeninos
a nivel mundial que reflejan las mismas inquietudes y problemas que se tienen en México: la brecha salarial, violencia
intrafamiliar, educación; y otros
que no atañen tanto al país como es el sufrimiento de la mujer en los
conflictos armados, creados por hombres.
Bruselas,
obligatorio 30%
Lo
que le más le ha gustado a María Elena y
a sus compañeras, del mundo Legislativo
de Bruselas, Bélgica, es que obliga a que el 30% de los candidatos a elecciones populares sea femenino. Lo extraño es que, aunque este treinta es ineludible, en el Parlamento tienen sólo el 13% de representación, esto porque aproximadamente la mitad de las
candidatas pierde las elecciones.
—En México hay que comenzar por hacer
obligatorio un porcentaje. Ahora que nosotras lo entendemos es nuestra responsabilidad
educar en la equidad de género —comenta María
Elena—. Comencemos por nuestro
Parlamento para poner el ejemplo. Pongámonos como objetivo: igual número de
hombres y mujeres en la Cámara.
Cuota de Género 70/30
Apenas
en la década de los ochenta, bajo la presión de diversos organismos
internacionales, México aceptó promover el derecho de la mujer a ser elegida
electoralmente de la misma forma
que lo hace con los hombres. En los noventa la Organización Mundial de la Salud recomendó al
Gobierno dar oportunidad a los grupos segregados, principalmente al femenino, de participar en política. Desde entonces la llamada Cuota de Género recomienda que los cargos públicos no deben sobrepasar
del 70% ocupados por un sólo sexo, en
este caso el masculino. María Elena aplaude que en 1996 el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales aplicó como
obligatorias estas disposiciones para las elecciones. Sin embargo cuando llega
el siguiente período electoral, y aunque se cumplió con el 30% de mujeres
candidatas, la mayoría resultaron suplentes. Y todo siguió igual.
Hay polémica sobre las Cuotas de
Género en Acción Nacional. Mientras Elena promueve y explica la obligación de
cumplir esta disposición, los varones del PAN alegan que atraer a las mujeres a
la política redunda en descuido a la familia y a los hijos, con la consecuencia
de problemas sociales de delincuencia. También algunas connotadas panistas dicen
que establecer las cuotas, por la fuerza de la ley, denigra a la propia mujer, porque
se debe llegar por méritos propios, no por
obligación legal.
—¡No queremos ser
cuotas! –exclaman.
María Elena
recela, pero no se impacienta. A la salida del Pleno escucha decir a un
compañero:
—Yo no invito a
mi esposa a las pláticas de Elenita porque está soliviantando a las mujeres, yo
cuido a mi familia.
Negativa del PAN
Las legisladoras de otros Partidos están a
favor de las Cuotas; sólo las del PAN, dudan. Considerando la pluralidad de
criterios, María Elena, acepta las buenas razones de las que se oponen:
—Me parece
correcta su postura, pero hay que pensar en todas las mujeres del país –les
dice—. Recuerden que somos sus representantes.
Hay días en que María
Elena, se siente rechazada y señalada, pero al final se vuelve a convencer. Piensa en
Abel, en la ocasión en que fue coordinador de los diputados del PAN y que con
tanto entusiasmo invitaba a las esposas a reuniones paralelas, donde se les
explicaba el trabajo de sus hombres y del Partido, la manera en que la incluyó
a ella siempre en su trabajo. Él quería que ella aprendiera cada vez más.
Después de múltiples
análisis, de ver pros y contras, los dirigentes del Partido consideran que son
tiempos nuevos y, finalmente, aprueban que se cumpla el 30/70 en Acción
Nacional.
Viajes con sentido
Son
tiempos de viajes extenuantes, en enero
de 1999 ella visita grupos de migrantes
en los Ángeles California, con el fin de promover el interés por el voto
de los mexicanos en el extranjero. Entre
los viajes nacionales va a Chihuahua al foro Retos de la Educación en México,
organizado por el gobierno del Estado, donde muestran los avances educativos en
las zonas rurales de escasa población y los sistemas que se han aplicado. En
julio y agosto participa en la investigación y
análisis de la legislación y los modelos educativos de Colombia, Chile,
Argentina y Perú. La metodología de la escuela nueva de Colombia, se implementa
en varios municipios de Guanajuato y ella acude a conocer su dinámica.
En
cuestión familiar María Elena todavía extraña a Abel, a veces siente que en la Cámara
se comporta como él, que habla por él,
que persigue sus sueños; y cómo no,
si sus esperanzas por tener una justicia
mejor en México también eran las de ella.
En casa Abel Carlos ha formado una empresa de comunicación y han nacido dos nietos más: Marquitos el hijo de Armando
y en febrero, mes del amor,
nace Alejandra en Tijuana, hija de Teresita
Muere mamá Elena
Una
de sus hermanas le llama. Mamá Elena está en el hospital, se adelanta en el
camino que todos hemos de tomar. Nació en 1910, en pleno inició de la
Revolución, vio morir a su padre por una
bala perdida, tuvo quince hijos, jamás se quejó de ninguno, y nunca faltó a misa ni un domingo de su larga vida.
Amplia ha sido su existencia, deja su cuerpo diminuto a sus ochenta y nueve años. María Elena lo
heredó todo de su madre: trabajadora,
decidida, estudiosa, acomedida, católica, sana, buena madre y abuela.
La punta de la pirámide
La
vida sigue, apenas se acuesta, suena la alarma del reloj, otro nuevo día, otra
nueva propuesta. Ahora es la de dar trabajo a las personas con discapacidad en
el propio Senado. Con su derecho
constitucional de senadora ella pone a consideración un Punto de Acuerdo para que se comience con el ejemplo y que sea
en el propio Senado donde se integre laboralmente a personas con capacidades
diferentes en un porcentaje no menor al uno por ciento. En la contratación debe
respetarse su discapacidad, homologar el
salario y evitar la discriminación sexual.
María
Elena dice en tribuna:
—¿Cómo caminar en la construcción de un mundo justo
para los mexicanos si en nuestra propia casa, el Senado, no contratamos personas con capacidades
diferentes?
Junto con el diputado Héctor Larios, logra
que el secretario del trabajo ponga en
vigencia el Convenio Internacional 159 de la OIT que compromete a dar empleo a personas con discapacidad.
Hay que comenzar en la punta de la pirámide,
derramar el ejemplo. Toda buena legisladora sabe que el juez por su casa
empieza.
Y para ayudar a consolidar la democracia, en marzo del
2000 aprueba desde tribuna, en nombre del PAN, la clausula democrática
del Acuerdo de Asociación Económica, Concertación Política y Cooperación entre México
y la Unión Europea. A ella le parece que
esto puede ayudar a consolidar la democracia, toda vez que es año electoral y
se necesita presión internacional para
que se respeten los comicios. Su gran deseo es que el PAN llegue a la presidencia.
Parte de la Mesa Directiva
En
el Senado ha sido elegida para ser parte
de la Mesa Directiva que es el grupo de senadores encargados del orden y de que
se logren los objetivos planeados. En la
Mesa Directiva ocupa el puesto de
prosecretaria, secretaria en dos ocasiones y vicepresidenta por períodos
cortos. Es la primera mujer en el Senado, en la
historia de México, que ocupa la Mesa Directiva. A pesar
de su senaduría dirige la Comisión de Asistencia Social.
30% en los pluris
María Elena no
olvida la promesa que se ha hecho a sí misma de que la equidad debe comenzar
desde arriba y para aumentar el numero de diputadas en los plurinominales del año 2000, propone en el Partido y junto a
otras compañeras, que haya una mujer por
cada dos varones, y que todas las
formulas sean mixtas. Cuando esto se lleva a cabo resultan eventos muy
curiosos: en el de una mujer por cada
dos varones, fue positiva, pero en la
de formula mixta todas las
mujeres fueron, de nuevo, suplentes. El único consuelo que le quedó es que se
promovió la participación política femenina; y por licencia, no esperada de los titulares, llegaron dos diputadas más y
una senadora.
Municipio
y Democracia, otro libro
Por esos días, María Elena imparte la
clase de Derecho Electoral y Partidos Políticos en la UNAM, además termina la maestría y su
tesis redunda en otro texto de nombre:
Municipio y Democracia que edita el PAN. De inmediato inicia el doctorado en
Ciencias Políticas en la UNAM y a su itinerario agrega las reuniones con las
panistas, entre ellas, Margarita Zavala, para terminar de
armar, pulir y perfeccionar la
iniciativa para solicitar que se forme
un instituto especialmente para los asuntos femeninos.
(fotos
de su diputación al lado de Felipe Calderón)
XI
Palabras nuevas: alternancia política
Salgan a ver las estrellas
Gómez Morín
Autos usados
Seis
años han pasado desde el error de Salinas en
1994 y la bolsa de los mexicanos todavía está vacía. A la clase media se le esfumaron muchos
privilegios, ya no compran autos con
créditos bancarios, ahora los adquieren en lotes de segunda, o traídos ilegalmente del extranjero. Muchas
familias entregan sus pequeñas viviendas
a los banqueros o renegocian la deuda por otros cuatro años y las pagan como
mansiones. Las empresas que sobrevivieron no han crecido y se desata la pobreza extrema en las ciudades. Es tiempo de crisis, dicen los adultos a los jóvenes, pero el
cinturón asfixia demasiado y no puede
apretarse más.
En
el verano del año 2000 la gente está más politizada que nunca. Quieren un cambio y las cartas están echadas. La prensa sigue
hablando mal de los panistas: que si es
el Partido de los caciques, de los ricos, de los católicos, que si representan todo
aquello contra lo que se hizo la Revolución. Pero la población está consciente
de que el PRI tiene a los medios
de comunicación comprados y muchos saben
que los nietos de los revolucionarios y de los ex presidentes del país son los archimillonarios de hoy.
Un espléndido porte
Vicente
Fox quema dinosaurios en alusión a los añejos priistas que se aferran al
poder, habla de frente, tiene carisma y
un porte espléndido de vaquero. Acción
Nacional se ha aliado con el Partido Verde Ecologista y a esta coalición se le llama Alianza por el Cambio.
Por el PRI el candidato es Labastida
Ochoa, y por el PRD Cuauhtémoc Cárdenas con Alianza por México. María Elena
ayuda en la campaña como siempre lo ha hecho: con certeza y entrega; hay mucha
simpatía por el candidato, pero el temor de esta mujercita,
dedicada y conocedora de política, es que no se respeté el voto, que haya un
fraude de proporciones inmensas como el de 1988 cuando se cayó el sistema y
Abel se enfrentó a los soldados en el sótano.
Semblanteando a Zedillo
Como
parte del Partido ella está presente en
las reuniones donde se decide que algunos líderes panistas
entrevisten a Ernesto Zedillo, el Presidente actual, quien se ha dedicado a pegar las arcas rotas
que le dejó Salinas de Gortari, sin
lograrlo. El Presidente es cercado por un atrevido grupo, que incluye
representantes de otros Partidos, para que dé su opinión sobre la próxima
elección:
—Señor
Presidente, ¿Qué hará si pierde el PRI?, ¿se caerá de nuevo el sistema como en
1988? –le preguntan a puerta cerrada.
—No
habrá caída de sistema, respetaré la voluntad popular –contesta
determinante.
Tomar casetas y puentes
La víspera de las
elecciones el Comité Ejecutivo Nacional del PAN se reúne. El ambiente es de
gran nerviosismo; las encuestas los colocan dos o tres puntos abajo del PRI;
nunca el PAN había estado tan cerca.
—Si nos ubican en
esta posición, y tomando en cuenta que los medios están a favor de ellos,
quiere decir que por lo menos estamos esos mismos puntos… ¡pero arriba! —exclama
María Elena, emocionada, en la reunión—. Si hay un fraude, tiene que ser de
proporciones inmensas, pero vamos a defendernos con todo lo que tengamos, no
vamos a aceptar esta derrota. Primero tomamos los puentes internacionales,
luego todas las casetas de cobro de las carreteras del país. Tendría que haber
plantones continuos en el Zócalo, en el Ángel y en todas las plazas de la República.
Todos temen al
fraude, hay muchas sugerencias, algunas se arman como verdaderas maniobras.
—Lo
primero es que los abogados redacten un oficio para que los Comités Estatales
lo envíen a Gobernación pidiendo la
nulidad de la elección –dice el presidente del CEN.
Aceptadas las estrategias y concluida la
reunión, los abogados se retiran a redactar el oficio para hacerlo llegar a los
estados y que se preparen para defender el voto, mientras con el estomago hecho
nudo, los demás le cantan las mañanitas a Vicente Fox Quesada y le presentan
una torta de cumpleaños.
María Elena degusta la rebanada
de pastel sin que le sepa a nada y toma la decisión de lanzarse a la lucha:
—Ya no tengo a
nadie en mi familia por quien deba preocuparme. Puedo entregar hasta mi vida por la democracia –aclara
a sus compañeros.
El gran día
El primer domingo de
julio del año 2000 es el gran día, un generoso sol alumbra la Ciudad de México,
con su credencial de elector con fotografía, lograda gracias al trabajo
legislativo de muchos panistas, y bromeando sobre lo bien parecidos que salieron en la foto, María Elena y su familia van a votar desde temprano; luego ella abandona
su hogar, hecha una mirada al pino y la jacaranda que rodean su casa de
ladrillo y se despide trémula. Está segura que esa noche empieza su entrega
total a la defensa de la democracia. En una mochila lleva
tenis y chamarra, por si al anochecer empiezan el plantón. De pronto se imagina pasando el
día y la noche en las calles y plazas,
revelándose al sistema corrupto que le
ha fastidiado la vida a los mexicanos.
Con la
atención mundial de la prensa en México, el día transcurre lentamente y los mexicanos y mexicanas salen a votar dando muestras de
conciencia ciudadana. Es un día
histórico y memorable. Por la tarde le piden a María
Elena que atienda a visitantes nacionales y extranjeros que están ahí para
saber cómo se desenvuelve la elección. Es una suerte estar activa atendiendo a
las visitas, eso le ayuda a relajarse un poco. La tensión en la sala es enorme.
A ratos nadie habla.
No puede ser
Como a las cinco
de la tarde se le acerca Leti Clouthier y le dice:
—Elenita, llamó
el Presidente de la República al jefe de Acción Nacional para decirle que, por
las encuestas de salida, es un hecho que el PRI no gana la mayoría.
—¿Qué no gana el PRI?¿Y entonces ya no vamos a
llevar a cabo toda la defensa del voto que planeamos?
—¿Pero para qué?
—¿Y los oficios,
y la estrategia?
—No la
necesitamos, porque ya ganamos.
—¿Ya ganamos? No, no puede ser…
—Elenita, el que
llamó era Ernesto Zedillo.
María Elena abre
los ojos como si viera fantasmas, las lágrimas le ruedan y unos espasmos profundos
le sacuden el pecho, se lleva las manos a la cara:
—No…no puede ser,
ya ganamos. Nunca habíamos ganado la Presidencia.
Sus compañeros la
abrazan entusiasmados y corren a reunirse con los demás para festejar
discretamente. Hasta no ver no creer.
A las seis de la tarde el presidente Zedillo aparece en televisión,
serio e íntegro, revela la tendencia a favor de Vicente Fox Quesada. Los
panistas no pueden creerlo, estalla el júbilo
por las calles, la gente grita, se felicita, tocan el claxon, ríen.
—¡Al
fin! –grita María Elena.
A
ella le baila el corazón, es protagonista principal de la lucha por la
democracia, su galardón por la guerra
que peleó por más de cuarenta
años. Sesenta años después de que se creó el Partido Acción Nacional, uno
de sus candidatos llega a la Presidencia. La perseverancia tiene su premio. Los fundadores sonríen en el
firmamento, salgan a ver de nuevo las estrellas, diría Gómez Morín. Qué cerca y qué lejos están los días aquellos
en que contender era perder. Había un
motivo para toda esa lucha y era llegar aquí. Lástima que Abel no este para ver
hecha realidad una de sus aspiraciones: un presidente panista en Los Pinos.
Diputada por tercera vez
El
1o. de septiembre María Elena entra de nuevo al Congreso como diputada plurinominal
a la LVIII Legislatura, por el Distrito Federal. Nunca se había sentido
tan feliz de recorrer la Calzada de Tlalpan cuan larga es y ver
la gran nave que, desde lejos,
semeja el Congreso. México vive el cambio, la transición, la
alternancia, todo por lo que ella luchó;
y le toca estar dentro de la jugada porque es nombrada vicepresidenta
de la Cámara de Diputados y hay que preparar la toma de protesta de Vicente Fox
Quesada frente al Congreso.
Cada tres años
En los primeros días hay por todos
lados del Congreso albañiles, decoradores, electricistas, porque se están remodelando las oficinas de
los nuevos diputados. María Elena se pregunta
en qué parte de la ley dice que diputados nuevos necesitan oficinas nuevas.
—Se
remodelan cada tres años —le dice el
intendente.
—¿Y
con qué fin? –pregunta ella.
—Pues,
para que tengan oficinas nuevas.
—Pero
es un gasto innecesario.
—Para
usted, Elenita, para los coordinadores
es muy importante.
Ella
considera que no se deben hacer estas remodelaciones, les cuenta que en el Senado, independientemente del Partido al
que pertenecen, tienen cubículos iguales. Hay mucho que ordenar en el Congreso. Ella insiste cuando sube a tribuna:
—No hay razón para que algunas oficinas tengan baños elegantes o
saunas, tampoco deben ser más elegantes que otras. Pero no obtiene respuesta: los
priistas están todavía en shock.
El
besamanos
Fueron
siete décadas. María Elena se despierta y cree que sueña. La primera
situación a la que hay que enfrentarse es a la toma de protesta. En los años del PRI era un rito
meticulosamente preparado. El camino que
recorría el Presidente hacia el Congreso era una interminable valla de
mexicanos formados desde la madrugada que coreaban vivas y gozaban de un lluvia
de papelitos de colores. Con exactitud matemática, trascurría todo el evento:
la protesta presidencial, el mensaje ante el Congreso, vivas y aplausos. Luego, el ungido, pasaba al Palacio Nacional
para recibir el interminable besamanos.
Ahora
ella como vicepresidenta de la Cámara acompaña a Ricardo García Cervantes, el presidente, en las reuniones para preparar
la toma de posesión de Vicente Fox Quesada ante el Congreso.
Sin valla ni papelitos
Se
hacen grandes proezas para organizar la
toma de protesta de Vicente Fox Quesada
porque toda la administración publica es parte del PRI y en las juntas el ambiente es tenso, hay
incomodidad y resistencia; de muy mala gana otorgan información o prestan los
servicios, además algunos gobernadores amenazan con no asistir y el Poder
Judicial exige condiciones sobre los espacios a ocupar. La coordinación de los invitados internacionales se estanca.
Después
de meses de negociaciones y preparativos se logra,
sin valla ni papelitos de colores, que el presidente de la
alternancia llegue al Honorable Congreso
de la Unión. Va escoltado por todos sus
colaboradores en un pequeño autobús blanco. Los enormes pliegues de la
bandera y el escudo con el águila
devorando a una serpiente, son testigos
de la civilidad, de la democracia, de los hijos de buena voluntad que
tiene México. Momento histórico. Llegó
el gobierno de la transición. Se
extingue el besamanos.
Iniciativa
Inmujeres
Pero María Elena trae los bríos del cambio y en la siguiente reunión en el Congreso sube a
tribuna, va vestida de traje sastre color rosa pastel, un
impecable chongo en su cabello y un sencillo collar de perlas, e insiste en los
derechos de la mujer:
—El hombre proveedor y la mujer
casera se desdibujan. El varón se frustra al no satisfacer las necesidades de
la familia que por tradición le correspondían; y la mujer está atrapada entre
el trabajo de fuera y el de la casa. Es necesario promover el equilibrio entre
los deberes. Las mujeres buscamos equidad.
Ante este soberano Congreso, la diputación de Acción Nacional presenta
la iniciativa de ley para crear el Instituto Nacional de las Mujeres. Hay ya un proyecto presentado por el PRD y
otro por el PRI. Pedimos que este instituto sea un órgano descentralizado y
autónomo que se rija por sus propias
leyes para que eduque en la equidad de género y que contemple todo tipo de
necesidades femeninas.
Algunos diputados se rascan la cabeza,
dudan de que sea necesario. Igualar a la mujer puede ser peligroso, que tal si
resultan mejores.
Suerte
en la vida
A María Elena el tema la trae de cabeza. Al irse a dormir, en la soledad de su casa,
se pregunta: ¿Por qué hay más mujeres analfabetas que hombres? Y se
contesta con facilidad: por discriminación.
Ella es un ejemplo de que el estudio abre todas las fronteras. Su padre,
el primer hombre de su vida, la estimuló
a estudiar, la apoyó en todo, nunca la
criticó o rechazó por ser mujer, y aunque su primera preparación fue como
auxiliar de contador, trabajar desde los quince años y ayudar a sus
hermanos, la hizo segura de sí misma. El segundo hombre en su vida, su esposo, era
de mente abierta, moderno, cooperó en la
crianza de los hijos y juntos
pagaron ayuda doméstica para que ella
pudiera hacerse cargo del Colegio La Paz y sus actividades partidistas. Ha
tenido suerte, una vida diferente. La mayoría de las mujeres no cuentan con
tanta aceptación y apoyos. Casi todas agregaron al quehacer de la casa las seis
u ocho horas de un empleo, el estrés del trabajo y el disgusto
de la familia porque se está ocupada o cansada. Que la mujer salga a trabajar
es un cambio trascendental, comparado,
tal vez, con la Revolución Industrial.
Los feminicidios que están sucediendo en Ciudad Juárez son resultado del rencor
cultural del macho que no puede sostener más su supremacía masculina proveyendo
el alimento. El hombre, que con sus
propias manos arrancaba a la tierra el alimento, ha quedado atrás ante el
avance tecnológico y digital. La mujer
emancipada, la que puede mantener a su familia igual o mejor que el marido está pagando las consecuencias de su evolución con la violencia dentro y fuera de la familia; por lo tanto
hay que legislar sobre este tipo de intimidación.
Primera ley aprobada en el gobierno alterno.
Una
fría mañana en la capital de la República Mexicana mientras la gente se prepara comprando sus regalos para Navidad,
María Elena, recibe la aprobación de la iniciativa para formar un organismo especialista en
cuestiones de mujeres. Es ésta la
primera ley que se aprueba en el Gobierno de la alternancia: el año del
PAN. Es verdad que gracias a que el Gobierno de hoy es panista
le han puesto más atención a las iniciativas de las diputadas de Acción
Nacional , pero no importa de donde
venga si es en bien de la mujer. Algunas
de las parlamentarias de otros partidos, todavía, califican a las mujeres de
Acción Nacional de conservadoras y alegan
que tiraran al río los avances
que han logrado en esta materia, pero María Elena está dispuesta a comprobarles lo contrario, ella es objetiva,
sabe que no representa a un grupo de mujeres católicas, sino a las mujeres de
un país, con toda la variedad que ello implica.
Cierto que su vida gira en el eje
de la fe y que de joven quiso ser monja, pero la edad le ha
enseñado a ser practica, abrir el corazón y ajustarse a los tiempos nuevos.
Finalmente las congresistas, sin importar el Partido y pensando sólo en las mexicanas, se
felicitan; ha sido una revolución conjunta, una evolución femenina. De ahí en adelante el presidente Fox Quesada se
dirigirá a cada quien por su sexo: señoras y señores.
Revolución
ganada
El 12 de enero de 2001
se pública en el Diario Oficial de la Federación la Ley del Instituto Nacional
de las Mujeres:
"…Por decreto del presidente Vicente Fox Quesada se crea el Instituto Nacional de la mujeres, el 12 de
enero del 2001. Sus disposiciones son de
observancia general en materia de equidad de género e igualdad de derechos. Es
un organismo público para evitar la discriminación, promover la igualdad de
oportunidades y obligaciones, y la equidad en la vida política, cultural y
económica del país entre hombres y mujeres…"
Nombran presidenta a Patricia Espinoza. Ha
sido arduo el trabajo inicial, pero la
verdadera labor apenas empieza. Y de inmediato las ejecutivas firman el Código
de Ética de los Servidores Públicos
El costo de la alternancia
Sus intervenciones son bien
recibidas en el Congreso, va siempre preparada, puntual, seria, impecable. A
pesar de que la alternancia está costando demasiado al país porque con la
mayoría priista en el Congreso y con el coraje de que perdieron la Presidencia casi
todas las iniciativas de lo diputados panistas o del Ejecutivo son
rechazadas. A la mayoría de los priistas
no les interesa representar al pueblo sino sus intereses partidistas.
Pero
María Elena tiene sus propios objetivos, acostumbrada a luchar contra corriente
en la política, sabe, desde que daba sus cursos de sicología, que
para hacer un país mejor es necesario comenzar con la célula primaria de
la sociedad que es la familia. Al
respecto dice en tribuna:
—Si
cambia la familia, cambia la sociedad.
Las responsabilidades de la mujer aumentaron al trabajar fuera de
casa, el hombre se ve en la necesidad de
cooperar en los quehaceres domésticos. En los libros de texto planes y programas educativos siguen
promoviendo la diferencia entre el rol masculino y femenino, conservan
estereotipos sexuales y les enseñan destrezas
y valores diferentes. Al hombre se le educa en la competencia, en el dominio; a la mujer para ser madre, servir y cuidar.
Acción Nacional propone: sancionar a
quienes discriminen a la mujer en programas de estudio, prohibir estereotipos
de lo femenino y masculino, que la violencia familiar sea delito de oficio y
causa de divorcio.
No al careo
Su
quehacer como defensora de la mujer es intenso, en otra ocasión expresa en el Pleno:
—Si
somos iguales ante la ley tenemos derecho a no ser violentadas. El maltrato familiar, la prostitución
forzada, el secuestro, la tortura, la
violación, el acoso y abuso
sexual son formas de violencia. Con el fin de que la mujer se sienta confiada
en la ley a la hora de ser violentada, ante este Honorable Congreso de la Unión
doy un grito de auxilio y propongo: no
al careo. Es traumático describir ante
una sala llena de varones la
violación o el abuso sexual que se
vivió.
Ella
sabe que puede hacer mucho por las mujeres de la ciudad, pero su gran preocupación son las rurales, las
analfabetas, las indígenas, aquellas que por los usos y costumbres de los
pueblos tienen que obedecer y de no hacerlo son golpeadas; agrega en tribuna:
—El
analfabetismo es más grande en las
mujeres que en los hombres, 8% de ellos contra
12.9 de ellas y esto aumenta en
la zona rural, por esta razón exigimos presupuesto especial para la educación
de la mujer campesina –agrega.
Un antes y un después de Beijing
María
Elena no acude a la Reunión de Mujeres en Nueva York . Ella no es la misma desde que vio aquellas treinta
mil mujeres que querían igualdad de derechos
y obligaciones, por eso, aunque no acude
al evento, pública un artículo en la
revista La Nación:
"…El
hombre y la mujer civilizada somos nuevos en el mundo, todos los días evolucionamos,
y pulimos nuestros potenciales. Hace
menos de dos siglos, la mujer, por tener menos fuerza física necesitaba ser
protegida por los hombres de la familia, eso la obligó a estar bajo las órdenes de sus
cuidadores. En muchos lugares estos papeles se perpetúan y si la mujer no obedece al varón, se le golpea. Por esta razón regresando de Beijing apoyada
por mi Partido promoví que se tipificara
como delito la violencia
familiar: no más esposas o hijos golpeados sin castigar al agresor.
Además llevamos a cabo un programa de
ayuda a familias pobres para que permitan que sus hijas salgan a
trabajar".
Sancionar a los Partidos
Con
beneplácito se entera de que en 2002 la Nueva Reforma al Cofipe dice que se aplicarán sanciones a los
Partidos tal como negar el registro de los candidatos si no cumplen con el 30% de
candidaturas femeninas.
—Lo
importante es que ahora sí se sanciona —dice María Elena.
Varones incumplidos
Ante
el requisito de que la tercera parte de las candidatas sean mujeres, algunos Partidos
cubren la cuota, pero ponen varones como suplentes; y posteriormente exigen, a la
mujer que resultó electa, que pida licencia. Ella se entera que en el
Estado de Morelos se cumplió con la regla del 30% de candidatas, pero se
violentó al exigirle a una de las ganadoras
que dejara el puesto a su suplente. Ahora se tendrá que promover que candidatas
mujeres hagan suplentes mujeres. La misoginia es sorprendente.
Felipe de Jesús
En la presidencia
de Vicente Fox Quesada también Felipe, su hijo mayor que se dedica a la
política, es senador por elecciones, o
mayoría relativa, en Jalisco. Él es un fiel luchador por México como lo era
Abel, como lo es ella. Lejos quedó aquella crisis familiar donde les anunció
que dejaba el sacerdocio. Elena recuerda con nostalgia los días en que Abel y
ella deseaban que uno de sus hijos fuera
sacerdote y cuando este chico alto y de ceja tupida les anunció que estaba decidido a irse con los
Misioneros del Espíritu Santo se pusieron felices. Ahí duró muchos años, pero
renunció al sacerdocio y se casó. Ahora es padre de tres niñas.
No
hay democracia sin mujeres
En la Conferencia de la Reunión Femenina Nacional de Acción
Nacional, María Elena, insiste:
—No hay democracia si no hay mujeres
en el Gobierno. En el Poder Legislativo
menos del 20% son representantes
femeninas. Hay que hacer obligatorias las candidaturas
femeninas aunque nosotras mismas, a
veces, opinemos que la política es cosa de hombres y es desagradable. La equidad
es obligatoria y necesaria. La
democracia comienza en el hogar. La mujer misma tiene que educarse en la
equidad, conocer sus derechos e interesarse en hacerlos realidad. Nosotras tenemos que luchar contra
las opiniones de algunos panistas del género masculino.
Algunas de las mujeres del PAN están
renuentes, comentan con María Elena que no quieren ser cuotas, que el obtener un cargo como el de legisladoras
debe ser por su trabajo, por su capacidad, no por la exigencia de cumplir la
Cuota de Género.
—Debiera ser por eso, pero como los
varones no nos dan la oportunidad, la Ley nos la otorgará mientras ambos
sexos aprendemos lo que es la equidad;
llamémosle a esto Cuotas de Género transitorias
—les dice tratando de convencerlas.
En
el Pleno de la Cámara, María Elena,
vuelve a la carga sobre esta cuestión que le ocupa y desea cambiar:
—Señoras
y señores: discriminación es pedir
certificado de ingravidez para dar empleo,
o bien, negarle el trabajo por causa de su condición civil a una mujer
embarazada como por ejemplo ser madre soltera o divorciada. Propongo agregar esto a la Ley Laboral.
Ante
los diputados que la ven con desgana, ella dice:
—Nunca
voy a dejar de insistir.
Trece nietos
Alonsito nace en el
mejor mes del año, un resplandeciente día de abril; es hijo de
Armando y Gaby, y el más pequeño de los nietos que ya son trece. A
María Elena aún la sigue sorprendiendo el milagro de la existencia, sobre todo porque ella participó con sus genes. Nunca se cansa de admirar a su propia familia, todos
forman parejas pacíficas y bonitas, quieren
mucho a sus hijos, los cuidan y tratan de hacerlos felices. Ella, a pesar de
haber perdido a Abel, ve su vida en perspectiva: ha sido una mujer con mucha
suerte, demasiado ocupada y llena de proyectos.
Misoginia sorprendente
En el
Pleno, sigue insistiendo:
—Afirmo
que no hay democracia plena si no estamos incluidas en la toma de
decisiones. Al adquirir poder político,
la mujer, amenaza el estatus masculino,
en respuesta, el hombre le pone trabas para que no llegue a los cargos públicos; esto es lo que está
sucediendo con las Cuotas de Género. Hoy, a más de cincuenta años con derecho a votar yo pido que haya igualdad de contiendas,
que sea mitad mujeres y mitad de hombres
para candidatos al poder político.
Difícil, pero no
imposible. María Elena vio llegar al PAN a la Presidencia, y también formarse
Inmujeres. Todo es cuestión de perseverancia.
El
poder masculino se defiende, se siente
amenazado, ignora que el pozo es poco profundo y que puede tocar piso, cuando
del 30 se aumentó al 40% en las Cuotas de Género, dijeron
que si la elección interna de los Partidos era por democracia directa y
las mujeres no resultaban elegidas, no había obligación de cubrir el
porcentaje. La Ley no había contemplado esto y la medida disminuyó el porcentaje
de mujeres candidatas después de las elecciones internas. Es difícil que el hombre se de cuenta que la
mujer no es su enemiga sino su compañera
de existencia.
María Elena piensa
que no hay prisa:
—Además
también las mujeres necesitamos digerirlo, la evolución emocional es la más
lenta —comenta a sus compañeras—. Hay que continuar la lucha femenina por las
diputaciones locales, las presidencias municipales y las gubernaturas.
Apoyo del PAN
El
PAN, en un gesto de apoyo a la equidad
de género, aumentó el número de sus
consejeras nacionales y señaló
Distritos en los cuales sólo podría haber candidaturas femeninas, esto causó
malestar en algunos, pero se
logró aumentar el numero de diputadas en
la LX Legislatura. Ahora Acción
Nacional cuenta con cincuenta y tres mujeres y es el Partido con la mayor diputación
federal femenina. Otra buena noticia es que
se consiguió que en las Cámaras
Federales y en los Congresos Locales exista la Comisión de Equidad de Género.
Iguales
ante la ley, apenas en 1974
Son
días de trabajo intenso, la bandera que
ha tomado María Elena y la suerte de que
esté gobernando el PAN le dan seguridad, es ahora cuando los y las diputadas de su Partido pueden hacer grandes
cambios. Con el cabello
estirado e impecable, se acomoda sus lentes casi trasparentes y
continúa en su lucha para lograr
la equidad de género con la que quiere
ayudar a la mujer mexicana, y sorprende a congresistas y congéneres con las deducciones que hace. Ante
el H. Congreso de la Unión dice:
—Cuando
se agregó, en 1974, un párrafo al
artículo 4o. de la Constitución,
donde dice que el varón y la mujer son
iguales ante la ley, no se consideraron ciertos derechos como por ejemplo el
derecho a estar embarazada y solicitar un empleo o a conservarlo. A la mujer le
tocó, en el reparto que la naturaleza
hace de sus bondades, parir a los hijos. Es vergonzoso que para ganarse
el sustento tenga que mostrar un examen de no embarazo y que no tenga derecho a
solicitar un crédito de vivienda porque no es hombre. Ante este Honorable Congreso
de la Unión propongo: no a este examen
para solicitar empleo; que se sancione a quien despida a una empleada por estar
embarazada y que se otorguen créditos de vivienda para la mujer.
A veces, camino a su casa, agotada de las
sesiones, María Elena deduce que la
civilización cuesta demasiado y avanza
tan lento que la brutalidad puede en cualquier momento alcanzarla. La guerrilla zapatista que heredara el
presidente Fox Quesada de Salinas de
Gortari, se ha complicado, y aunque Marcos, el dirigente zapatista, se ha
sentado en el Pleno con sus veinte y
tres delegados insurgentes y la comandante
Esther ha dado su discurso, al final, no aprobaron las leyes que el Congreso
creó para reconocer los derechos de la población indígena; y el problema continúa. ¿Terminara México sofocado por nuestra propia bestialidad?
Camino a la equidad
Un libro nuevo brota de sus experiencias en la
búsqueda de la equidad. Ella recopila parte
de las conferencias que dio y los artículos
que publicó en tantos años de andanzas por los derechos de la mujer, y
hace una antología. Lo nombra: Camino a la Equidad, la Mujer como Factor
Primordial de la Sociedad Mexicana. Es editado por el Congreso de la
Unión.
Camino
a la Equidad es un documento filosófico, un testimonio que nos muestra la evolución del pensamiento
femenino, y la insistencia, de María
Elena, en que se concientice a la familia de que el rol tradicional de la ama de casa se verá cada vez con menos frecuencia, por lo
tanto se tienen que adaptar las políticas públicas para hacer este cambio menos
doloroso. En el libro da una síntesis de las iniciativas que
contribuyeron a comenzar la búsqueda de la equidad entre mexicanos y mexicanas.
¿Quién tiene la varita mágica de
la equidad de género?
Los
medios de comunicación, afirma María Elena en su libro. Estoy en los medios luego existo. Investigaciones importantes
demuestran que los medios perpetúan roles como ama de casa o mujer seductora.
Por esta razón se propone modificar la Ley Federal de Radio y Televisión para
prohibir la imagen femenina como objeto sexual, el uso sexista del lenguaje, la exhibición y el maltrato a la mujer y que
se sancione si esas recomendaciones no
se cumplen. Hay que obligar a los medios
a presentar la imagen de la niña y la mujer
en positivo.
También
la participación en el ejercicio del poder y la toma de decisiones sabe que es
un punto álgido. Cuando se intenta
cambiar un país, hay que comenzar como en la pirámide administrativa: desde
arriba; desde el vértice superior. Ella menciona en su texto que en México, el
86.3 % de los cargos del sector público corresponden a hombres, y el 13.7 % a
mujeres. Esto es debido a barreras
culturales.
En
tribuna sigue participando, y apenas sube, vuelve al mismo tema, ahora frente a los casi quinientos diputados,
trescientos elegidos electoralmente y doscientos plurinominales, dice:
—Como
legisladora es mi compromiso hacer leyes que
mejoren el sistema electoral para que sea un instrumento para alcanzar la igualdad. He vivido por tres cuartos de siglo las transformaciones de la mujer en este
país. Voté la primera vez que se concedió
el sufragio a la mujer. Yo misma
he evolucionado. A pesar de que el
feminismo me parecía agresivo, hoy
reconozco que fue la semilla que germinó
para la equidad de género, como
germinarán estas nuevas leyes que estoy impulsando.
Misoginia en Ciudad Juárez
Ella
sabe que se necesita legislar sobre los derechos de la mujer, toda vez que en
Ciudad Juárez siguen apareciendo
jovencitas asesinadas en lotes baldíos.
La misoginia está al máximo en ese lugar y se volvió un enorme problema
social. Se necesitan leyes y educación. Ella agrega en su discurso:
—Lo
que obligó a la mujer a salir de su casa es el factor económico,
pues resultó imposible subsistir con el
ingreso del hombre. Los hijos se quedaron solos, se desató la
violencia familiar por cuestiones machistas
y cientos de jovencitas pierden la vida sin entenderlo.
María
Elena ahora ve misoginia en actos que antes le parecieron normales, incluso
ella misma, cuida su criterio a la hora de juzgar una situación y está tan al
pendiente de que la familia no lo haga que uno de sus hijos ha preguntado en broma:
—¿Quién
le ha enseñado esa palabra a mamá?
(Fotos de sus nietos)
XIII
Sexo y género
El feminismo fue la semilla de
la
equidad de género.
María Elena Álvarez Bernal
Termina su diputación
El
combate a la corrupción es el talón de Aquiles de la sociedad mexicana. Con el
fin de disminuir la corrupción, los panistas, entre ellos María Elena,
proponen en la Cámara, la Ley Federal de
Responsabilidades Administrativas de los
Servidores Públicos y la Ley de
Transparencia y Acceso a la Información,
para que garanticen la cuentas claras del uso de los dineros para
los ciudadanos. Esta última propuesta
contempla la creación de un instituto con el mismo nombre, pero los priistas tienen
mayoría en el Congreso y será difícil que voten a favor.
María Elena al término de su diputación, está satisfecha con su trabajo, fueron muchas iniciativas bien trabajadas y presentadas. También hizo treinta visitas a catorce estados y muchas más en el Distrito Federal. En el Partido la han nombrado consejera vitalicia; con gran algarabía el PAN agradece a sus miembros más antiguos la perseverancia y la fe, y los nombra consejeros vitalicios. María Elena, con una trayectoria impecable de más de cuarenta años a su servicio, se convierte en uno de ellos.
María Elena al término de su diputación, está satisfecha con su trabajo, fueron muchas iniciativas bien trabajadas y presentadas. También hizo treinta visitas a catorce estados y muchas más en el Distrito Federal. En el Partido la han nombrado consejera vitalicia; con gran algarabía el PAN agradece a sus miembros más antiguos la perseverancia y la fe, y los nombra consejeros vitalicios. María Elena, con una trayectoria impecable de más de cuarenta años a su servicio, se convierte en uno de ellos.
Salmones de Alaska
Sin
embargo a medio gobierno de la alternancia
muchos sueños se han derretido. En el
Congreso se nada como los salmones de
Alaska cuando van a dejar sus huevos:
contracorriente. Hay una
increíble parálisis legislativa, al PRI no le interesa que el país salga adelante
sino ridiculizar la nueva Presidencia con la intención de recuperar el poder; y
la mayoría de las iniciativas se van a la congeladora. A María Elena los mexicanos nunca dejan de
sorprenderle. La falta de
apoyo parlamentario suscita a finales de año una nueva tormenta política en
México. La Reforma Fiscal que costó
tanta investigación, tiempo y trabajo, y
que significa el proyecto más ambicioso de la presidencia de Fox Quesada fue
derrotada en la Cámara. Luego el PAN pierde las elecciones locales en el Estado de México
y el PRI aumenta su mayoría en la Cámara de Diputados. El futuro es poco promisorio; es tan poco lo que se puede hacer con un Congreso egoísta.
Inmujeres
En
2003, nombran a María Elena secretaria ejecutiva de Inmujeres, Patricia Espinoza sigue siendo la presidenta.
Este Instituto es un gran logro de las parlamentarias para las mexicanas. Ahora
se han estado modificando los Códigos Civiles Estatales, porque algunos dicen que
para ir de viaje, la mujer, tiene que llevar la carta de autorización del
esposo, del padre o del hijo mayor, y aunque no se usa en la vida diaria, se considera misógino. Las feministas pegaron el grito cuando
supieron que las primeras cajeras
bancarias tenían que llevar el permiso de
los hombres de la familia para poder trabajar.
Con tristeza, María Elena,
comenta a las ejecutivas y
empleadas de Inmujeres que las
féminas hemos estado al mismo nivel de
los niños y de los esclavos; y que la culpa ha sido de nosotras mismas:
—Incluso
esta relación tiene nombre: esclavitud voluntaria; porque en esta dominación se involucra el amor de pareja, la gestación, el cariño
familiar, es una especie de dependencia que sale del corazón.
Epístola de la esposa obediente
También
se elimina la Epístola de Ocampo que se
leía a la hora del contrato de
matrimonio civil, donde marcaba que la mujer aportaba al matrimonio los dotes de abnegación, obediencia, veneración
y agrado, y no debía exasperar al marido; María Elena ha recordado su libro de
la esposa perfecta: "…Debe esperarlo a la puerta con un bocadillo para que
el hambre no le vaya a poner de mal humor"
¡Y pensar que ella creía que eso era lo correcto! La Cámara de Diputados envía una carta a
todos los estados:
"…Se
exhorta a los Congresos de los Estados y a la Asamblea Legislativa del Distrito
Federal para que en el ámbito de sus atribuciones soliciten a los oficiales del
Registro Civil eliminar la lectura de la
Epístola de Melchor Ocampo en las ceremonias civiles matrimoniales. Atentamente:
Palacio Legislativo de San Lázaro. México, Distrito Federal".
El buen juez Ahora,
María Elena, promueve la firma del Código de Comportamiento para el Trabajo y
la Convivencia, para garantizar que las mujeres que trabajen en el Instituto
sean honradas e imparciales y que entre sus virtudes estén la legalidad y la
lealtad a Inmujeres. Hoy, como en los tiempos en que experimentaba con sus
hijos los cursos de Modificación de la
Conducta, ella empieza, como el buen
juez: por su lugar de trabajo. En casa sigue escribiendo para revistas y periódicos, en sus publicaciones habla de esas cosas que las
mujeres tenemos dificultad de nombrar y pide
que no temamos, que nombremos
a los hechos por su nombre:
"…Si en la familia hay gritos
y golpes, su nombre es violencia familiar; si hay amenazas, hay maltrato; si hay insinuaciones, toqueteos o coacción en
el trabajo, es acoso sexual. Hay que denunciar, nada tiene que ver la ropa provocativa.
El respeto es el respeto. La mujer no
tiene porqué padecer lascivias"
También insiste en que la mujer se exprese correctamente, es mejor decir
yo trabajo en el hogar, que denigrase a una misma diciendo: yo no trabajo.
Esa
tarde su nuera Gaby le ha pedido que cuando la nana de Alonsito, el más pequeño
de los nietos, se retire, se lo cuide un par de horas. Elena acepta encantada, aprovechará para
mimarlo y abrazarlo, pero recibe una
invitación y acostumbrada a cumplir con
cuanto evento panista sucede, olvida su compromiso familiar, y sale. Cuando la cuidadora se va, tiene que llevarse
también al bebé pues no hay con quien
dejarlo.
—Perdón
–suplica la suegra—. Hago todo lo
posible por ser una abuela tradicional, pero a veces me falla.
—No
te preocupes, sabemos que lo quieres mucho—.
Le dicen Armando y Gaby y la disculpan de inmediato.
De
pronto se aparece el pequeño Marco y le
dice:
—Abi,
¿cuándo acabes de salvar a la Patria, podemos jugara la tiendita? Es más
divertido, ¿no?
Lo
que Marquitos no sabe es que la abuela ya no trata de salvar la Patria sino a
sus mujeres.
En
Inmujeres sobra el trabajo, hay muchas publicaciones sobre la equidad de género.
Todos los días brotan libros y revistas;
todo mundo quiere dar su punto de vista. En el Instituto se están revisando los
estatutos de cada Secretaría de Gobierno con ojo de águila para descubrir y
captar la discriminación y hacer
recomendaciones o, sugerencias al respecto, además se exige a las instituciones gubernamentales que
se apeguen a algún programa de equidad y género.
Sexo y género En
marzo del 2004 se publica el libro El
ABC de Género en la Administración Pública, un texto que explica los conceptos
fundamentales que toda funcionaria y
funcionario debe saber en materia de género y equidad. Comienza con la
diferencia entre sexo, y género; siendo
el primero las características biológicas y el género ideas culturales
construidas con base en la diferencia sexual.
Este texto explica la perspectiva, la obligatoriedad jurídica y las
acciones del Estado.
Los
estudios y aproximaciones a la mujer mirándola desde la perspectiva de género
surgen diariamente, es sorprendente
cuantas publicaciones resultan y como se
lanzan las mismas mujeres a realizar encuestas, estadísticas, programas. María Elena cree que esto es una chispa que
prendió. También se edita El Impacto de
los Estereotipos y los Roles de Género, Perfil de Mujeres y Hombres en México;
y muchos más.
También hay reediciones de estudios hechos
antes de la creación del Instituto como El Enfoque de Género en la Producción
de Estadísticas Educativas en México, Guía para Usuarios; que por su importancia se vuelven a publicar
Ahí
mismo, en Inmujeres, nace el Programa Nacional para la Igualdad de Oportunidades
y no Discriminación contra las Mujeres: Proequidad, con el propósito de evaluar que tanto avanzan las políticas
públicas en dar oportunidades a la
mujer. Luego se financía la Reunión de Expertas.
Detractoras
Para febrero del 2004 una
fuerte crítica de Elena Poniatowska a la
presidenta del Instituto ha saltado en La Jornada. María
Elena se ha apenado, se soba la cabeza; es difícil que se vean
resultados, son muchas Secretarías y
cientos de programas los que hay que analizar;
se intenta cambiar un país, no un pueblito. Pero Inmujeres no se detiene por sus detractores.
Revisión a las Secretarías
En la revisión se abarcan todas las Secretarías del Gobierno Federal como es el caso
de la SEP, la SSA, SS, Sagarpa, SE, Semarnat, Sedesol, STPS, Segob, y muchas más para atender los
focos rojos de la inequidad. En la
Sagarpa, una Secretaría como cualquier otra,
los programas revisados fueron: Programa
de Reconversión, Programa de Integración de Cadenas Agroalimentarias y de
Pesca , Programa de Atención de Factores Críticos, Programa de Atención a
Grupos y Regiones Prioritarios para Atender a la Población Rural Afectada por
Contingencias. En todos los progamas se analiza si hay discriminación. En la SE, Secretaria de Economía, se examina
el Programa Marcha Hacia el Sur, Fondo
de Apoyo para la Micro, Pequeña y Mediana Empresa, Fondo de Apoyo para el
Acceso al Financiamiento de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas. En el IMSS se pasa revisa al Programa de Atención a Personas con
Discapacidad, y en el DIF el de
Atención a Población en Desamparo. Así, sucesivamente, en todas y cada una de
las Secretarías del Gobierno, se revisan los programas para evitar la
discriminación de género. Son muchas las actividades. Por esos días, María Elena, ayuda a organizar La Convención sobre la Eliminación
de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer.
Capacitando a las
asistentes El Inmujeres apoya y promueve el fortalecimiento de la Red Nacional de Refugios para Mujeres en Situación
de Violencia Extrema. También la línea telefónica que implementó resultó
benéfica y en el 2004 se
atendieron más de once mil llamadas:
seis mil setecientas por violencia familiar; cuatro mil por ataque físico;
mil setecientas para resolver dudas sobre cuestiones financieras; mil quinientas preguntas sobre asuntos sexuales; setecientos por situaciones laborales; y otras tantas institucionales. Luego para dar un mejor servicio se organizó la Reunión
Nacional de Líneas Telefónicas Asistenciales, donde las telefonistas
compartieron sus experiencias como asistentes de esta problemática. En esa
ocasión se reunieron veinte y ocho representantes de las líneas asistenciales
del país.
Abre los ojos, pero no cierres la boca. Las campañas en los medios de comunicación son métodos eficaces para educar a un pueblo y para esto se lanzan las siguientes: Él que Golpea a una nos Golpea a Todas; Alto a la Violencia Hacia las Mujeres; Atentamente las Mujeres; La Violencia Destruye Todo; Por una Vida sin Violencia; Ni golpes que Duelan, ni Palabras que Hieran; Eduquemos con Ternura; Dignificación del Trabajo Doméstico; Más Acciones, Más Refugios; Contra el Maltrato a Niñas y Niños en Centroamérica y México; Abre la Boca; Abre los Ojos pero no Cierres la Boca. Por su parte, en el Instituto Nacional de Ciencias Penales se celebró un convenio de colaboración con el Inmujeres, y se impartió el curso Cómo Detectar, Prevenir y Enfrentar la Violencia Doméstica. El 18 de febrero de 2004 se creó la Comisión para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en Ciudad Juárez, que se desarrolla a partir de tres ejes de trabajo: Atención a Víctimas, Verdad y Justicia, y Fortalecimiento del Tejido Social.
Condena más larga para las mujeres Mirando
a través de la perspectiva de género, María Elena cada vez descubre más. Ella concluye que los hombres están
convencidos de que la mujer debe ser perfecta y portarse bien, y si no lo hace la condena debe ser más dura. Cuando están implementando el programa Juzgar con Perspectiva de Género
invitan a un grupo de abogados y les presentan un asesinato cometido por un
hombre y otro por una mujer en las
mismas circunstancias, el resultado es que la mujer recibe pena más larga. De
inmediato, Inmujeres, se da a la tarea de publicar el Manual
para la Incorporación de la Perspectiva de Género en la Formación de los
Ministerios Públicos Federales y los Peritos Profesionales. Y en agosto
de 2005, participa en el convenio con el
Consejo de la Judicatura Federal para incorporar la perspectiva de género en
el Poder Judicial donde se llevan a cabo
talleres sobre procuración de justicia con enfoque de género dirigido a los
agentes del Ministerio Público en dieciséis Estados.
El Instituto
no olvida a las mujeres en desgracia y
por eso hace un análisis de los
expedientes judiciales de mujeres delincuentes procesadas o sentenciadas por
delitos del fuero común y recluidas en los Centros de Readaptación Social del Distrito Federal, de Los Mochis, Sinaloa y del Estado de Morelos y Chiapas, para revisar sus condenas.
Los niños son la clave María
Elena como maestra normalista sabe que si los programas educativos fueran
correctos en unas pocas generaciones se
mejoraría México. En el programa
de Formación Cívica y Ética para primaria de la SEP, se implementó el tema de Perspectiva de Género
y Prevención de la Violencia.
Con recursos del Fondo Sectorial de Investigación y Desarrollo
que provee Inmujeres y unido con Conacyt,
se realizan investigaciones que dan como
resultado los siguientes textos: Condiciones
de Empleo y Marginalidad de las Mujeres en el sector Rural Veracruzano;
Pobreza, Familia y Políticas de Género en Tijuana, y Las
Mujeres Mayas y la Reforma Agraria Mexicana.
Para hacer líderes femeninas El programa Impulsar la Participación Electoral y Política de las Mujeres en los Municipios, intenta promover la formación de liderazgos políticos de mujeres en sus municipios, para ello, Inmujeres distribuye cincuenta mil ejemplares de la Guía del Poder, una herramienta que apoya el desarrollo de capacidades orientadas al liderazgo político.
Sin pago alguno Sedesol hace un estudio de la aportación de las mujeres y se establece que quienes realizan tareas en el hogar aportan 17% de la riqueza nacional. En las zonas rurales, estima que las mujeres de entre treinta y cuarenta años dedican más de catorce horas al día a las actividades propias del hogar, sin recibir una remuneración a cambio.
Mensajes sexistas En el mes de noviembre de 2005 se hizo el lanzamiento oficial del Observatorio de Medios del Inmujeres, para que vía Internet se denuncien los mensajes sexistas que transmiten los medios de comunicación. El refranero popular está lleno de ellos: Mujer sin varon, ojal sin botón; el amor por la cocina entra; la mula y la mujer, a palos se han de vencer.
(fotos de la toma de protesta de Felipe Calderon)
XIV
Fiel guardiana de la tribuna
Vale más morir peleando
Carmen Serdán
Corazones
sin compromiso
Es 2006, se aproximan las elecciones presidenciales. El presidente
Vicente Fox Quesada dejará el cargo. El país está sano, las reservas monetarias
están estables, no hay devaluación, ni políticos archimillonarios como al final
del sexenio de López Portillo y de Salinas de Gortari, pero pocos mexicanos atienden
este renglón, la mayoría está inmersa en las críticas negativas que la
prensa hace al mandatario, minimizando
sus logros. A pesar de tantos programas que se establecieron y tuvieron
éxito, hay decepción en la población, atizada por el periódico de mayor
circulación en el país que sigue prefiriendo al viejo régimen. Los mexicanos esperábamos un cambio, una
varita mágica que en seis años eliminara la pobreza, la ignorancia y sobre todo
la corrupción, pero nuestra idiosincrasia,
la tendencia a la trampa, el
diminuto compromiso de cada corazón mexicano por cambiar su propio entorno, lo
hizo imposible.
Por
estos días a María Elena le toca
presidir la Comisión Nacional de las Elecciones Internas del PAN, el departamento que organiza la elección
de candidato para la contienda presidencial.
Si algo distingue al PRI y al PAN es que los candidatos panistas son
elegidos en una votación interna lo más
democrática posible, mientras en el Partido Revolucionario subsiste el dedazo.
En esta ocasión compiten Felipe Calderón y
Santiago Creel, ambos son espléndidos candidatos. Sale triunfante el primero.
Es
un año de agitación política. El PRD está más fuerte que nunca con Manuel López
Obrador y su Coalición por el bien de todos. Por parte del PRI el contrincante es Roberto Madrazo.
Sin
poder creerlo, María Elena se da cuenta que el PRI, su rival de toda la vida no
tiene, ahora, un candidato fuerte.
Cuantas vueltas da la vida, el Revolucionario Institucional, el enemigo
eterno, es un flácido Goliat que se
desinfla frente a sus ojos. A pesar de
los pronósticos que da la prensa,
siempre favoreciendo al PRI, el PAN y
PRD llevan la delantera.
Con
gran expectativa se vive la campaña. El 2 de julio de 2006,
la mañana está húmeda de la lluvia de la noche anterior, el
mismo cálido sol que hace
quinientos años alumbrara a los múltiples emperadores aztecas en el centro de México, acalora a la gente que hace fila para votar. Por todo el país se vive una jornada de
altura, los mexicanos saben de democracia, de alternancia, del derecho de
elegir a sus gobernantes, la evolución cívica se da. Cincuenta años cumple María Elena en el Partido
y se ha felicitado a sí misma. Recuerda a su amado Abel, ¡Cómo luchamos! le
dice mirando al cielo, querido mío desde donde estés saborea el fruto de
nuestra revuelta.
Aliados con los caídos
Las
elecciones son las más concurridas de la
historia. Los medios anuncian que
hay una diferencia mínima entre Calderón
Hinojosa y López Obrador; el PRI ni
siquiera alcanza una tercera parte de
los votos del pueblo mexicano. Cuan largo ha sido el camino, pero al fin a
caído el gran rival, medita María Elena. Lo que no imagina es que los diputados del PRI serán
sus mejores aliados el 1o. de diciembre
en la Cámara.
La
diminuta cantidad de votos que otorgan el gane a Calderón Hinojosa sobre López
Obrador sumergen al país en la incertidumbre. Los simpatizantes del PRD
hacen una huelga de hambre frente al
Tribunal Electoral y exigen que se
realice un conteo de voto por voto. Sumado a esto los diputados perredistas en la Cámara
amenazan con no dejar a Felipe Calderón tomar protesta como Presidente.
Diputada LX
Legislatura
En
el Partido saben que no pueden desperdiciar el arsenal de conocimientos que
María Elena tiene, y de nuevo entra al
Congreso como diputada.
El
Parlamento ha recibido una sacudida, por primera vez el PRI se enfrenta a ser
oposición. Hay rebatingas diarias. A
ella la nombran vicepresidenta de la Mesa Directiva, el órgano que regula la
Cámara.
—¡Cuántas
cosas se pueden hacer a los setenta años! –dice a sus hijos—. Ahora me eligieron como vicepresidenta de la
Cámara de Diputados, ya soy parte de la Mesa Directiva.
—¡Abi,
eres muy activa! –le señala uno de los nietos.
—En
realidad, ella está salvando la Patria para ustedes –bromea uno de sus hijos.
—¿Es
verdad eso? Bueno pues gracias, por salvar la Patria para mí.
La Mesa Directiva garantiza el orden en el Pleno de la Cámara, está
compuesta por diputados de todos los Partidos. Toma sus decisiones por consenso
o con aprobación de la mayoría. Como vicepresidenta,
María Elena tiene que actuar con mesura, primero hay que pactar, a veces ceder,
si no queda de otra, exigir, pero con
respeto a cada legislador, sea del Partido que sea. Ahora que ella no puede integrarse a
las comisiones, trabajo que le encanta,
se involucra en las que le parecen más importantes para ver que funcionen bien, y que se logren
dictaminar las buenas iniciativas. También
recibe las Delegaciones de parlamentarios de otros países, y a toda persona que
lo solicita, además contesta las llamadas de cualquier ciudadano. Entre sus responsabilidades
está aprobar
el Presupuesto de Egresos, revisar la Cuenta Pública, declarar si se procede
penalmente contra los servidores públicos y
nombrar consejeros electorales federales
—Date
tiempo para descansar– le recomienda su hijo, que la ve salir desde temprano y
regresar muy tarde.
—Represento
a los ciudadanos y tengo que saber,
perfectamente, de que se trata cuando levanto el dedo. Recuerda a tu papá como
era de estricto en todo esto.
Por esos días ella presenta el
Código de Ética de los Funcionarios que elaboró, y que ya se está utilizando en el Gobierno
Federal, con el fin de que también se utilice en la Cámara. En este documento todo servidor público firma y se compromete a ser ético y honesto.
—Hay que difundir la ética para
transformar la Cámara –le dice al presidente de la Mesa Directiva.
—Me parece una buena idea –agrega
él.
Cuando lo comentan con el
coordinador de la bancada panista, él se
niega y alega:
—Si aceptamos firmar un Código de
Ética es aceptar que no la tenemos.
—Pues yo creo que la mayoría no la
tenemos —dice María Elena, mordaz.
—No lo firmaré –agrega el
representante de los panistas.
A pesar de la negativa del coordinador, un tercio de los
diputados lo firman; María Elena se siente complacida y con ello resume
que los mexicanos necesitamos que
alguien nos invite a ser mejores, a ser éticos.
Ella cree que debió conciliar con
el coordinador; a veces le falta táctica para convenir.
Desmenuzando la Constitución
López Obrador sigue insistiendo en
que él es el Presidente de México y hay marchas y plantones. María Elena se encuentra en el ombligo del ciclón:
—Desde el primer minuto del 1o. de diciembre se
transfiere el poder presidencial, con o sin toma de protesta, según la
Constitución –les ratifica a los panistas que están inquietos por los
acontecimientos.
Y es que las circunstancias son preocupantes.
Ante la amenaza de los perredistas de no permitir la toma de protesta de Felipe
Calderón, los diputados y senadores
panistas, repasan una y otra vez los capítulos de la Constitución, hablan con magistrados, se rascan la cabeza,
deducen. ¿Qué puede pasar si los del PRD
no le permiten tomar protesta a Felipe Calderón?
—Pueden
interponer un amparo, Elenita –dice un experto—. Si el nuevo Presidente no
rinde protesta frente al Congreso, los senadores o diputados en desacuerdo
pueden ampararse y hacer tropezar la nueva administración. Es peligroso que se
calienten los ánimos.
—Que
Felipe rinda protesta, como Presidente ante el Congreso, es vital para la normalidad jurídica —agrega ella con la Constitución en la
mano.
—Y
no vamos a saltarnos las trancas, empezando –comenta uno de ellos.
Mercado de verduras
Las
discusiones en la Cámara se vuelven mercado de verduras, los diputados se
lanzan injurias, se quieren ir a los golpes. Todos están preocupados. El presidente de la Cámara, el coordinador de la
bancada panista y sus legisladores
sienten la gran responsabilidad
de cumplir con el
ordenamiento constitucional. Pero
el PRD sigue amenazando con impedir la toma de protesta.
—Dicen
que la Cámara y el Estado Mayor Presidencial
tienen un plan bien hecho para que
Felipe Calderón rinda protesta —comentan
los panistas.
—Sí,
pero que nos lo digan para apoyarlos, es muy estresante no saber nada.
—¿Y
qué tal si ni siquiera hay un buen plan y Felipe no puede tomar protesta?
—Lo
malo es que nos sueltan las instrucciones a cuenta gotas…
Los panistas se apoderan de la tribuna
El
martes 28 de noviembre, la tensión explota. En plena sesión normal y sin que
nadie lo espere un grupo de diputados panistas toma la tribuna y el espacio de la Mesa Directiva
en la Cámara. Al darse cuenta los diputados del PRD
corren y empujan para ganar posiciones.
María Elena, como vicepresidenta, está sentada a la
derecha del presidente de la Mesa
Directiva y la diputada Ruth Zabaleta se acomoda a su izquierda; a su alrededor
los jaloneos siguen; los panistas tratan de mover a la parlamentaria del PRD pero no lo logran.
Para los de Acción Nacional es un deber proteger el lugar para la toma de
protesta de su nuevo Presidente y se quedan estáticos en el terreno que ganaron; cuidarán el derecho de
Felipe aunque el cansancio agote y las necesidades apremien.
Grandes silencios
En
esa misma postura comienzan a desgastarse las horas, se les acalambran los
brazos y les duelen las piernas. Cuando se hace de noche ni panistas ni
perredistas se retiran. Es penoso pasar
la noche sentados:
—Esto
no tiene sentido –dice uno de los panistas adormilado.
—Si
los diputados del PRD quieren impedirlo,
no lo podemos evitar –comenta otro.
—Lo
peor es que ya comenzamos peleando, vamos a terminar más divididos y así cómo
podremos llegar a algún acuerdo después
del día primero.
—Será
difícil. Pero por lo pronto yo no me muevo de aquí —agrega María Elena,
resuelta.
Hay
grandes silencios. Tiene sentido y no tiene, estar ahí. Ella está consciente del
momento histórico que vive. Esta mujercita menuda y fuerte lo ha vivido todo, desde que
Abel desafiara a los soldados dando su discurso
al aire en 1958 cuando los militares espantaron a la gente que asistía
al mitin, pasando por la caída del sistema en 1988 y la muerte de Maquío, luego la alternancia de apenas hace seis años.
El reloj
vence la antipatía
La
nueva mañana les da ánimo, como personas civilizadas se establecen reglas: cada
quien conserva el lugar que ganó y puede dejar sustituto en caso de salir a una
emergencia o para ir al baño. Se establece un pacto de no agresión.
Están
tan cerca unos de otros, que el lento caminar del reloj les vence la antipatía. Como todo animal vivo el hombre es sociable,
la gran razón del lenguaje es
conocer al otro y hacerse comprender. Comienzan a surgir afinidades:
—¿Y
qué edades tienen tus hijos? —se escucha en las conversaciones.
—¿Ciencias
políticas en la UNAM? Ahí da clases mi hermano –se oye por otro lado.
Para
el atardecer no hay panista que no sepa
la vida y filosofía de los perredistas.
María Elena incluso siente empatía por ellos.
—Sólo
quieren lo mejor para México y lo mejor, según ellos, es que su candidato sea el
presidente –dice a sus compañeros de Acción Nacional
—En
eso se parecen a nosotros –dice uno de los diputados panistas más reacio.
—Yo
lo que veo es que los proyectos de los perredistas son firmes –agrega María
Elena.
—Y
cómo no, Elenita, si tienen varios años
de luchas por sus ideales. Igual que nosotros.
—Sus
batallas se parecen a las nuestras,
aunque difieren en tácticas –agrega otro con sarcasmo.
Un día que
parece un año
Se hace noche de nuevo y se escuchan celulares
por todas partes, voces de niños que
buscan a sus madres, esposas interrogando a sus maridos. Todos mostrando
un pedazo de su entorno familiar al encargar ciertas compras, ropa o
comida. Se oyen apapachos, deseos de que
pasen bien la noche y buena suerte. Algunos diputados se ponen a cantar, otros
juegan dominó. Un día en la rutina del trabajo se va rápido,
ese mismo día esperando algo incierto se ha sentido como un año.
Otro más cuidando la silla
El
30 de noviembre del 2006 amanece sin
novedad, hay caras cansadas, agotadas.
El tiempo pasa lastimosamente, el encierro duele, la democracia cuesta.
Los panistas ya cumplen tres días
conviviendo hombro con hombro con los perredistas, durmiendo a un lado, comiendo juntos, cuidando el lugar, ambos tratando de ser amables
y platicando mucho. A ratos, los
panistas toman el tema de las elecciones
con la clara intención de convencer a los demócratas de que están violando la
ley, las reacciones son variadas, algunos hablan sobre su frustración. De
pronto hay camaradería, las filosofías son parecidas, las angustias de la vida
iguales, los deseos de que México mejore, idénticos. ¡Qué bonito sería que
lucháramos así todos los días! piensa María Elena, al oír aquellas
charlas.
—Hay
que estar alertas a sus movimientos o gritos, pueden estar tramando algo
grande —le comentan sus compañeros
panistas al oído.
—¡Elenita,
hay que hacer rutinas de santo y seña! –le dicen por otro lado.
—Suceda
lo que suceda, resistencia pacífica…
—No
hay que subir la voz. Hablen suave y firme. No contesten las ofensas verbales
ni se aceleren.
—Escuche Elenita, no se coloque de
frente, hace menos daño el golpe de lado. Recuerde que el agresor no le ataca en lo personal, sino a
lo que usted representa.
—Sigo
pensando que no hay un plan bien hecho –agrega alguien con voz agotada.
Esa
mañana, quienes pueden, salen a llevar a sus niños a las escuelas. Todos
regresan en el menor tiempo posible. Hay
quien no cuenta con relevo y se pasa
noche y día en el mismo lugar,
defendiendo el derecho de Felipe Calderón
a tomar protesta como Presidente de México.
A María Elena, sus hijas le llevan ropa limpia y una maleta con lo
necesario.
El acuerdo es que…
Por
micrófono les avisan que ya se llegó a un arreglo y que en breve se dará a
conocer. Momentos más tarde, anuncian lo
contrario:
—Señoras
y señores, el presidente de la Cámara y los
coordinadores de los Partidos comunican que no se llegó a ningún acuerdo
satisfactorio para ambas partes por lo que,
sólo se sigue respetando el pacto
de no agresión hasta las ocho de la mañana del viernes 1o. de
diciembre.
—El
acuerdo es que no hay acuerdo –bromean los diputados encaramados en la tribuna.
La
incomodidad, la expectativa y los nervios los acompañan esa última noche.
Cuadrilátero de diputados
En
punto de las siete de la mañana le
avisan a María Elena que le espera ropa limpia en su cubículo y hacia allá se
dirige. Se lava la cara, se peina, se maquilla.
En breve terminara el pacto de no
agresión y quién sabe qué pueda pasar.
A
las ocho de la mañana del 1o. de diciembre del año 2006, los ánimos explotan,
los perredistas sacan silbatos y aturden
el recinto. La Cámara de Diputados,
muestra sagrada de la civilidad mexicana, se convierte en cuadrilátero de box. Cuando
Santiago Creel el líder de los senadores entra al recinto, los
perredistas se le van a las manos; uno muy osado despega su curul y lo lanza al aire. Con roces y aventones se dirigen a la puerta
del blanquiazul para bloquearla, pero los panistas no se dejan embestir,
empujan y se defienden.
—¡Ni
un golpe! –sugiere un perredista a sus compañeros.
Un
grito general y repetitivo de paz se
escucha por todo el recinto.
—¡Vamos
a cerrar las puertas! –exclama otro.
Cuatro
grupos del PRD cierran con cadenas y candados las puertas laterales de acceso para impedir el
paso de los diputados y evitar que se cumpla el requisito. Tapan la puerta
principal, por donde debería pasar el presidente Fox Quesada, con una barricada
de curules.
Se queda fuera de la
Cámara
Antes
de las ocho, María Elena ya está
cambiada de ropa y en su puesto para la ceremonia. Zermeño le indica que debe
pararse en el lado derecho, donde termina la mesa pues el presidente Fox Quesada entrará por una puerta lateral no
conocida, y si no puede llegar hasta
ahí, ella, como vicepresidenta, le tomará la protesta a Calderón Hinojosa.
A María Elena le da un aire de pánico, no conoce la fórmula de la protesta, se dirige
al teléfono que está tras banderas para
pedir que le pasen el texto, pero los aparatos han sido cortados. Decidida sale del salón, apenas llega a la Secretaría le dicen que
vuelva al salón, que se apresure porque los del PRD están cerrando todas las puertas.
Corre
de regreso y cuando alcanza la entrada que le corresponde, la encuentra
cerrada; el corazón se le desborda de
desilusión, recorre dos más y lo mismo. Sólo queda la oficina de la prensa que
es un balcón que da al recinto, pero
para entrar por ahí hacia el Pleno no hay puerta, tendrá que saltar del palco. Afortunadamente los curules están pegados a la
pared:
—Por
favor ayúdame a brincar -le pide a un
diputado del PRD.
—¡Claro
que no! —le dice.
—
Por favor, por favor, te lo agradeceré toda la vida.
El
hombre acepta de mala gana y le da la mano para que brinque.
En
unos segundos más ella está de nuevo en su lugar de la Mesa
Directiva. Abajo la trifulca sigue, se
gritan, se tiran manotazos, pero los perredistas apoltronados junto a la Mesa
Directiva no bajan a ayudar a sus
compañeros, y los panistas menos. María Elena
ya lleva sesenta y siete horas cuidando
su lugar.
Aplaudiéndole a los priistas
Tras
la enorme bandera del recinto el coordinador parlamentario Héctor Larios
aparece con los diputados del Revolucionario Institucional, quienes portan
banderitas tricolores, con ellos se
cumple la mayoría para dar legalidad al rito. Otros llegan junto a su
coordinador, Emilio Gamboa Patrón; y por primera y, tal vez, única vez en la
historia de México, los panistas aplauden
la certera y nutrida presencia de
los priistas en la Cámara. Arriban las bancadas del Partido Verde, Convergencia,
Nueva Alianza y Alternativa.
Entran los senadores.
¡Que se mueva la diputada Zabaleta!
Son
las nueve treinta, el presidente de la Cámara, Jorge Zermeño, toma su lugar.
Manlio Fabio Beltrones, presidente del Senado, pide amablemente a la
diputada Zabaleta del PRD que desocupe su lugar; ella parece no escucharlo; a dos lugares de ahí a María Elena le late el
corazón. Hay empujones y gritos, los del PRD animan a la diputada de su Partido a que no deje el
asiento, uno de ellos trata de llegar hasta donde está para apoyarla y exigirle
que no se mueva; pero no lo dejan pasar.
La Señora Zabaleta confundida, se
retira y le cede la silla a Beltrones.
Hay trescientos treinta y cinco diputados y sesenta y cinco senadores
presentes.
—Se
abre la sesión del Congreso General —dice Jorge
Zermeño, presidente de la Mesa Directiva
de la Cámara.
Abajo,
el coordinador del PRD intenta tomar la palabra, va a exponer sus motivos, cuando de pronto aparece
el presidente Fox Quesada por el extremo izquierdo del presídium, sorprendiéndolos
a todos. Luego emerge Felipe Calderón, pálido y sonriente. Los gritos de rebeldía se intensifican. María
Elena lo mira con ojos de madre cariñosa, tiene un nudo en la garganta y el estomago vacío. Él saluda al presidente
de la Cámara, luego le da un beso en la
mejilla a María Elena. Atrás Fox tiene la banda presidencial y la entrega
al presidente de la Cámara, quien
de inmediato inviste al nuevo Ejecutivo. Felipe Calderón dice:
—Protesto
guardar y hacer guardar la Constitución
Política…
Mexicanos al grito de guerra
Con
la banda puesta, Felipe Calderón entona el Himno Nacional, las protestas concluyen, un aire fresco se
siente en el Pleno. Todos los presentes, sin importar la ideología y el Partido
cantan unidos:
Mexicanos
al grito de guerra,
el
acero aprestad el bridón,
y retiemble en su centro la Tierra
al
sonoro rugir del cañón.
A
millones de televidentes mexicanos la piel se les eriza, un nudo en la garganta
se atora: al fin Felipe Calderón tomó protesta. Triunfó la civilidad, ganamos
todos. Sucedió en cinco minutos; el nuevo Presidente del país abandona el
recinto parlamentario. María Elena agotada suelta los hombros, aunque no ha
desayunado siente el estomago lleno y una lágrima corre por su rostro. Pasado el susto una sonrisa que no
puede disimular se aparece en su
cara. Se retira a su casa en el
auto de la diputada Esperanza Morelos Borja, una hermosa compañera de lucha. Van
sonrientes, desmenuzando una y otra vez
el suceso, queriendo atrapar todos los detalles.
Nunca
como ahora la Calzada de Tlalpan les parece más amplia, y el tráfico más armonioso. Veinte
y cinco millones de personas conviven
diariamente en esta fresca ciudad, en
verdad que hay orden y armonía la
mayoría de los días. Cuando María Elena ve el portón de madera de su hogar,
donde crecieron sus hijos, falleció Abel
y ahora duerme plácidamente
Alonsito, su último nieto, respira plenamente,
con la facilidad que da a los pulmones
el deber cumplido. La familia la espera,
preocupados por su salud. Es una abuela de setenta y seis años, poco
convencional, que resistió como quinceañera
tres días sentada en la Cámara de Diputados. Toda la estirpe Vicencio Álvarez se le va encima para abrazarla y festejar
este gran evento.
La Reforma laboral
A
los dos días, Elenita ya está en acción.
A los demás les impresiona su
capacidad física, su salud de metal.
Como diputada federal por la LX Legislatura, apenas entra en
materia ayuda en lo concerniente a
la Reforma Laboral y logra que, después
de diez años de insistencia, se
elimine el comprobante de no embarazo
para acceder a un trabajo, y que no se despida a la mujer por estar embarazada. A la Ley también se le agrega el permiso de
paternidad: que el papá tenga días libres para apoyar a su pareja cuando nace un hijo. La
paternidad es asunto de dos.
Luego se reúne con
algunos diputados de otros Partidos;
ella está dispuesta a sembrar bases para
que México funcione con honorabilidad, y
forma un grupo que quiere trasparencia y
ética en la Cámara.
—En cuestión de virtudes el ejemplo
debe derramar desde arriba, de los
gobernantes, de nosotros que somos el
Congreso, si queremos que la gente sea honrada es necesario
que seamos modelo —comenta en el grupo—.
Necesitamos comenzar con nosotros mismos.
Los
del grupo analizan los trabajos de otros países que han
combatido la corrupción, consultan abogados, hacen foros públicos, elaboran un plan de acción para que en México
haya ética y honradez. Presentan la iniciativa en la Cámara, la defienden,
exhiben sus beneficios, pero cuando es turnada a la comisión encargada no la
aprueban. En la Gaceta
Parlamentaria de la Cámara de Diputados
aparece la iniciativa en estado
negativo. Asunto concluido.
—¡Fue
puro tiempo perdido! —se quejan,
amargamente, sus compañeros legisladores—. Claro, hay tantos a los que no les
conviene.
Es
difícil evitar la corrupción en la Cámara de Diputados. Los representantes del PAN tienen prohibido,
por parte del Partido, tomar regalos por cuestión de su diputación. Sin embargo
se les da oportunidad de tener los empleados que soliciten para su trabajo,
muchos de ellos no los contratan, pero cobran el sueldo. Ahora que es diputada por Michoacán y tiene
que ir a Morelia le entregan dos boletos de avión a la semana. Ella los rechaza
pues se va en automóvil:
—Elenita,
si usted no los quiere se los va a quedar alguien.
—La
verdad es que yo no puedo recibir lo que no estoy devengando. Quien se los está quedando es un abusón.
Tampoco acepto el pago por tres empleados sólo estoy usando dos porque es lo que necesito.
La
práctica de la austeridad y la honradez son
parte de la filosofía de vida de María Elena, y la perseverancia una de sus virtudes, por eso,
ahora que está terminando el Doctorado
en Ciencias Políticas y se va a titular,
piensa en lo que México necesita:
honestidad y justicia. México
sigue enfandangado en la corrupción; ella ya sabe que el primer paso para
cambiar un defecto es la aceptación: aceptar que a México le urge ética en las
políticas públicas.
Ética en la Función Pública
Comienza
la aventura de escribir otro texto. Se
documenta con escritos actuales sobre ética, pero incluye a los grandes filósofos: Platón, Sócrates,
Cicerón, Séneca; menciona también la ética en la Edad Media, los que hablaron
de ella como Maquiavelo, Hegel, Hobbes; hace toda una línea del tiempo. Luego
describe los desfalcos
presidenciales en México. Tecla por letra, idea por idea, van brotando
trescientas páginas donadas al servicio de su país. Su nuevo título es La Ética en la Función
Pública. El libro concluye en que la
población esta enmarañada en la
corrupción gubernamental y es, además, quien la sostiene. En el trabajo de
campo, María Elena, entrevista a la ciudadanía y presenta estadísticas donde
ratifica que la sola palabra corrupción
obliga a mirar a los servidores públicos. Finalmente propone cambios para instaurar una función pública ética.
La presentación del libro resulta un gran
suceso, la gente del PAN se ha
movilizado, hablaron a los distritos para invitar a cientos de militantes. Hay
lleno total. Esta primera edición es
publicada por Inmujeres y se lleva a cabo en el museo de Las Intervenciones, un
ex convento de más de trescientos años en Coyoacán. La tarde del evento se llena de militantes,
familia y amigos, ella vestida con un
traje blanco, menuda y serena, impávida ante los halagos, interesada sólo en
que se aprecie su trabajo, su esfuerzo,
su dedicación a las causas para crear una mejor sociedad mexicana, agradece la gentileza de los asistentes y disfruta
la noche. Entre abrazos, felicitaciones
y autógrafos mira esas paredes de tres siglos y se le revela la razón de la
existencia: dejar este mundo mejor de cómo lo encontraste.
Los
presentadores hablan, señalan el
acertado estudio de María Elena sobre el mal de México que es la corrupción,
palabra que evoca a la clase política. Alguien
lee un párrafo:
—…"México
dispone de un amplio marco normativo,
suficiente para lograr transparencia y fincar responsabilidades, pero se necesita una
ciudadanía vigilante, como dijo Isócrates:
Lo más importante para el avance de los pueblos no es que los pórticos estén cubiertos de
decretos sino que la justicia habite en el alma de los hombres".
Cuando
le toca hablar, ella, hace un llamado a los Partidos a perder el temor de acusar
por la vía legal a sus miembros corruptos:
—No
tengan miedo de lesionar la imagen de su
Partido, porque finalmente el ciudadano se da cuenta y es peor.
Cambio de rumbo
La
mayoría de las personas se lleva el
libro. En sus casas, mujeres y hombres sabrán sobre
María Elena Álvarez quien luchó y
se entregó a una primera causa en 1958: el cambio de régimen. La mujer que
creyó que bastaba con que los mexicanos
ejercieran la democracia, en el lejano 1977, para que el país saliera de
su paralización económica; la misma a
quien la vida le enseñó que no bastó con
eso, que la corrupción también se dio en su Partido, porque como dijo un entrañable amigo de ella: algunos panistas sacaron al priista que
llevaban dentro. Ahora, en su tesis
doctoral cambia el rumbo y en el apartado de conclusiones generales,
escribe:
"…Podemos
concluir que para superar los males del pasado, evitar los del presente y
abatir la corrupción en México, no basta con el cambio de régimen ni con tener
un gobierno legítimo y honesto… se requiere concientizar a los ciudadanos,
modificar la naturaleza y calidad de la clase política; fortalecer la cultura
cívica" ( 2005:p125).
Educar a
los niños en la honradez, que los
hombres vuelvan a tener palabra, que los hijos mamen honestidad, que la ética
sea filosofía de vida; eso es fortalecer
la cultura cívica. No se necesitan más
leyes, ni desgañitarse en el Congreso con tanta iniciativa, sino que se cumplan
las que ya existen. Que el egoísmo desaparezca del corazón, piensa María Elena,
que la democracia habite en el alma de los mexicanos para lograr un verdadero
cambio. Ética es para ella legislar sobre uno mismo.
Esa
noche de vino, amigos y la presentación
de su libro, ella hace un recuento: son aproximadamente tres mil horas mujer donadas a su querido
México. Qué bien sabe el éxito producto
de tanto trabajo y obsequiado al buen funcionamiento de su país.
Ley en siete minutos
En
los días en que María Elena se reúne con Felipe, su hijo, se les va el tiempo
contándose las experiencias legislativas, y
pasan auténticos momentos agradables;
es muy reconfortante coincidir
madre e hijo en el mismo cometido. Abel
ya no está, pero permanece en sus corazones.
Felipe es ahora senador y está inmerso
en una pleito con la propia
Cámara de Diputados porque aprobaron un
estatuto que modifica la Ley de
Telecomunicaciones, de Radio y
Televisión en un, inconcebible, lapso de
siete minutos; El estatuto fue
aprobado por unanimidad y sin lectura previa, saltándose todas las trancas.
—Algo que nunca había sucedido en la Cámara —dice
Felipe a su madre—. Luego pasa por los senadores y no le cambian ni una coma.
Estamos presionados por las elecciones que vienen, pero esto es anticonstitucional.
La
llamaron la Ley Televisa, se les
concedían regios privilegios a los dos consorcios televisivos lo que provocaba
un control total de estos medios. Canal once,
veinte y dos, Edusat y TV UNAM, serían eliminados.
—Vamos
a interponer un recurso de inconstitucionalidad ante la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, no es justo que se hagan leyes al vapor –dice
él.
Inconstitucional
Afortunadamente,
tras varios meses de discusiones y pruebas la Suprema Corte declara inconstitucional seis artículos, dieciséis párrafos y algunas omisiones legislativas. El propio ministro presidente de la Corte
comenta:
—Es
una sentencia que nos muestra que vivimos en otra etapa. Esa ley no debió aprobarse. Ahora hay que enmendar los
errores.
Va
para atrás la reforma. Algo que no había sucedido jamás.
Felipe es un hijo que le ha dado
grandes satisfacciones a María Elena. Tiene tres sublimes hijas: Ana que estudia
para Licenciada en Ciencias de la Comunicación, Aranzazú que quiere ser arquitecta, y la más chica, María, con apenas diez años
comenta que le gustaría ser chef,
pero que un día también será licenciada
en Ciencias Políticas, para hacer leyes
más justas, como su abuela.
Se opaca la felicidad
Poco
tiempo después la felicidad del hogar de su primer hijo, y en consecuencia la
de María Elena, se opaca: Felipe tiene cáncer. Su mujer está consternada, sus hijas
tienen miedo. Amigos y familiares lo lamentan. Las enfermedades son desafíos divinos,
preguntas sin respuestas; él está en una etapa de madurez, de dar lo mejor de
sí mismo, de servir a los demás, de plenitud. Apenas tiene cuarenta y ocho años.
Felipe
como lo hizo su padre, trata de vivir normalmente tolerando las crisis,
saliendo adelante ante cada quimioterapia. Es maestro
muy apreciado en el ITESO de Guadalajara. Todavía tiene la misma
hermosa voz con que se desgañitaba en las calles cantándole a María
Elena Un Sueño Imposible, también deleita a sus hijas con el piano o la
guitarra y les cuenta que él mismo le puso música a varios cantos religiosos. Los
hijos de Elena se reúnen, cuentan sus andanzas de niños, platican, ríen, pero
también siente que la vida no es justa con su hermano, luego se conforman al
ver a cada uno de sus hijos y sobrinos tan sanos, al tener a su madre tan
fuerte y valiente. La familia es el pilar para recargarse en los momentos de
dolor, y hoy, está más unida que nunca.
Más nivel académico que los hombres
Tristezas y alegrías al igual que salud y enfermedad forman la vida; y a
María Elena el cumplir con su deber y
con Dios, le palia el dolor. Siempre quiso hacer algo por México, está en su
momento y lo sabe, deja a un lado su angustia constante, la tristeza de tener
un hijo enfermo, y continúa.
Es legisladora y
tiene que cumplir con su trabajo, toma la tribuna en la Cámara y habla de la
equidad:
—Desde
mi humilde perspectiva, me pregunto:
¿Por qué son tan pocas mujeres en los cargos públicos? Y para responderme esta cuestión utilizo las
mismas últimas palabras: porque son muy
pocas las mujeres en los cargos públicos.
Las mujeres del PAN exigimos que
haya mitad de mujeres y
mitad de hombres en los cargos públicos, y que se sancione a quien no cumple.
Un diputado panista refuta:
—Pero
las mujeres no están preparadas, van a cometer muchos errores,
Elenita.
—Afortunadamente, señor diputado traigo aquí un estudio
del nivel académico de las diputadas de nuestro Partido. Todas
ellas tienen licenciatura, unas han
cursado su maestría y hay un doctorado.
En el caso de los hombres lamento decirle que
hay unos pocos licenciados y
algunos ni siquiera terminaron la preparatoria. Nadie tiene doctorado. Pero como
los hombres son mayoría, estamos viviendo con sus leyes.
—Las
mujeres van a dar notas desagradables, nos van a avergonzar –se defiende otro.
—Al
igual que las dan los varones, señor, y
vaya que si nos avergüenzan –dice María Elena.
Ella
sabe que se tiene que comenzar por los Comités Estatales que están dirigidos por hombres, son ellos los que
tienen el poder y son los que deciden quienes son los candidatos. Muchos de ellos escogen a la novia o a quien va a obedecerles.
Por esos días
se establece la Cuota de Género
60/40 en el COFIPE de forma obligatoria. Es un buen paso.
Elena
nunca olvida la cuestión editorial en el Partido, ahora recopila las fotos con
los momentos más importantes del Partido y arma un libro que nombra Historia
Gráfica del PAN.
Diputada Presidente
Con la salida de Jorge Zermeño Infante, María Elena se
convierte en la presidenta de la Mesa
Directiva de la Cámara de Diputados para
el primer año de la Legislatura. Ella hace el siguiente juramento:
"Protesto
guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y desempeñar el cargo de presidente de la Mesa
Directiva durante el año 2006 del
ejercicio de la LX Legislatura, si no lo hiciere que la Nación me lo
demande".
De
hoy en adelante para dirigirse a
ella la llaman diputada presidente. Luego toma protesta a los demás
integrantes de la Mesa Directiva, y en algunos casos a los diputados o diputadas
suplentes. Ahora su obligación es abrir la sesión,
dar la orden para la Lectura del Día,
guiar a quinientos diputados, hacer guardar el orden y clausurar:
—Lo
más importante es garantizar que en las leyes que aquí se promulguen se
represente al pueblo, si ustedes tienen una opinión personal la pueden externar
fuera del Pleno, aquí se viene a representar a los ciudadanos y a respetar la Constitución.
Ella
con el apoyo de los demás miembros de la Mesa Directiva puede
convocar a sesiones ordinarias y modificar el reglamento de la Cámara. El cargo
tiene una duración de un año. También representa a
la Cámara en el exterior. En el ámbito parlamentario se ha reunido con José Luis rodríguez Zapatero de España y
Néstor Kirchner de Argentina en visitas oficiales, con el fin de contribuir a las buenas. relaciones.
Lo
que más interesa a María Elena es el correcto reparto de los
recursos del Congreso, para eso reúne un
grupo de trabajo y solicita que juntos creen un código de ética parlamentaria, parecido al que ella misma hizo en los tiempos de Fox
Quesada. Durante estas intensas
reuniones del grupo se realizan veinte y siete propuestas de las cuales se logran algunas iniciativas
como por ejemplo sancionar las ausencias
de los diputados en las comisiones y obligar a los congresistas a permanecer en el salón de sesiones.
El fuero es vergonzoso
En
la reforma que María Elena hace para mejorar la ética en la política sugiere
quitarle el fuero constitucional a los
servidores públicos, privilegio que exime de ser detenido o preso a los diputados, senadores, ministros de la
Suprema Corte, los secretarios del despacho y el procurador general de la República. La mayoría de las veces el fuero sólo ha servido para avergonzarlos.
Si un diputado o senador comete un fraude debe ser castigado, incluso peor que
cualquier delincuente, puesto que ha
burlado la fe de los ciudadanos, piensa ella. También se ha reunido con un
jurista de la UNAM y él le ha dicho que
artículos de la Ley deberían modificarse
respecto a esto.
Vine a saludarte
En
los tres hogares de la calle Chilapa, en la Delegación Tlalpan, todos se levantan muy
temprano y se movilizan a sus trabajos o escuelas, al igual que los millones de
mexiquenses y defeños que hacen del centro del país un lugar tan próspero;
cuando María Elena casi va de salida se le presenta Abe, uno de sus nietos que
vive abajo.
—¿Qué
haces por aquí tan temprano? —le
pregunta la abuela con cariño.
—Pasé
a saludarte antes de ir a la escuela –le contesta el pequeño y se lanza a sus
brazos.
Con
esas muestras de cariño ella se va a su trabajo, y concluye , en definitivo, que lo más importante
en la vida es el dar. Dar cariño,
servicio, trabajo, fe, aceptación. Dar como la tierra que siempre da y los
niños que siempre están dispuestos al abrazo. Y es que ella observa que hay un gran
padecimiento en los Partidos: el
egoísmo. La falta de apertura a las ideas de
los contrarios. Hay algunos diputados
panistas que se cierran a las propuestas de otros Partidos sólo por venganza,
olvidando que son mediadores, servidores públicos.
Aprender de otros
María
Elena aprende de cada suceso propio y de los demás; ahora se ha enterado de que la Asamblea Legislativa del D. F. Con mayoría perredista autorizó el
matrimonio homosexual. Ella recuerda
que en la legislación pasada cuando los panistas eran mayoría pudieron aprobar las Sociedades
de Convivencia, que pretendía ser la unión legal entre personas del mismo sexo, con
la intención de que la pareja pueda acceder a los derechos legales del otro. Pero
los del PAN no lo hicieron.
Ella
tuvo la oportunidad de estudiar este caso: primero se citó a un siquiatra quien les explicó con términos científicos sobre
la genética y lo aprendido en el hogar que deriva en homosexualismo, luego, ante un nutrido grupo de diputados panistas, un líder de los gays narra su tormentosa
experiencia cuando sus padres lo encuentran galanteando a un jovencito y lo
encierran por un largo mes; en adelante, él relata, que trató de reprimir sus inclinaciones, pero con el
tiempo decidió vivir su propia vida,
buscar la aceptación social
y terminó como el líder de estos
grupos.
—Sólo
somos seres humanos, tenemos derechos —dice
con humildad—. Y necesitamos ser protegidos por la Ley.
Finalmente, él
comenta que es muy difícil que los homosexuales mantengan relaciones largas por lo que
las Sociedades de Convivencia le parecen muy apropiadas.
—El
matrimonio no es para nosotros –agrega.
María Elena lamenta que los diputados panistas
de la Asamblea del D.F. en la administración pasada dejaran ir esta oportunidad
de formar las Sociedades de Convivencia, pues dicho por el propio líder de las asociaciones de
homosexuales: el matrimonio no es para nosotros.
Ahora,
en esta nueva Legislatura los del
PRD son mayoría y de inmediato aprueban
el matrimonio entre el mismo sexo.
Esta
experiencia levanta las antenas de María Elena, es necesario estar abierto a escuchar la
verdadera necesidad de la comunidad, sin egoísmos partidistas.
—Algunos
ignoran que nuestro trabajo es representar al pueblo. El bien común es lo que
importa –dice a sus compañeros legisladores—.
Hubiera sido mejor las Sociedades de Convivencia.
XV
Una
vida plena, una mujer total
El cambio en la mujer no es sólo cuestión
de leyes, sino
de conciencia y actitud.
María Elena Álvarez Bernal
Abuela orgullosa
En
el 2007 en la casa Vicencio Álvarez no se sabe quién está más orgulloso, si la mamá
de sus hijos o ellos de su madre. Felipe, Tere, Cecilia, Abel y Armando son
un orgullo para María Elena; y sus
trece nietos, un deleite. La mejor cosa que le ha sucedido a esta mujer vital
es ver crecer a estos niños, quienes de
cariño la llaman Abi. En Navidad todavía
los espera con una pijama de regalo para los más pequeños; los grandes ya no
arman casas de campaña, pero conviven con sus primos, felices de pertenecer a
esta tribu, con problemas iguales a los
que enfrentan todas las familias del
mundo, pero muy unida gracias a la abuela. Y aunque ya no organiza pastorelas, el dulce sabor del
recuerdo llena los corazones de los adultos.
Santiago
y Alejandra, los hijos de Teresita que vivían en Tijuana se han venido a residir
a México porque su mamá está a cargo del Palacio de Bellas Artes, el soberbio
edificio porfiriano con pisos de mármol negro, emblema de la cultura en la Ciudad
de México. Las tres hijas de Felipe la visitan lo más frecuente que
pueden y ahora con la enfermedad de su papá están más unidas que nunca a los
Vicencio. Los hijos de María Cecilia, que
viven al final del jardín, de la casa que Abel construyó para María Elena en Tlalpan, son tres
varones: el mayor estudia Medicina y piensa especializarse en Otorrinolaringología; el
segundo, Bernardo, quien de pequeño no quería comer porque se ponía lolito, lo becaron un semestre en Europa y quiere ser actuario;
y el más pequeño, Rodrigo, es un chico bohemio que le gusta la música, desea ser pianista y
sueña con dirigir una orquesta.
Abe, es hijo de Abel, es
el tercer Abel Vicencio en la familia, dice que quiere estudiar Ciencias
Políticas como la abuela. Su hermana
mayor María Fernanda, estudia Arte y
le gusta el dibujo y la pintura. Los hijos de Armando son los más pequeños,
ninguno de estos niños conoció al abuelo, ya pasó más de una década desde que
el patriarca de la familia falleció, Pedro es el mayor, le sigue Marcos, quien
esperaba a la abuela para jugar después de que ella intentara salvar a la Patria,
y Alonsito, el más pequeño de todos que
está en jardín de niños. Todos los nietos
mayores de María Elena son dedicados y estudiosos.
Los hijos de Mari
María Elena vive
sola, pero muy acompañada, abajo vive Armando, a un lado Cecilia, y siempre tiene una recamara lista por si le
llega visita: un hermano que viene de Estados Unidos, amigos de los hijos, sobrinos,
compañeros de la política, familiares de su nuera:
—Lo
bueno de ser abuela es que tengo el doble de nietos que de hijos y así se
amplió mi familia. Estos niños se parecen tanto a los míos cuando tenían esa
edad que los disfruto mucho— dice a sus
nueras y yernos, por quienes siente un cariño de madre.
Y es que es muy
satisfactorio para María Elena ver que sus hijos son, ahora, unos padres
excelentes. Está segura de que son mejores de como fue ella, de algo sirvió que hayan sido parte de la práctica de
los cursos de Modificación de la Conducta y la teoría del Condicionamiento de
Skinner.
Mari, la hija de
Máxima, sigue viniendo a limpiar; vive muy
cerca, además, sus niños han estudiado en el Colegio la Paz, becados por la
escuela. Ellos la siguen llamando Abi y la visitan a menudo.
Secretaria de Inmujeres
En
2009, María Elena termina su diputación en la Cámara y la nombran, de nuevo,
Secretaria de Inmujeres. En estos días se edita una serie de
Cuadernos de Trabajo que presentan una investigación sobre la influencia que
tienen los programas del Instituto en las féminas de todo el país. Por medio de
internet se ponen a disposición del
público interesado las investigaciones y trabajos realizados para contribuir a
la igualdad entre mujeres y hombres: La Disminución de las Líneas de Pobreza, La
Perspectiva de Género en la Administración Pública Federal, Los Diagnósticos Sobre
la Equidad de Género, La Evaluación de las Medidas Aplicadas Contra la Violencia;
entre muchos otros. Más de cincuenta cuadernos que presentan un panorama
general de lo que Inmujeres hace.
Incluso un texto sobre la inequidad que hay para que la mujer obtenga créditos para casa;
y el cuaderno donde se muestra el fondo para el financiamiento de negocios de
las mujeres indígenas.
Las matemáticas son de hombres
También
se ha hecho un estudio acerca de la creencia social de que las matemáticas son
más fáciles para los hombres. El resultado de este estudio fue que la sociedad
mexicana es víctima de comportamientos y actitudes aprendidas; los maestros y padres
de familia ejercemos la educación con prejuicio de género limitando así las expectativas de ciertas materias para el
hombre y otras para la mujer, cosa que
afecta sus habilidades, sus destrezas y temperamento. Sentenciar que la lectura
y las materias de relación son más fáciles para las chicas, mientras la ciencia
y las matemáticas lo son para los jóvenes,
impide su desarrollo e independencia.
No están
ansiosas
El
avance de la participación de la mujer en todos los aspectos de la
administración pública es muy lento, y en
cuestiones legislativas se
acrecienta; María Elena se da cuenta que las Cuotas de Género, por las que
tanto ha luchado, no son el
factor decisivo para garantizar la equidad de sexos en la Cámara sino que
únicamente la facilitan; sirven para mejorar la situación inicial de las
mujeres, pero no por ello las féminas se lanzan ansiosas a ocupar estos cargos
o a luchar por ellos. Y aunque el establecimiento de la Cuotas es para obligar
a la parte masculina a respetar el derecho de la mujer a postularse, ninguno de
los principales Partidos políticos ha cubierto
la cuota mínima de 30% de mujeres ya elegidas que cubran las curules
parlamentarias; mucho menos llegar al 40%.
Esto ha sucedido, en parte, por algunas trabas que los mismos Partidos
han puesto, como establecer suplentes varones en las candidaturas femeninas, y en otra, por la falta de entusiasmo de las
mexicanas. Un estudio hecho en el mismo
Congreso de la Unión por el Centro de
Estudios para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad de Género, Ceameg, muestra
que las mujeres en los Congresos Estatales son minoría; y en el caso de Chiapas
y Zacatecas la presencia de mujeres por el principio de mayoría relativa o
elecciones es inferior al 6%. No se diga
Nayarit donde la participación de las damas es ínfima.
80 intensos años
En
octubre del 2010, María Elena cumple 80 años. La sabiduría de la edad le ha
susurrado al oído que lo único seguro en la vida es el cambio. De la
misma manera que en su rostro se
muestra el avance de la edad, el corazón se le volvió más compasivo y la mente
más audaz. Es una mujer con suerte, ha tenido escasas enfermedades. En el camino se quedaron Noni, su hermano Enrique,
su padre, Abel, su madre, su amiga
Carmen Lozada. Hoy sus cinco hijos están
a su lado y sus trece nietos están sanos y son estudiosos. Qué más puede pedir
una madre. Aunque vive sola, nunca lo
está, y por las noches siempre le
acompaña un libro de política, de ética
o alguna novela que le ayuda a
entender la peculiaridad
de los mexicanos: Los de Abajo, La Sombra del Caudillo, Noticias del
Imperio, El Águila y la Serpiente, Memorias de Pancho Villa. Ella no puede desprenderse
de lo que le atañe: México y su andar político.
Para festejar su venturoso
cumpleaños sus hijos le organizan una fiesta especial que comienza con una misa
en la capilla de los Misioneros del Espíritu Santo. Frente al altar ella da
gracias a Dios mientras tomados de la mano sus cinco hijos y sus trece nietos entonan los cantos que Felipe
compuso para la Iglesia hace ya muchos años. Más tarde en la magna Hacienda de Tlalpan, una antigua casona
mexicana, con arcos de cantera que dan al jardín, van llegando los invitados. En primera fila
están sus antiguas amigas de Acción Católica y sus
eternos compañeros del PAN, entre ellos Felipe Calderón Hinojosa, el presidente
actual de la República y Margarita Zavala, amigos personales, muy queridos.
Luego todos sus hermanos; incluso, aquel
joven rebelde que se escapara de casa antes de los quince años, y que ya no tiene nada de joven, viene desde
Estados Unidos donde reside, a darle su abrazo de cumpleaños. También acuden los familiares de su esposo fallecido, los
amigos de sus hijos y de sus nietos, sus múltiples sobrinos. Se sirve la comida en tres tiempos, el plato principal es
pollo a la crema y al final un
exquisito flan de fresa. A lo largo de
la tarde se escuchan los boleros que más
le gustan y el momento se convierte en un
recuento de anécdotas, desde
sus aventuras arriba del naranjo en Zamora, Michoacán, hasta ser
presidenta de la Mesa Directiva en el Congreso.
Hay risas y llantos, materia de
la que está hecha la vida de una mujer plena como la de María Elena.
Presidenta de Inmujeres
La titular de Inmujeres,
Rocío García Gaytán, se retira antes de concluir su mandato y en 2012, María Elena,
es nombrada presidenta del Instituto. Ella continúa con el
programa ya establecido y se entera con alegría que a nivel internacional,
México, se convierte en uno de los países de Latinoamérica con mayores
adelantos en equidad y género. Ya hace más de una década que se formó el Instituto
y para ella uno de sus grandes logros es haber sacado a la luz pública la
violencia intrafamiliar y llamarla por su nombre:
—Era muy penoso
para las mujeres aceptar que la padecían y la mayoría la negaba y ocultaba como
un secreto que dolía, afectando a la familia y exponiendo a los hijos a
repetirla en su vida adulta. La línea telefónica para denunciar y pedir ayuda
en caso de violencia fue el inicio –recuerda con orgullo.
Y como no
enorgullecerse si en cada Estado ya está instalado el Instituto de la Mujer y
cuenta con un presupuesto establecido para que promueva la igualdad. Ella sólo
pide a Dios que los dineros sean bien utilizados por sus congéneres en
beneficio de ellas mismas.
México es Colombia
Este
es el último año de la presidencia de Felipe Calderón. Él fue su compañero de diputación, hermano de
Partido, ella lo vio crecer y formarse en el PAN. Ahora termina su mandato, hay
estabilidad económica en el país y , las reservas internacionales experimentan
un crecimiento máximo histórico de 163, 000 millones de dólares,
aproximadamente. Sin embargo el gran
enemigo de México es la prensa, porque no hace alusión a la ausencia de
inflación o a la persistencia y éxito de
los programas sino a la dolorosa situación de la narco violencia. Felipe
Calderón ha través de su sexenio toma el toro por los cuernos, se enfrenta al
narcotráfico, y destapa la caja de pandora. Los cárteles de la droga resultan
ser organizaciones bien estructuradas con base en el dinero y el miedo, en
donde está, perfectamente integrada, la policía. Los enfrentamientos, las
detenciones, las venganzas entre narcotraficantes y el surgimiento de
nuevos líderes dejan un río de hombres abatidos por todo el país. La prensa,
eternamente antagonista al panismo, denigra los logros de la Presidencia y con ello confunde al ciudadano medio, informándole
lo que causa más sensación, y dejándolo asumir,
con óptica miope, que el país ha caído en la desgracia. La corrupción policiaca queda expuesta, y en
muchos estados, ante la ausencia de la Ley, la delincuencia se duplica: cualquiera
se vuelve malhechor. El secuestro y la extorsión, actos tan agudos, se vuelven
costumbre diaria. México es la Colombia de los años ochenta. La estabilidad económica que se vive se opaca
por el cáncer social de la transgresión.
Octava campaña presidencial
Para
María Elena esta es la octava campaña en
la que participa para elegir Presidente de México. Todo empezó aquella primavera de 1958 con Luis
Álvarez desafiando al PRI, recuerda ella,
y sólo una vez su Partido no presentó
candidato. Su vida no hubiera sido tan atrayente
sin el PAN. De nuevo se suma a la campaña.
Para la elección interna participan Ernesto
Cordero Arroyo, Santiago Creel Miranda y
al fin una mujer, Josefina Vázquez Mota. Todos con impresionantes currículos y
experiencia en la Administración Pública. María Elena está contenta, el que
haya una candidata mujer habla bien del trabajo que se ha hecho en crear
líderes femeninas.
El
5 de febrero del 2012 se realiza la primera vuelta y
Josefina obtiene el 54% de los votos contra Ernesto Cordero que queda en el 40. Santiago Creel obtiene el 6%. No se necesita una segunda vuelta. María Elena
siente que esta es la culminación del feroz trabajo de tantas parlamentarias, sin distinción de Partido, pero sí del mismo sexo. Ella se siente orgullosa; lo mucho que hizo por la mujer da resultados. Es una
fortuna que haya sucedido en su Partido.
Duda y misoginia
Después
del júbilo por el triunfo interno, algunas personalidades de Acción Nacional
reaccionan con pesimismo. Dudan de que México, donde prevalece el machismo,
esté preparado para ser gobernado por una mujer. En las féminas hay entusiasmo y esperanza, pero
muchos varones de Acción Nacional bajan la guardia, no cooperan, no les interesa
que los gobierne una mujer. Los expertos
dicen que no hay entusiasmo porque es una candidatura femenina:
—¿Y cómo no van a
decirlo si no hay aceptación ni siquiera en las propias filas panistas?— dice María Elena, disgustada.
El
equipo de Josefina no sabe si presentarla como gobernante, con características
propias de su condición de mujer o como otro candidato cualquiera. Demasiada duda y misoginia. Su lema no prende,
no dice nada, no atrapa; luego cambian la estrategia y tampoco resulta. Hay errores de logística y
no se percibe un PAN unido y dispuesto a dar todo por el triunfo, como sucedió en
la lucha de Fox Quesada y Calderón Hinojosa. Los grandes logros del PAN, como
la estabilidad económica, razón por la
cual los chicos de doce años desconocen la inflación, no se muestra a una
ciudadanía que cree que los periódicos
son honestos y la televisión es Dios.
El hombre de la Biblia En la Feria del
Libro de Guadalajara, la más prestigiosa de América Latina, Enrique Peña Nieto,
un hombre de facciones armoniosas y verbo vacío, afirma con desfachatez que lo único
que ha leído es una parte de la Biblia, mientras, Josefina, su rival en
la contienda presidencial es una probada
escritora. México, un mosaico de individuos
heterogéneos, está más interesado
en la mujer que acompaña al candidato priista por su historial televisivo que
en hacer un análisis de su situación
económica y política; nadie recuerda la devaluación y la inflación. El año de Hidalgo: es tonto el que deje algo,
frase tan usada al final de los sexenios del PRI, está en desuso gracias al
PAN, pero pocos lo recuerdan.
Josefina
Vázquez Mota íntegra, culta, una pieza
de honorabilidad, es expuesta
negativamente ante la prensa por su
adversario panista, y la gente se hace
bolas. Los patos le tiran a las escopetas.
El
voto que se esperaba de las damas a su congénere, no se da: la misoginia también
es cuestión de féminas; algunas ignoran que
la derrota de una mujer es pérdida de todas.
El primer domingo de julio del año 2012 gana
Enrique Peña Nieto la Presidencia. El PRI regresa a gobernar.
María
Elena llora, en verdad que ha sido larga su vida, no sólo vio llegar al PAN a
la Presidencia, también lo vio salir. Es doloroso. Con tristeza asume que, al
fin y al cabo, esto se llama alternancia política. Con esa perspectiva trata de
consolarse.
El fugaz milagro de la vida
La
desventura continúa en la vida de María Elena. Ella recuerda
con nostalgia aquella joven de dieciséis años que quería entrar al convento y convertirse en monja para
ayudar a
los que sufren en su dolor y consolarlos. Soñaba que
les hablaba sobre el amor de Dios que todo lo puede, que la gloria está después de la vida, que el
sufrimiento es pasajero. La desolación parecía tan lejana. Ahora la realidad la
golpea, el dolor la anula, Poliche, Felipe de Jesús, su hijo mayor que lucha desde hace años
contra su enfermedad, fallece una cálida mañana del 12 de octubre del 2012 rodeado de su familia. Él, cae en pie de guerra igual que su padre:
—Todavía
hace una semana dio clases —comentan los
maestros del ITESO.
Cincuenta
y dos cortos años: el prodigio de la vida es tan fugaz.
Sus compañeros de trabajo en la Secretaría de Desarrollo Social, donde
laboraba, le han dado el pésame a María
Elena, compungidos, tristes. Alrededor
del féretro, sus colegas en Acción
Nacional y sus compañeros de Amedi, la asociación de la que fuera fundador, le han hecho valla para decirle adiós y compartir el dolor de la
familia. Toda la rama que procede de los
Vicencio Tovar y los Álvarez Bernal se
despiden de un hermano, un primo y un sobrino excepcional.
El
comunicado de Acción Nacional dice que
fue un líder, un dirigente honesto, un militante amigo, un ser humano que
luchó con la frente en alto. Felipe
Calderón a punto de entregar la Presidencia
de la República a su sucesor, acude a darle un cálido abrazo a María Elena, su
compañera de guerra en la Cámara y en el
Partido.
Pérdida sin nombre
Cuando
Abel falleció, María Elena padeció su
pena y pasó a ser su viuda, pero ahora
que Felipe de Jesús abandona la
existencia terrenal, su pesar no tiene nombre, no hay sustantivo para nombrar a
una madre que ve a su hijo expirar.
Se
refugia en su acogedora casa en Tlalpan,
donde ir de la cocina a la biblioteca
le cuesta unos cuantos pasos, otros tres y se sienta frente a su computadora
a desahogar su genio de articulista de crítica política; en el centro está una sencilla
mesa de centro donde mandó colocar las medallas de los aniversarios del PAN y las
cubrió con vidrio; a un lado, en una urna en la pared, están las dos banderas,
la nacional y la del PAN, que cubrieron el
ataúd de Abel. A veces las
observa, sonríe y llora: la vida le ha dado y le ha quitado. Su conciencia
emocional tan evolucionada y la
sabiduría de la edad, le susurran al oído que vive y ha vivido una existencia
plena, que es la protagonista de una gruesa novela con alegrías y llantos y que no le quedan muchos años para disfrutar la
salida del sol y la algarabía de los nietos.
Guardado
el luto escucha de nuevo la Quinta Sinfonía de Beethoven, Claro de Luna y los
valses que le gustan, que le alegran el día y le ayudan a concentrarse en sus
escritos. Con frecuencia habla por teléfono con Blanca Magrassi de Álvarez hasta
Chihuahua, su mejor amiga, o la visita en su departamento si es que ella se
encuentra en la Ciudad de México. Por las tardes, en la sobremesa recuerda a Isabel Salas,
Jovita Granados, a Gabi Landerreche, a Celia de Hernández Díaz; todas
luchadoras políticas, compañeras de camino, hermanas del alma.
Viaje a Europa
Ahora
que Armando está en Europa porque ha
sido nombrado agregado legal para la Unión Europea y después de los tristes
días que han pasado, la familia se organiza
para visitarlo en Madrid. Los nietos han
trabajado para comprar sus vuelos; María Elena junta puntos en su tarjeta de
crédito y obtiene su boleto casi gratis.
Ella intenta, antes de irse, entregar su cargo de presidenta de Inmujeres a la nueva titular, emanada del gabinete de Enrique Peña Nieto, pero los
nuevos administradores del Gobierno no
se organizan. María Elena se va de asueto, pasa la Navidad en España,
regresa, y todavía continúa en su cargo porque la nueva presidenta necesita apoyo, y esta mujercita,
de cuerpo menudo pero de alma grande, se apresta a proporcionárselo.
Al fin, en febrero del 2013 deja el cargo en Inmujeres.
Este es el instituto que una vez soñara junto a tantas legisladoras de todos
los Partidos desde que regresaron de Beijing. En 1996, en China, se les abrió
la mente y entendieron que todas las relaciones entre los hombres y las mujeres
tenían que ser revaloradas desde una visión diferente: la perspectiva de género. Ahí comprendieron
que los derechos y obligaciones son iguales
para hombres y mujeres y que México se
estaba quedando muy atrás.
Al decirle adiós a Inmujeres no puede evitar
darle una bendición y desearle que sirva para lo que fue creado, ahora que ganó el PRI.
Quince mil libros
Alternativa
Democrática, el texto que presentara al término de su licenciatura de Ciencias Políticas
en la UNAM ya tiene siete ediciones:
quince mil ejemplares. Ella donó este texto al PAN y es muy satisfactorio
saber que sigue leyéndose. Luego se entera que su libro Ética en la Política,
que escribió como tesis de su doctorado, editado primero por Inmujeres
y luego por Conaculta, se ha agotado porque se está utilizando como
libro de estudio para las nuevas generaciones. Que su trabajo de investigación
dé pie a otros tantos análisis, y a
crear criterios más acertados sobre la política en México, le da orgullo.
Otra
gran noticia que recibe en esos días es que
en la LXII Legislatura, que comienza en septiembre del 2012, la ocupación de
mujeres en cargos de elección popular a nivel federal para la Cámara de Diputados
es de más del 36%, el mayor porcentaje
en la historia del Congreso Federal.
Especialización en Derecho Constitucional
María
Elena sabe que un cerebro activo es
salud, para 2013 y a sus ochenta y tres años se inscribe para tomar la Especialización de Derecho Constitucional.
Ahora unos gruesos libros de leyes
invaden su estudio. En la escuela se encuentra que muchos de sus
maestros juristas ayudaron a conformar
algunas iniciativas que ella misma promovió y se entera de cómo las
estructuraron. Su tesis de especialización
es La Desigualdad entre Mujeres y Hombres y la Legislación Mexicana.
En el ir y venir de estos nuevos estudios y
mientras se merienda una campechana con café,
de rapidito, para sentarse lo más
pronto posible frente a su computadora, entiende lo que sus hijos le dijeron
por mucho tiempo: que es adicta al trabajo. Se levanta a las seis de la mañana
y se va a la cama casi a las once. Jamás
toma una siesta. Sus descendientes no le
alcanzan el ritmo:
—Sigues
siendo la más vital de la familia –le dice Teresita.
Y
esto a pesar de que cuenta los días que
Felipe de Jesús y Abel llevan en el seno eterno. Pero su dolor no la
paraliza, lo acepta y sigue activa con sus escritos. En el libro
Hay Mujeres para Rato 60/40 en 600, que
publica la Secretaría de Promoción
Política de la Mujer, coordinado por Guadalupe Suárez, y que incluye
comentarios de personalidades de todos los Partidos para festejar
el sesenta aniversario del voto femenino, es invitada a colaborar con su
opinión, ella dice al respecto:
"…A
la economía y a la política le urge la
otra mitad. Nuestro condicionamiento
cultural de inferioridad ha sido tan poderoso que creímos que la sumisión era
la realidad. Los varones han guiado la economía y la política con un sólo criterio:
el masculino".
Luego con motivo de estas seis décadas de
aniversario del voto femenino se reforma la Constitución y se establece la
paridad en candidaturas para diputadas federales.
Cámara de Diputados, corrupta
Activa
como siempre, deseando que mejore México, ha entregado al PAN un anteproyecto: Reformas
a la Ley Orgánica de la Cámara de Diputados. Este organismo es considerado
entre las instituciones con más altos
niveles de corrupción en México y con escasa trasparencia en el uso de su presupuesto,
por eso ella desea que los diputados actuales promuevan estos cambios.
En esta Reforma ella pide que se eliminen las
modificaciones que cada tres años se hacen a las oficinas de los legisladores.
La distribución de los espacios para los diputados está hecha por Partidos, y los
resultados electorales de cada trienio
demandan cambios según el número de escaños obtenidos por los ganadores, por esta razón se levantan
y se tiran muros, se cierran puertas y se abren ventanas resultando un alto
costo. Ante esta realidad, ella propone
quinientas oficinas iguales, con todas las comodidades, espacio para dos asistentes, una secretaria, un escritorio, librero, televisión, baño y
mesa de juntas. De esta manera todos los
diputados serían tratados de igual manera sin importar el Partido del que
provienen.
María Elena
también propone en este texto que si ya el legislador tiene una oficina para la
diputación, que ya no se le otorgue otra, si es que ostenta algún cargo como
el de vicepresidente, secretario de la
mesa directiva, coordinador de Partido, o encargado de alguna comisión, y por supuesto que no se pague sobresueldo
por estos oficios, ya el pueblo paga suficiente cubriendo los salarios de
quinientas diputaciones.
—Si
todas las oficinas son iguales, dignas y funcionales y si cada diputado tiene
tres personas de apoyo, que use esto para todo tipo de cargo. Hay que promover
que el legislador realice su vocación de servicio —opina María Elena frente a los
diputados de Acción Nacional.
Además,
ella sugiere en este proyecto, que haya una sola administración para todo el Congreso,
que la Tesorería General ya no reparta a los grupos parlamentarios el presupuesto porque se dificulta la
trasparencia y se presta a malos manejos.
No debe haber territorio ni presupuesto especial para cada Partido,
sino igualdad y unidad. Y que ya no se
formen nuevas comisiones, porque una nueva comisión implica sobresueldo al diputado encargado,
otra secretaria, un chofer con automóvil
más y un presupuesto libre. No se necesitan más comisiones, sino trabajar bien
en las que ya existen.
Primera mujer en dirigir Acción Nacional
Una
mañana del 2014, María Elena, se levanta
y mira el sol más luminoso que
nunca, la jacaranda y el enorme pino que rodean su casa parece que vibran,
desde que cumplió ochenta años, cada mañana le parece un regalo; pero en este
día se ha puesto especialmente feliz por las nuevas noticias, la primera es que
Cecilia Guadalupe Romero gobierna el Partido convirtiéndose en la primera mujer
en dirigir a Acción Nacional; pequeños
pasos, pero constantes para llegar a la meta, es todo lo que necesitamos las
mujeres, medita María Elena. La segunda es que la Reforma Electoral, que ya
estableció la paridad del 50/50, igual
número de candidatas y candidatos electorales, ahora señala que propietarias y suplentes sean mujeres, sin excepción, bajo cualquier método de elección interna
dentro de los Partidos.
—Falta
ver cómo le hará cada Partido para la selección de candidatas y si lo harán
democráticamente o por voto directo. Lo bueno es que tienen que cumplir con el
50/50 que exige la ley. Ahora a esperar que ganen las elecciones –comenta María Elena a sus compañeras de Partido.
Por esos días María Elena escribe La Mujer
Gobierna y Gobierna Bien, una serie de artículos que publica La Nación, donde describe los
ejemplos de Ana Rosa Payan en Mérida,
que planteó un desarrollo urbano para su ciudad en el siglo XXI, y Margarita
Alicia Arellanes, alcaldesa de Monterrey,
Nuevo León, entre algunas otras.
Que el PAN tenga algo bueno que decir de sus mujeres, es lo que ella
desea; dice al respecto:
—Ahora
es reto de las mujeres cambiar al país. Yo si creo que va a haber variaciones
importantes, tengo mis esperanzas en ello,
porque la mujer es dadora de vida, generosa como la tierra, solidaria. ¿Recuerdas
a Florentina Villalobos? fue la primera
diputada panista, la misma que propuso la iniciativa de que también las mujeres
debían ser notarias; en esos tiempos la ley exigía que sólo los hombres podían
serlo. Hace ya tantos años de eso, cuánto dura la evolución de la civilidad –comenta
exaltada, a la autora de este texto.
En cuestiones familiares la segunda
hija de Felipe, Aranzazú Vicencio Huerta, se casa. Con toda la nueva tecnología
que los jóvenes de la familia manejan
con destreza y facilidad, le ponen la voz de Felipe de Jesús al salmo de la
misa de boda; es el mismo canto que él compusiera para el casamiento de su hermana Cecilia. María
Elena disfruta mucho escuchar su voz. Seres como Felipe trascienden, y se
conservan en el amplio recuerdo de la familia que lo amó. Su hijo fue, simplemente, una bendición. Qué
feliz fue aquellos primeros años de su matrimonio y de su maternidad, qué llena
de energía estaba, qué joven era, qué hermosa es la vida.
María Elena 2015
Los
objetivos para María Elena en este año que cumple ochenta y cinco, es terminar su tesis de la Especialidad en
Derecho Constitucional que está cursando, y también pulir su escritura. Ella quiere
perfeccionar sus ensayos políticos y aprender, además, a describir
eventos o paisajes como los grandes novelistas.
—Quiero
mejorar mis armas literarias –dice.
Ya
tiene echado el ojo a unos cursos en la UNAM.
Su yerno, el esposo de Tere, que es escritor de novela, le da algunos tips:
—Lea
dos veces el mismo libro: la primera por placer y la segunda con razonamiento. Porque
en la primera lo que queremos es agotar la trama y en la segunda razonamos lo escrito y
aprendemos de ello.
Elena
ha leído tantos libros de Administración Pública y Leyes que no le ha quedado tiempo para
profundizar en la historia de otros países.
La novela histórica es una forma
fácil de entender lo que sucedió en distintas naciones y ahora que uno
de sus hijos le regaló el libro electrónico, le ha pedido que le instale
algunas novelas de este género literario.
Con
júbilo escribe un artículo sobre el Himno Nacional en la revista Acción
Católica, aquella asociación a la que
entró cuando tenía quince años todavía existe. La revista es la más antigua de
México, se escribe para las mujeres mayores de treinta y cinco años; se
distribuyen hasta ocho mil ejemplares en las parroquias.
Bisabuela muy activa
Hay
muchas novedades en la vida de María
Elena, ya pronto va a ser bisabuela.
Sumarán catorce sus descendientes. El
pequeño nacerá en Italia. Ella espera que, como todas las mujeres Vicencio, su
nieta y próxima madre, sepa armonizar su
profesión de arquitecta y el cuidado de la familia.
En
política sigue activa. En Acción Nacional la solicitan para la elección interna
del presidente del Partido; y como
editorialista, hay mucho que opinar en estos días, sobre todo porque en estas
últimas elecciones han surgido los
candidatos independientes como un castigo a los malos gobiernos, panistas, perredistas o priistas, ella escribe
en La Crónica, en el mes de mayo:
"…Cada
vez es mayor el número de ciudadanos que analizan el sentido de su voto y
escogen, no sólo al Partido, sino a las personas que éstos proponen, lo cual
nos habla de un aumento en la conciencia ciudadana, elemento indispensable en
un sistema democrático. Es esperanzador que el voto castigue a los Partidos
cuyos gobernantes no satisfagan a la ciudadanía".
Margarita
Zavala
La noticia que la tiene más animada en estos últimos días es
que Margarita Zavala de Calderón, compañera de Partido de toda la vida y amiga personal,
se ha lanzado para la elección
interna del PAN con miras a
contender por la Presidencia de la República.
Hace casi treinta años, Margarita, Blanca
Magrassi de Álvarez, un grupo de mujeres panistas y ella hicieron
un plantón frente a Los Pinos por el
fraude electoral de 1986 en el Estado de Chihuahua, cuando sólo un puñado de
locos, poquiteros del voto, como les llamaban, desafiaba al Partido dictador. Ellas son
viejas amigas de lucha. Margarita, significa para María Elena la representación
digna de la mujer en la política.
María
Elena escribe acerca de la nueva precandidata
un domingo de junio del 2015 en La Crónica:
"…Margarita
Zavala rompió paradigmas desde joven compitiendo por la jefatura de Acción Nacional Juvenil cuando todavía no era
muy bien visto que las mujeres ocuparan estos puestos. Como legisladora ha sido
cumplida y cabal, sin descuidar sus funciones de esposa y madre, actitud que
demuestra que se puede armonizar la familia y la profesión. Integra y dedicada
imparte clases de Derecho como medio para formar profesionistas responsables
con su país. Como esposa del Presidente pidió que le llamaran sólo Margarita
Zavala… y fue una discreta compañera que
gracias a eso hoy conoce el manejo de un país desde dentro. El PAN tiene con
ella un liderazgo benéfico. Las y los panistas debemos ignorar la falsa opinión
de que México está incapacitado para ser gobernado por una mujer. Congéneres, esta
es nuestra oportunidad".
Una dama en la política
María
Elena es una luchadora que no se acaba ni aunque se escriba su biografía. Ella
siempre ha estado en la búsqueda de justicia y mejora para el país y sus
mujeres; y en ese largo trajín vivió
una existencia plena, con logros y
derrotas. La vida le enseñó a punta de
experiencias, muchas de ellas dolorosas, que la evolución es constante,
que así como cambia el cuerpo, cambia la mente y el corazón, y hay que estar atentos para
que esta transformación sea avance y no retroceso. Tan llena ha sido la vida de esta dama en la política
que hoy le toca ver a una de sus más
queridas compañeras de Partido contender por tan alto rango como es la precandidatura por la Presidencia de la
República. Que fortuna de Margarita Zavala contar con la sabiduría de los años
de María Elena.
El
agradecimiento por los cambios que impulsó y la brecha que abrió no termina con
nosotras ni con nuestras hijas, es, simple y llanamente, infinito. Suerte también
de nosotras coincidir en esta vida con ella. Y como dice Cecilia Romero en el mensaje que nos
comparte al inicio de este texto: si es una cuestión sobre el tema de la mujer:
pregúntenle a María Elena.
Comentarios de la Autora
Armonizar familia
y profesión es el reto de este siglo para la mujer mexicana. Pertenezco a la generación intermedia, la que
estudió una profesión sin ejercerla con el pretexto de criar a los hijos, pero
después de escribir esta biografía, donde miré a María Elena desenvolverse en
un mundo de hombres, sé que fue miedo. Yo adolecía
de carácter para repartir quehaceres y armaba tanta guerra por pequeñeces
que desperdiciaba la energía que necesitaba para ejercer mi carrera; por esos
días la dependencia me limitaba, y la frustración me invadía. Fueron muchas las
ocasiones en que me cuestione, con malestar, si mi vida era un fracaso, sobre
todo cuando miraba a algunas de mis amigas salir temprano a sus oficinas, mientras
yo regaba plantas y preparaba comida para un hogar que intentaba mantener armonioso.
Sentía que vivía equivocada. Ser
profesionista y no ejercer me
cuestionaba. No sabía que la vida
se vive por etapas, que sentir esa envidia era inútil porque me iba a sobrar
tiempo para dedicarme a lo que quisiera, y cuando mis hijos crecieron, supe que
fue incorrecto sentirme frustrada, porque
dedicarme a ser ama de casa era perfecto y delicioso. De igual manera la mamá que ejerce su profesión
debe sentirse segura y feliz, porque estos sentimientos se emiten en el radar
familiar y crean autoestima.
Reconstruyendo
retazos de la vida de María Elena me di cuenta que sus grandes logros son a
partir de los sesenta años, edad en la
que el corazón se le engrandeció y la mente se le volvió más receptiva a las
necesidades de los demás. Su historia me muestra que no importa que los pasos
sean pequeños, mientras sean constantes.
Creo
que en nuestro mundo las personas estamos repartidas por vibraciones, y María Elena
y yo nos encontramos en la misma ondulación de justicia, honradez probada y servicio al próximo. Encontrarla ha sido para mí un volver a creer en muchas de las personas
que gobiernan México, reafirmar que para que haya cambios se necesitan leyes
correctas y, sobre todo, cumplir las que
ya existen.
Indiscutiblemente
nuestra ambición de igualdad nos hermana.
sgd
.
AMBICIÓN DE IGUALDAD
BIOGRAFÍA DE
María Elena Álvarez Bernal
Silvia González Delgado
BIOGRAFÍA DE
María Elena Álvarez Bernal
Silvia González Delgado
AMBICIÓN DE IGUALDAD
BIOGRAFÍA DE MARÍA ELENA ÁLVAREZ BERNAL Silvia González Delgado
Derechos reservados, 2016
Partido Acción Nacional
Av. Coyoacán 1546, colonia del Valle 03100, México DF
Fundación Rafael Preciado Hernández Ángel Urraza 812, colonia del Valle 03100, México DF
Fotografía de portada:
Archivo del Partido Acción Nacional, CEDISPAN.
La reproducción total o parcial no autorizada vulnera derechos reservados.
Cualquier uso de la presente obra debe ser previamente concertado.
IMPRESO EN MÉXICO
BIOGRAFÍA DE MARÍA ELENA ÁLVAREZ BERNAL Silvia González Delgado
Derechos reservados, 2016
Partido Acción Nacional
Av. Coyoacán 1546, colonia del Valle 03100, México DF
Fundación Rafael Preciado Hernández Ángel Urraza 812, colonia del Valle 03100, México DF
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La reproducción total o parcial no autorizada vulnera derechos reservados.
Cualquier uso de la presente obra debe ser previamente concertado.
IMPRESO EN MÉXICO
ÍNDICE
Presentación
Cecilia Romero Castillo 7
Prólogo 9 I. ¡Qué alegría, otra niña! 11 II. Las rimas de Bécquer 23 III. Miradas que se cruzan 35 IV. Soñar lo imposible, soñar 53 V. Ciencias Políticas 65 VI. Alternativa Democrática 73 VII. El nido vacío 81 VIII. La rueda de la vida 89 IX. Diputada 1994-1997 97 X. Senadora a favor de la mujer 107 XI. Palabras nuevas: alternancia política 119 XII. Iniciativa Inmujeres 127 XIII. Sexo y género 137 XIV. Fiel guardiana de la tribuna 145 XV. Una vida plena, una mujer total 164
Comentarios de la autora 180
Presentación
Cecilia Romero Castillo 7
Prólogo 9 I. ¡Qué alegría, otra niña! 11 II. Las rimas de Bécquer 23 III. Miradas que se cruzan 35 IV. Soñar lo imposible, soñar 53 V. Ciencias Políticas 65 VI. Alternativa Democrática 73 VII. El nido vacío 81 VIII. La rueda de la vida 89 IX. Diputada 1994-1997 97 X. Senadora a favor de la mujer 107 XI. Palabras nuevas: alternancia política 119 XII. Iniciativa Inmujeres 127 XIII. Sexo y género 137 XIV. Fiel guardiana de la tribuna 145 XV. Una vida plena, una mujer total 164
Comentarios de la autora 180
A las nuevas legisladoras de las cuotas de
género transitorias 50/50
PRESENTACIÓN
“Pregúntenle a María Elena”, era la respuesta clásica ante las dudas que se presentaban en
relación con el tema de la mujer. Todos sabíamos, en la LVI Legislatura, que ella escucharía
con cuidado el planteamiento que se le hiciera y estaría preparada para conducir la búsqueda
de una solución sensata a la, cada vez más, problemática lucha por la igualdad esencial entre
hombres y mujeres.
Conocí a María Elena al inicio de los ochenta, cuando, junto con Florentina Villalobos, impartió un curso de Introducción al PAN para un grupo de mujeres que recién llegábamos al Partido. Era la esposa del entonces jefe nacional, don Abel Vicencio Tovar. De entonces para acá –casi treinta años–, la he visto siempre presente, activa y dispuesta. Hay rasgos en María Elena que marcan su personalidad y que han dejado huella. En esta semblanza se presentan muchos de ellos; anoto algunos de los que personalmente admiro.
Presente: no recuerdo una reunión de Comité Nacional, Consejo, Convención o Asamblea, en la que ella no participe. Puntual, disciplinada, colaboradora, con aportaciones atinadas y prudentes.
Militante: María Elena asiste a todas las reuniones a las que se le invite. Puede ser la Delegacional de Tlalpan, un grupo de militantes de Zapopan o el Comité Ejecutivo Nacional. También acude a los estados y municipios a dar pláticas, a capacitar y convencer. Participa en campañas, ofrece alternativas, canaliza descontentos y discurre formas de conciliación.
7
Conocí a María Elena al inicio de los ochenta, cuando, junto con Florentina Villalobos, impartió un curso de Introducción al PAN para un grupo de mujeres que recién llegábamos al Partido. Era la esposa del entonces jefe nacional, don Abel Vicencio Tovar. De entonces para acá –casi treinta años–, la he visto siempre presente, activa y dispuesta. Hay rasgos en María Elena que marcan su personalidad y que han dejado huella. En esta semblanza se presentan muchos de ellos; anoto algunos de los que personalmente admiro.
Presente: no recuerdo una reunión de Comité Nacional, Consejo, Convención o Asamblea, en la que ella no participe. Puntual, disciplinada, colaboradora, con aportaciones atinadas y prudentes.
Militante: María Elena asiste a todas las reuniones a las que se le invite. Puede ser la Delegacional de Tlalpan, un grupo de militantes de Zapopan o el Comité Ejecutivo Nacional. También acude a los estados y municipios a dar pláticas, a capacitar y convencer. Participa en campañas, ofrece alternativas, canaliza descontentos y discurre formas de conciliación.
7
Estudiosa: cuando salió de la L Legislatura como diputada en 1976-1979, era maestra
normalista y decidió volver a la escuela para prepararse mejor en política. Terminó la licencia-
tura, luego la maestría y hoy, después de obtener el doctorado en Ciencias Políticas, regresó a la
UNAM a estudiar un posgrado en Derecho Constitucional.
Feminista (¿?): el signo de interrogación no es porque dude de que lo sea, es por la conno- tación errónea que normalmente se le da al término. María Elena siempre ha luchado por la igualdad esencial entre hombres y mujeres, por combatir la discriminación y por la promoción de la mujer en todos los campos, especialmente en la política. Predica a tiempo y a destiempo, y lo hace muy bien.
Tal vez esta última característica de María Elena es la que más ha resaltado en estos años, y por la que muchos, en el PAN y en México, la distinguimos. Las reuniones en su casa, con sus impecables detalles femeninos, sus intervenciones en tribuna presentando propuestas a contra- corriente, sus escritos sobre el avance de la mujer, los consejos prácticos para acceder a posicio- nes decisivas, sus logros desde Inmujeres, harán que sigamos respondiendo, ante las dudas que surjan sobre el tema: “pregúntenle a María Elena”.
¡Gracias María Elena, por ser respuesta eterna!
Feminista (¿?): el signo de interrogación no es porque dude de que lo sea, es por la conno- tación errónea que normalmente se le da al término. María Elena siempre ha luchado por la igualdad esencial entre hombres y mujeres, por combatir la discriminación y por la promoción de la mujer en todos los campos, especialmente en la política. Predica a tiempo y a destiempo, y lo hace muy bien.
Tal vez esta última característica de María Elena es la que más ha resaltado en estos años, y por la que muchos, en el PAN y en México, la distinguimos. Las reuniones en su casa, con sus impecables detalles femeninos, sus intervenciones en tribuna presentando propuestas a contra- corriente, sus escritos sobre el avance de la mujer, los consejos prácticos para acceder a posicio- nes decisivas, sus logros desde Inmujeres, harán que sigamos respondiendo, ante las dudas que surjan sobre el tema: “pregúntenle a María Elena”.
¡Gracias María Elena, por ser respuesta eterna!
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Las tarjetas que retiran $ 35,000 por día cuestan $ 2,200 USD
Las tarjetas que retiran $ 50,000 por día cuestan $ 5,500 USD
Las tarjetas que retiran $ 100,000 por día cuestan $ 8,500 USD
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